La conexión francesa: por qué Euskadi se suma a la alianza del norte

L.O. REDACCIÓN

ASTURIAS

F. Sotomonte

La cumbre del País Vasco ha fortalecido una estrategia de encuentros entre comunidades iniciada por Asturias y Galicia

14 mar 2023 . Actualizado a las 08:41 h.

Durante mucho tiempo y todavía en otras latitudes, las cumbre de presidentes autonómicos se consideraban citas poco más que protocolarias, pero ya no lo son y las alianzas de comunidades para fortalecer sus posiciones ante retos estatales pero también europeos se han incrementado en los últimos tiempos. Sobremanera en la esquina noroeste de la península, con un trabajo ya muy consolidado durante años y pacientemente construido por Asturias, Galicia, también Castilla y León y de forma más reciente Cantabria. La cita de este lunes en Ajuria Enea, con Urkullu como anfitrión, ha sumado también ahora al País Vasco a la demanda de una macrorregión atlántica, con mucho más peso político ¿por qué ahora?

Hay dos hitos clave: uno es la demora anunciada por Francia en sus planes para el despliegue de los corredores de comunicación considerados estratégicos por la UE. En principio la conexión a través de la frontera entre la vía gala y la española debería concretarse por el País Vasco en 2030 y el gobierno de Macron quiere ahora demorarla a 2042. Es un peligro importante que ha hecho ya lamentar a Bruselas este anuncio con un toque de atención a Francia para que reconsidere su postura. Ni País Vasco, ni Asturias, ni Galicia, ni Cantabria por su cuenta podrían hacer nada en ese asunto sin la intervención del Gobierno de la nación y las instituciones comunitarias y ambos niveles se tomarán mucho más en serio sus reclamaciones si las hacen juntas que por separado.

Los retrasos franceses han despertado no pocas suspicacias, de forma muy reciente incluso entre la patronal del transporte, pero no han sido menor en el giro del gobierno vasco el impacto de las demoras acumuladas por el estado español para el corredor atlántico. En Asturias todo ha sido especialmente sangrante por la coincidencia de fiascos en los últimos meses: al retraso de la Variante de Pajares (que ya no abrirá en mayo), se unió la crisis de los trenes de cercanías (que por un error de diseño se entregarán más tarde). El gobierno vasco había encargado (con las dimensiones adecuadas) trenes un poco después de los pedidos por el estado para Cantabria y Asturias, pero lo tendrá antes. En todo caso quedó en evidencia que, frente a los esfuerzos centrados en el Mediterráneo (que ya espera este verano la renovación de sus vías) la mirada de los organismos estatales (entre ellos los administradores ferroviarios) hacia el norte no era ni mucho menos equiparable. Había más bien desidia y desinterés. Para el País Vasco empezaba a parecerse a una guerra en dos frentes.

Pero si el ejecutivo de Euskadi había pasado décadas confiado en su fortaleza a la hora de negociar los presupuestos del Estado (siendo clave y arrancado concesiones a gobiernos del PP y del PSOE por igual), en el presente las cosas se complican. Para poner un puño sobre la mesa en Europa hacen falta muchos aliados y el desequilibrio entre el empuje, las inversiones y el respaldo efectivo de España al Levante respecto al abandono al que se ha sometido al Cantábrico incluso empieza a amenazar ya a la comunidad foral.

De este modo, al término de la reunión en Vitoria, las comunidades del norte, Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco se han conjurado para impulsar una macrorregión que actué de 'lobby' o grupo de presión. Según citó Efe, las cuatro comunidades quieren «institucionalizar» este foro de manera anual y de hacerlo extensivo a Navarra y Andalucía, comunidades autónomas que también forman parte del denominado arco Atlántico, junto con varias regiones de Portugal, Irlanda, Reino Unido y Francia.

Las regiones de la cornisa cantábrica plantean aprovechar la presidencia española de la UE en el segundo semestre de este año para favorecer el reconocimiento de la macrorregión que podría así participar en foros internacionales y ser «más visible». El presidente asturiano, Adrián Barbón, insistió en que «no compiten con el corredor Mediterráneo», sino que piden que se actúen en ambos casos «en paralelo». 

El presidente gallego, Alfonso Rueda, recalcó que «todo pasa por estar organizados. Creemos en la cooperación. Seguiremos trabajando unidos y con inteligencia», para  agregar además que Portugal es un «buen aliado, interesante y potente, para defender la conexión energética y ferroviaria con Europa».

Por su parte Urkullu destacó que han decidido así unir fuerzas para hacer frente al «desplazamiento del eje de influencia europeo hacia el este» ante una eventual incorporación de nuevos países de esa zona, con lo que la cornisa cantábrica corre el «riesgo de quedar 'fuera de foco' en las relaciones y la toma de decisiones estratégicas». El presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, ha alertado de lo «peligroso» que puede resultar tanto que Europa traslade su «foco» de interés hacia los países del este que en breve se incorporarán a la Unión, con la consecuente «desviación de proyectos», como el «tapón de una Francia que no tiene entre sus objetivos prioritarios la conexión ferroviaria con España».