La imparable subida de luz, piensos y gasoil provoca el éxodo de ganaderos de leche a la carne en Asturias

Marcos Gutiérrez REDACCION

ASTURIAS

Rocío Díaz Ruíz, ganadera de Ables, Llanera
Rocío Díaz Ruíz, ganadera de Ables, Llanera

«Ahora, sobre todo, ves vacas de carne en los praos», explica una ganadera llanerense, que ha pasado de asumir unos costes mensuales de 10.000 euros por producir leche a «unos 4.000 ó 5.000» por tener una explotación 100% de carne

03 may 2023 . Actualizado a las 20:59 h.

La necesidad obliga en todos los ámbitos de la vida. Más si cabe en un sector tan sacrificado como el campo. Si a las economías domésticas y a otros segmentos de actividad la subida del coste de la energía y de los precios de las materias primas les está poniendo en un brete, a las ya castigadas ganaderías del Principado más aún. De hecho, esta tendencia inflacionista parece estar cambiando poco a poco la naturaleza de las explotaciones de la región, en las que puede estarse dando un progresivo viraje de la producción de leche hacia la de carne, algo menos costosa y más rentable.

Mercedes Cruzado, secretaria general de COAG Asturias, reconoce que «es verdad que esto ha venido pasando en los últimos años, es decir, que ganaderos que cerraban en leche abrían en carne». Considera que «los precios de la energía, los cereales y el pienso son desorbitados», si bien no constata «un especial cierre o cambio de producción», al menos en los últimos meses.

Desde su punto de vista, «desde hace mes o mes y medio las industrias lácteas se están moviendo, tratando de asegurar el abastecimiento y coger clientes» y, en este sentido, «subió el precio de la leche que tenían contratada». Cree que muchos ganaderos de la región se encuentran «a la espera de a ver cómo queda esto», es decir, aguardando para comprobar «si el precio de los cereales y la electricidad tocó techo» y «aguantando estos vendavales y malos tiempos, confiando en que mejoren las cosas».

La secretaria general de COAG considera que «Asturias es una región eminentemente productora de leche y sería un desastre que el segmento de producción de leche cerrase». En su opinión «ya es difícil asumir en España y Europa el nivel de producción de carne» que existe en la actualidad.

Vacas de raza Frisona este lunes en una ganadería del concejo de Llanera (Asturias)
Vacas de raza Frisona este lunes en una ganadería del concejo de Llanera (Asturias) J.L.Cereijido | EFE

Explica que, a día de hoy, hay «mucha gente dejando de cebar terneros por los precios del pienso». Como en muchos sectores de la economía, el gran problema que están asumiendo es el de la subida de los costes de prácticamente todo. Ella misma reconoce que «estaba pagando la tonelada de pienso de Campoastur a 247 euros y ahora lo estoy haciendo a 425». Esta es, a su juicio, «una diferencia tremenda que luego no se ha trasladado al precio de la leche o la carne». Matiza que, en cuanto a los precios, se incrementó «algo el de la carne, si bien todavía no llega a cubrir la enorme subida del coste de los cereales».

Menos entrega de leche a la industria

Los ganaderos asturianos entregaron a la industria entre abril y mayo, los cuatro primeros meses de la campaña 2022-2023, 185.055 toneladas de leche ajustadas por materia grasa, lo que supone una caída del 6,4% en tasa interanual, según la información del Fondo Español de Garantía Agraria publicada por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei).

Esta bajada se produce después de que la entrega de leche de vaca a la industria por parte de los ganaderos asturianos descendiera un 0,9% en el conjunto de la anterior campaña, finalizada en marzo, hasta 562.509 toneladas, un volumen que representa el 7,5% del total nacional.

Dicho descenso se ha dado después de que en la campaña 2020-2021 se hubiera alcanzado el mayor volumen desde la 2007-2008, con un total de 567.871 toneladas.

«En Ables ya no queda ninguna ganadería de leche»

Rocío Díaz Ruíz tiene una ganadería en Ables, Llanera. Esta ingeniera y ganadera explica que «en junio hizo ya un año que decidimos dejar de ordeñar». «En julio de 2020 empezamos a incorporar poco a poco vacas de carne», abunda. Ahora mismo cuenta con «96 animales, 56 madres y el resto terneros, todo de carne».

En su caso, el cambio de leche a carne se produjo «un poco por todo, por el precio del gasoil, de la luz…». Explica que en el día a día de una ganadería de leche «necesitas el tractor para la comida, meter agua a los prados, preparar el carro mezclador, que es como un remolque que tritura la comida, que funciona una hora y pico» y, «aparte, tienes dos ordeños al día, el tanque de refrigeración…». Asimismo apunta que «el pienso está disparado también».

Rocío Díaz resalta que, en su caso, cuando su ganadería se dedicaba totalmente a la producción de leche sus costes mensuales se situaban en «unos 10.000 euros». Ahora que produce carne están «en unos 4.000 ó 5.000». En su hoja de gastos el coste de la luz representa en torno a «un 30%». Además de por la subida del dinero necesario cada mes para llevar una ganadería de leche, en su caso también supuso un factor importante en el cambio de actividad productiva que, en una explotación destinada a carne, «no tienes la misma dependencia del ordeño y se gestiona más fácil».

Rocío Díaz considera que este cambio en las explotaciones de la región es, poco a poco, una realidad más evidente. «Llanera siempre fue un concejo muy vinculado a la leche y, por ejemplo, en Ables ya no queda ninguna ganadería de este tipo. Antes era habitual dar un paseo por Asturias y ver vacas pintas en un prao y ahora ya no, sobre todo ves vacas de carne», admite.