«La Nena», el bar de tapas asturiano que ha llevado la sidra al barrio más de moda del mundo
ASTURIAS
Su propietaria, Ángela Rey, es una gijonesa que lleva diez años viviendo en Francia, donde da a conocer la gastronomía asturiana a los exigentes paladares galos: «La gente está encantada porque tenemos productos que en esta zona son muy poco conocidos»
10 oct 2024 . Actualizado a las 10:00 h.En Marsella también se puede ir de sidras. Y no a un restaurante cualquiera con inspiración en la gastronomía española, sino a uno que trabaja con producto cien por cien asturiano y español. Por si fuera poco, este bar de tapas se encuentra en el corazón del «barrio más cool del mundo» para la revista de viajes Time Out: Notre-Dame du Mont.
«La Nena» es el proyecto de Ángela Rey, una gijonesa que lleva diez años viviendo en el país vecino, al que viajó en primera instancia para mejorar su francés mientras reflexionaba a qué quería dedicar su futuro. Tras un tiempo residiendo en Lyon y enlazando varios trabajos, algunos de ellos relacionados con el sector gastronómico, decidió trasladarse a Marsella y emprender su propia aventura. ¿El objetivo? Dar a conocer la cocina asturiana entre los paladares franceses: «Muy poca gente conoce los buenos productos que tenemos en Asturias y decidimos centrarnos en eso».
Pero, para que el público pueda degustar los alimentos del Principado a tantos kilómetros de distancia sin que pierdan calidad, Ángela cuenta con una importante ayuda: «Mi madre tuvo una súper idea, que fue la de las conservas. Tenemos Gula del Norte, ventresca, sardinas, pulpo...», relata. Varias de las elaboraciones de la carta de «La Nena» emplean estos productos, que gracias a las latas mantienen una óptima conservación y menos dificultades para su transporte. Tampoco pueden faltar en el menú los quesos asturianos más famosos, como el Cabrales o el Afuega'l pitu, entre otros. En la mayoría de platos, también se incorporan algunos elementos frescos y estacionales marselleses, principalmente verduras y frutas de temporada, por lo que la carta del restaurante varía cada tres meses.
«La gente aquí está encantada porque tenemos productos, como la sidra, que en esta zona son muy poco conocidos», explica Rey. «Están acostumbrados a bares de tapas hechos para atraer turistas, pero que no cuidan tanto el producto. Por eso hemos tenido tan buena aceptación en el barrio», añade.
Pero no solo los franceses disfrutan de este rincón asturiano en la Provenza. Son muchos los españoles residentes en la ciudad o de paso, que deciden acercarse a «La Nena». El entrenador de fútbol maliayo Marcelino García Toral, durante su etapa en el banquillo del Olympique de Marsella, o el propio presidente del club, también asturiano, Pablo Longoria, son algunos de los comensales que ya han probado las especialidades de este negocio. «Me prestan muchísimo las visitas de los asturianos, siempre me agradecen tener un sitio donde tomar sidra», comenta la gijonesa.
La asturiana destaca como uno de los mayores cambios en su estilo de vida la diferencia de horarios entre franceses y españoles. También los diferentes hábitos dentro del sector hostelero: «Aquí cenan a las siete de la tarde, y en Asturias yo alguna vez he reservado mesa para las once de la noche. Tampoco es normal encontrarse bares por la mañana donde tomar un café y un pincho antes de entrar a trabajar», asevera. Sin embargo, Marsella es una ciudad donde «siempre hay ambiente», y más parecida a las costumbres españolas.
Respecto al distrito, Notre-Dame du Mont, Rey cree que su fama y reconocimiento se debe a los numerosos planes de ocio que ofrece: «Es muy cosmopolita. Siempre hay restaurantes nuevos que probar, museos, teatros, graffitis, mercados, terrazas, tiendas de segunda mano y en general, mucha vida de barrio».
Para quienes decidan visitar Notre-Dame du Mont, además del imprescindible paso por «La Nena», Time Out recomienda probar el brioche de Pain Pan, disfrutar de las pinturas de la Galerie Charivari o tomar un café en Razzia. La publicación también recomienda acercarse a la librería Histoire de l'oeil y ver una película en el cine La Baleine.