Sobre las dificultades del Oviedo para encerrar a sus rivales
24 abr 2018 . Actualizado a las 22:38 h.Que en 90 minutos se juegan muchos partidos es uno de esos tópicos del mundo del fútbol que más se acercan a la realidad. Los encuentros pasan por diferentes fases y saber sacar rédito de tus momentos buenos es una de las claves para conseguir la victoria. Uno de los problemas que tiene últimamente el Real Oviedo ya no es aprovechar dichos buenos momentos, si no simplemente que existan.
Lo que pasó ante el Valladolid en la última jornada no fue algo casual. Tras el 0-2 de los pucelanos cuando faltaba más de media hora de encuentro, los carbayones no fueron capaces de encadenar ni 10 minutos buenos que encerrasen a su rival en el área. El gol de Linares llegó en una jugada aislada y se puede decir que no pasó nada más. Y esto no es nuevo.
El aspecto clave del Real Oviedo de las diez jornadas sin conocer la derrota fue que casi siempre estaba más cerca de la victoria que su rival. Los azules controlaban el ritmo de los partidos y sabían aprovechar los arreones para ver puerta. Dichos arreones llegaban por varios motivos: la incontrolabe conexión entre Mossa, Saúl Berjón y Aarón en la izquierda, el incansable trabajo de Linares sobre los centrales rivales y la presión coral y perfectamente organizada que ejercían la línea de tres centrales, los dos carrileros y el doble pivote.
Se puede decir que en las últimas semanas los momentos en los que el Oviedo atosiga a su rival solo responden a un nombre: Saúl Berjón. Cuando el '21' no puede con todo, a los carbayones les cuesta un mundo llegar y, sobre todo, consolidarse en las inmediaciones del área rival. Volver a morder. Eso es lo que Anquela debe recuperar.
