Pablo Menéndez: «Estamos acostumbrados a oír de pacientes que se van a Houston, es hora de que vengan a España»

R. Domínguez A CORUÑA /LA VOZ

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Pablo Menéndez, investigador del Instituto Josep Carreras contra la Leucemia ganador del Premio Rafael Hervada de investigación.
Pablo Menéndez, investigador del Instituto Josep Carreras contra la Leucemia ganador del Premio Rafael Hervada de investigación. CÉSAR QUIAN

El investigador del Instituto Josep Carreras lidera un estudio para el desarrollo de una inmunoterapia «100 % española». Su trabajo en la lucha contra el cáncer ha merecido el Premio Rafael Hervada a la investigación

05 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Somos un equipo», repite una y otra vez Pablo Menéndez Buján (Avilés, 1973). El día 22 recogió en A Coruña el Premio Rafael Hervada a la investigación por un trabajo sobre inmunoterapia contra el cáncer, las esperanzadoras CAR-T. Quiso que le acompañase Diego Sánchez, miembro, con Luís Álvarez-Vallina, Anaïs Jiménez, Néstor Tirado y Víctor M. Díaz, del equipo galardonado. «He tenido la suerte de estar al frente de una tripulación con muchos Mauros Silva y Bebetos», resumía en la recepción sobre el papel de los jóvenes investigadores. Bioquímico y doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca, se formó en hematopoyesis y leucemia pediátrica en la Universidad Western Ontario (Canadá) y en el Instituto de Investigación del Cáncer de Londres antes de dirigir el Banco Andaluz de Células Madre y ponerse al frente de la investigación en el Centro de Genómica y Oncología GENyO de Granada. En el 2013 se mudó a Cataluña como investigador principal del Instituto de Investigación Josep Carreras contra la Leucemia en el campus de la Universidad de Barcelona y el Hospital Clínic.

—¿Por qué cree que su trabajo se llevó el premio?

—Para nosotros el premio se ha dado a un trabajo, se ha otorgado a nuestro estudio porque es un ejemplo de buena praxis científica en España. Hay una idea original, se trabaja en laboratorio, se identifica una diana terapéutica, se crea la terapia, se ha testado in vitro en laboratorio y en animales, se publica y la ciencia no se queda ahí. Sirve para que el capital riesgo catalán nos identifique y quiera poner dinero para montar una spin off, pequeñita, no somos Pfizer, pero una pequeña empresa. InVivo Capital hace un estudio de negocio, de mercado y valor y al final deciden invertir en este producto.

—Y ahora, ¿qué?

—La labor de la spin off es profesionalizar la investigación y darle la forma que exige la normativa para llevarla a los pacientes. Es como... yo ya he hecho la camiseta, ahora qué hago para ponerla en el escaparate de Zara. Ahora se está presentando la documentación a la Agencia del Medicamento y ya estamos en fase final de validación con el Hospital Clínic para empezar en enero-febrero el ensayo clínico. Desde la idea de laboratorio a la empresa es una CAR-T 100 % española que generará empleo en España y servirá a los pacientes. Estamos acostumbrados a oír de enfermos que se van a Houston, es hora de que vengan pacientes a España.

—Han desarrollado una inmunoterapia adoptiva con linfocitos T dirigidos contra el antígeno CD1a, ¿qué significa?

—La terapia con CAR-T es una manera de conseguir que las células inmunitarias del propio paciente se armen y luchen contra el cáncer de forma selectiva, alterándolas en el laboratorio para que encuentren y destruyan a las células tumorales. La nuestra es para una enfermedad rara, para la leucemia que afecta a linfocitos T inmaduros, que se llama linfoblástica T cortical. Afecta a niños y adultos, pero tiene mayor incidencia entre los 10 y los 20 años. Hasta el 70 % de los pacientes están en esa franja de edad. Es muy poquita gente, igual hay 30 o 40 al año… Este tratamiento se dará en fases tardías, en las recaídas, a lo mejor muy pocas al año. Pero los pacientes que recaen en fases tardías no tienen más alternativas. El tratamiento del cáncer tiene que ser cada vez más dirigido. Es muy difícil curar el cáncer con algo para todos. La medicina personalizada es efectiva, aunque tremendamente cara… Estamos satisfechos, porque por lo menos para este grupo habrá una posibilidad. Cuando tienes una enfermedad rara es cuando más falta hace investigar, en otras ya están muy arropados, pero en estas te encuentras solo.

—Queda mucho por descubrir con las CAR-T, ¿no?

—A día de hoy están asociadas a tumores hematológicos, sobre todo leucemias y mielomas. Sin duda han llegado para quedarse. Es un poco revolucionario usar nuestras propias células para erradicar el tumor. Es un fármaco vivo, no son medicinas en bote, y requieren una química compleja para producirlas. Pero se puede hacer. La prueba está en La Paz o en el Clínic, la manera en que lo hacen, de forma académica, con recursos, ganas y equipos de investigación, todos a una para competir con la industria y hacerlos mucho más asequibles.

«Hacer aquí las CAR-T cuesta cuatro veces menos y tiene el valor incalculable de retener el talento»

Menéndez insiste en subrayar el componente «motivador» de lograr un premio como el Rafael Hervada, por lo que agradece la convocatoria del hospital coruñés, al igual que el apoyo de las Administraciones y de «todas esas asociaciones de calle; cuando vas por el hospital y ves a gente pidiendo, que sepan que estos logros se consiguen gracias a su esfuerzo, y que la gente sepa que cuando se les da algo, los resultados están ahí».

—¿Cómo valora la política para el desarrollo de las CAR-T en nuestro país?

—Si soy honesto, intento no estar al tanto día a día, son cuestiones que dependen de decisiones estratégicas y políticas. Yo con lo que me quedo es con que el talento existe. España ha demostrado que tiene investigadores básicos, transnacionales y clínicos que han sabido remar en la misma dirección. En este caso el liderazgo lo ha tenido el Hospital Clínic y hay que premiarlo, da igual que sea en Madrid, Barcelona o Coruña, hay que reconocerle la generosidad. Si lo que yo hago es nuevo, innovador, tengo que demostrar que lo mismo puede hacerlo cualquiera y para ello comparto el conocimiento. El Clínic va colaborando y formando. Tiene mucha importancia, nuestro país es de celos y egos y esto es un modelo de que las cosas, si vamos todos a una, se pueden hacer. Me consta que Galicia tiene convenios con el Clínic en este terreno.

— Y rebajando el coste, cuando los tratamientos contra el cáncer consumen buena parte de la factura farmacéutica.

—Se reduce sustancialmente la factura. Mucho, unas cuatro veces. Hice unos cálculos. De costes de casi 300.000 euros se puede bajar a 60.000-80.000. Pero hay algo más, lo intangible. No estamos comprando un producto, lo estamos creando. El talento, la masa crítica, el empleo, se hace y se queda en casa. Hacer el CAR-T desde el ámbito académico, aparte de costar cuatro veces menos, significa que los clínicos, los biólogos, los investigadores, se quedan. Es incalculable ese valor.

—Después de esta CAR-T, ¿hacia qué apuntan su investigación?

—Estamos trabajando en varios ámbitos, con CAR-T para la leucemia B y T, estamos haciendo también para la mieloide y también intentando abrir una linea para sarcomas, pero vamos poco a poco, porque en tumor sólido el campo de batalla es muy complicado.