El barrio de Santa Marina, en Mieres, en pie de guerra contra un nuevo «narcopiso»: «Vivimos con miedo»

ASTURIAS

Varias de las pancartas colocadas en la fachada del edificio
Varias de las pancartas colocadas en la fachada del edificio

La inquilina de la vivienda amenaza con denunciar a la comunidad después de que los vecinos colgaran pancartas en la fachada a modo de protesta

09 may 2023 . Actualizado a las 13:59 h.

Misma situación en diferente zona. Los vecinos del barrio de Santa Marina, en Mieres, denuncian la existencia de un nuevo «narcopiso» después de que los propietarios del número 27 de la calle Aller lograran hace apenas veinte días terminar con el sufrimiento en su edificio. Tras el abandono del piso en la calle Aller por parte del presunto traficante, los vecinos del número 2 de la calle Siete Fuentes claman contra el trapicheo de la zona y aseguran que se trata de la misma persona. «Vivimos con miedo», lamentan desde la comunidad vecinal.

Al igual que los residentes que denunciaron la situación en la calle Aller, los de la calle Siete Fuentes también han colgado pancartas reivindicativas en su fachada. Con fondo negro y letras blancas se pueden leer los siguientes mensajes: «No drogas», «ansiedad», «inseguridad», «miedo», «mayores», «menores» o «derechos». Tan solo son, explican, algunos de los sentimientos que sufren por la presencia del «narcopiso» que denuncian. «En la comunidad hay gente mayor y menores que viven con miedo por lo que aquí está pasando», aseguran los vecinos, quienes comentan que en el inmueble residen dos menores de tan solo año y medio y otro de seis años.

La inquilina amenaza con denunciar a los vecinos

La situación no termina en la petición de abandono a los dos inquilinos que residen en el «narcopiso». La inquilina habría dejado una carta en el buzón de la comunidad en la que habría amenazado a los vecinos con una denuncia en el que caso de que no cesaran con sus protestas. En el escrito, la inquilina explica a los vecinos, según comentan los propietarios, que se iría de la vivienda en un plazo de dos meses si las protestas pararan. En caso contrario, añaden, «dice que se quedaría hasta enero». «Solo queremos que se vayan, no queremos llegar al punto al que llegaron los vecinos de la calle Aller», apenan desde la comunidad vecinal.

El trapicheo que denuncian los vecinos habría comenzado hace apenas tres semanas, tras el desalojo del «narcopiso» situado en la calle Aller. Los vecinos explican que desde entonces han notado un notable incremento de la vigilancia policial por la zona, tanto de la Policía Nacional como de la Policía Local. Además, los propietarios ya estarían programando varias protestas en el que caso de que esta situación no llegue a resolverse con celeridad. Seguirán con las pancartas colgadas en la fachada durante días para continuar con una cacerolada e incluso cortar una céntrica calle a modo de protesta.