Los empresarios asturianos se «atrincheran» frente a la recesión: «Nos enfrentamos a un huracán»

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

ASTURIAS

María Pedreda

Dirigentes de destacadas compañías de la región piden un pacto de rentas «con cesiones de las dos partes» para no agravar el problema de la inflación

02 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La economía española vive tiempos convulsos. La velocidad de crucero que había cogido el crecimiento del PIB nacional una vez controlada la pandemia del coronavirus se frenó en seco debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. A partir de ahí, la situación es conocida: la inflación disparada en todo el mundo, los precios de la energía en máximos históricos y el miedo a que todo empeore durante el otoño y el invierno cada vez más presente. El fantasma de la recesión cobra fuerza y los empresarios alertan del riesgo que existe. «Nos enfrentamos a un huracán», asegura el presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, Carlos Paniceres, quien aporta las medidas que considera que deben aplicarse para mitigar el golpe. Pablo Junceda, Jacobo Cosmen y Félix Baragaño también exponen su punto de vista.

Pablo Junceda, director general de Sabadell Herrero y director general adjunto de Banco Sabadell, reconoce que el escenario es «de mucha incertidumbre». «Los datos hablan de recesión técnica, pero de ahí a una recesión real hay cierto trecho», apunta. En su opinión, esto lo que debe suponer es «poner sobre aviso a los que actuamos en el mundo de la economía para actuar con rigor».

La situación es complicada pero Junceda sostiene que «hay una ventaja grande». En su opinión, «hace falta un sistema financiero fuerte y que funcione bien, y el sistema bancario español es ahora más fuerte que nunca». Junceda explica que, en tiempos de tipo de interés cero «la banca ha demostrado que es capaz de reinventarse, y ahora con la subida de tipos lo que va a hacer con esa fortaleza es apoyar y apuntalar la actividad económica con toda su fuerza». El líder del Sabadell Herrero también pide confianza para la clase empresarial española, de la que asegura que «es única en el mundo, de gran valor, y hay que apoyarla y no castigarla demasiado con costes impositivos o de otro tipo de que no son beneficiosos».

Respecto a la necesidad de llegar a un pacto de rentas entre los agentes sociales, afirma que «no solo es posible, es necesario, pero tiene que haber cesiones por todas las partes». «La inflación afecta a los empleados, pero también está claro que los impuestos afectan, y mucho, a los beneficios empresariales», añade. Según defiende, otra clave que debe tenerse en cuenta es «analizar con seriedad la productividad». «Con estos tres elementos encima de la mesa, y se actúa con vocación de acuerdo, un pacto de rentas sería una gran noticia», concluye.

Jacobo Cosmen, presidente de Alsa, apunta en primer lugar que «no podemos olvidar que los datos del verano y de septiembre-octubre han sido buenos». A pesar de ello, explica que «estamos acostumbrados a no tener esta inflación, y no tenemos experiencia, por lo que hacer un esfuerzo para conseguir frenar esa inflación». ¿Cómo se está haciendo?, Cosmen señala que «estamos viendo que se están subiendo los tipos de interés para enfriar esto un poco, que no se nos vaya de las manos y que sea un enfriamiento débil y corto para recuperar niveles de inflación razonables». Considera que sería razonable marcarse como objetivo llegar al verano de 2023 con cierto nivel de crecimiento y afirma que el objetivo ideal sería «que 2024 iguale a 2019». «Es necesario contagiar optimismo», añade.

Respecto a las subidas salariales, Cosmen explica que «en el ámbito de la movilidad de viajeros, el energético y factor humano suponen los mayores costes. Las subidas de los convenios están relacionadas al IPC y estamos viendo si hay acuerdo de rentas. El objetivo debe ser evitar una escala inflacionistas que sea alimentadora de que suba más el IPC». «Todo lo que sea frenar el IPC y moderar costes sería lo razonable para que no se nos vaya de las manos», defiende.

Cámaras de Comercio

Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, destaca que «todos los datos indican que la economía va en mala dirección». En este sentido, 55 empresarios que forman parte de la cámara, reunidos en pleno, suscribieron un documento en el que se constata que «hay mucha preocupación». «Todo el mundo debe ser consciente del reto al que nos enfrentamos y creo que no es así», afirma. «Nos enfrentamos a un huracán», explica Paniceres gráficamente, motivo por el que le pide a las administraciones que «metan una marcha más, hay que cambiar la dinámica porque hemos perdido inversiones por no ser capaces a dar respuesta y eso no nos lo podemos permitir».

El presidente de la Cámara reconoce que «hay muchas empresas en una situación delicada. Vienen tiempos difíciles y hay que atrincherarse, pero lo que no se puede es hacer como que no pasa nada y mirar para otro lado». «Parece que queremos repetir modelos pasados y que ya estamos pensando en las elecciones, pero la economía no puede permitirse eso», detalla.

Paniceres, que también lamenta que los fondos europeos, «no están llegando con la celeridad que deberían». «En el último pleno de la cámara percibí mucho hartazgo y desánimo en el mundo empresarial. Es necesario buscar sinergias y alinear el interés del mundo empresarial con el del gobierno», propone.

En una línea similar, aunque más optimista, se expresa Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón. «El entorno no está ayudando, pero tengo mucha confianza en todos los proyectos que se están desarrollando en Asturias». Especialmente, destaca la inversión de Arcelor para la descarbonización. «Creo que puede tener un efecto tractor y esta tendencia general, que no se puede negar, espero que podamos superarla de forma razonable».

En cuanto al pacto de rentas, Baragaño reconoce que «el acuerdo no será fácil y, si lo hay, deberá ser en un punto intermedio entre lo que pide la parte social y la empresa». «Quiero pensar que los acuerdos se pueden conseguir, pero es difícil de conjugar la pérdida de poder adquisitivo que genera la inflación con no generar una sobre inflación», explica. «Si las empresas todavía no han trasladado a los clientes ahora suben los salarios, lo que se puede provocar es eso», profundiza. Eso sí, deja claro que «lo deseable sería alcanzar ese punto de acuerdo».