Julio Caricol, responsable del centro de acogida de migrantes de Sotrondio: «Aquí han empezado a hacer su sueño realidad»
ASTURIAS
Desde que entró en funcionamiento hace un año, han pasado por las instalaciones de San Martín del Rey Aurelio más de 300 personas de 10 nacionalidades diferentes: «Pediría a la sociedad que entienda que hay que levantar puentes y no muros»
28 sep 2024 . Actualizado a las 09:46 h.Hace casi un año, el antiguo colegio San José de Sotrondio se convertía de manera eventual en Centro Temporal de Acogida de Migrantes con motivo de la Declaración de Emergencia surgida de la necesidad de prestar atención a las personas migrantes llegadas a las costas Canarias procedentes de diferentes países de África. Un centro que para las más de 300 personas que han pasado por él en estos meses ha sido y es más que un lugar en el que tener atendidas las necesidades básicas. «El centro se hace hogar a pesar de ser tan grande», manifiesta Julio Caricol, delegado del Movimiento por la Paz en Asturias y responsable de dicho centro, quien pone de relieve lo que significa para todos esos migrantes haber llegado a este recurso: «Aquí han empezado a hacer su sueño realidad».
El centro de acogida para personas migrantes en situación administrativa irregular tiene una capacidad total para 90 plazas y en él se presta atención a las necesidades de alojamiento, manutención, vestuario, etc… de quienes llegan a él procedentes de los centros de Canarias. Julio Caricol explica que si bien las plazas suelen estar completas, actualmente residen en él 82 personas procedentes de ocho países diferentes cuya media de edad es de 23 años y que suelen estar unos tres meses en el centro, en función de la situación personal de cada chico.
Funcionamiento del centro
Durante el tiempo que permanecen en este recurso habilitado en Sotrondio realizan diversos talleres de obligado cumplimiento, como asistir a clases de iniciación al castellano, que tienen por objetivo dotarles de herramientas que favorezcan su integración en la sociedad de acogida. Tal es así, que «desde aquí tejemos redes con los recursos de alrededor», señala el responsable del centro quien pone de relieve dos cosas: por un lado, la buena acogida que han tenido estos jóvenes en la localidad y en el municipio y, por otro, el gran interés que muestran por todo lo que se les enseña: «vienen con ansia de aprender para poder trabajar», apostilla Julio Caricol. Respecto al primero de los puntos, el mismo incide: «El balance es muy positivo y se puede preguntar a los vecinos cómo ha sido la acogida. Hay normalidad y vecindad y, desde luego, el compromiso de la Corporación y las asociaciones de vecinos. Siempre están a nuestro lado».
Del día a día en el centro, el delegado del Movimiento por la Paz en Asturias comenta que hay una buena convivencia entre los residentes porque, en muchos casos, se conocen «porque han compartido cayuco». En todo caso, en el centro las tareas están organizadas y «si lo convertimos en hogar, en el hogar hay que colaborar en todas las tareas que hay que desempeñar». Así, especifica que al igual que están establecidas las horas de los talleres o los turnos para las comidas, también se han diseñado horarios para las tareas que tienen que realizar, dejándoles igualmente tiempo de ocio y esparcimiento o para salir.
«Y siempre pueden hablar libremente con el personal que atiende el centro (14 personas en total)», indica Julio Caricol, que apostilla que en el centro también se trabaja en detectar las vulnerabilidades sanitarias o posibles casos susceptibles de solicitar protección de cara a su derivación a los recursos necesarios en cada caso. «Algunos llegan con traumas, pero aquí se les apoya y si es necesario se les deriva a los recursos de salud mental», manifiesta el mismo, que llama la atención sobre lo que la mayoría de los migrantes acogidos en el centro de Sotrondio han tenido que pasar antes de llegar a Canarias: «Algunos igual han tardado hasta tres años, viviendo en unas condiciones terribles, algunos en situación de esclavitud y otros huyen de conflictos», traslada el responsable del Movimiento por la Paz en Asturias, que por eso dice que «aquí han empezado a hacer su sueño realidad» pese a que una parte de los migrantes que llegan «es gente muy preparada y con estudios universitarios», pero que en su país no tenían oportunidad de prosperar. «Sorprende que la mayoría tiene familia en África y dependen de ellos», explica Julio Caricol, que también pone de manifiesto «las experiencias tremendamente duras» que han vivido los migrantes antes de llegar a España. «Yo no resistiría atravesar un desierto durante 40 días o tardar 3 años en llegar a España una vez que has salido de tu casa», dice el mismo.
Ayuda para contactar con las redes de apoyo
Otra labor que hace el Centro Temporal de Acogida de Migrantes de Sotrondio es ayudar a los usuarios a contactar con sus redes de apoyo para facilitar su salida del recurso, ya que, según el responsable del centro, «muchos tienen familia o amigos que han migrado antes que ellos y que están en otros países de Europa o en grandes ciudades de España», añade. «Quienes dejan el recurso, se van por cuenta y suelen iniciar otro viaje complicado porque tienen que atravesar fronteras», traslada Julio Caricol, que también apunta que «hay casos que están más tiempo en el centro porque según su grado de vulnerabilidad, no tiene sentido que abandonen el recurso. Son los que piden asilo». De hecho, añade que en este año «ha cambiado bastante el perfil» y si bien al principio las estancias de los residentes eran más cortas, «ahora está cambiando».
Y si Julio Caricol hacía un balance positivo de la acogida que el Centro Temporal de Migrantes ha tenido en la localidad de Sotrondio y el municipio de San Martín del Rey Aurelio, también destaca la respuesta a nivel regional. «Asturias es una sociedad de acogida, es solidaria» ensalza el responsable del equipamiento, que asegura que han tenido «cero problemas con las administraciones», ya sea la autonómica o la local porque «Asturias son manos abiertas».
—Entonces, ¿qué cabe reivindicar, qué pide?
—«Pediría a la sociedad que entienda que hay que levantar puentes y no muros. Que hay que acabar con el discurso xenófobo o racista. Que tenemos que trabajar por la cultura de la paz», concluye Julio Caricol.
Porque una pancarta colocada en la verja de acceso al antiguo colegio San José de Sotrondio lo deja más que claro: «Ningún ser humano es ilegal».