El primer derbi del hijo pródigo

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Riki, durante el Real Oviedo-Sporting
Riki, durante el Real Oviedo-Sporting César Quian

Riki Rodríguez, tras volver al Real Oviedo en verano, fue la gran novedad carbayona ante el Sporting

19 nov 2019 . Actualizado a las 14:49 h.

El 18 de noviembre de 2018, horas después del derbi asturiano que se llevó el Real Oviedo gracias a los goles de Ibra y Alanís, el UP Langreo vencía al Calahorra en La Planilla. En aquel encuentro fue titular un chaval de 21 años llamado Riki Rodríguez (Oviedo, 1997). 364 días después de aquello, ese chaval se colaba entre los 22 protagonistas del gran duelo del fútbol asturiano.

Ante la baja de Saúl Berjón, uno de los grandes valedores de nuestro protagonista en el vestuario, y Yoel Bárcenas, Javi Rozada optó, para sorpresa de muchos, por un Riki Rodríguez que tan solo acumulaba 158 en el fútbol profesional. El ovetense, sin oportunidades en el club carbayón tras finalizar su etapa juvenil, regresó este verano por la puerta grande, convertido en uno de los jugadores más prometedores de su edad y con un contrato que le vincula, en un futuro muy cercano, al primer equipo.

«Su titularidad en el derbi no es un premio de ningún tipo. Es un chaval que, fuera del Oviedo, demostró a base de fútbol que puede estar ahí», comenta a La Voz de Asturias el también canterano azul Héctor Nespral, exjugador del primer equipo del Real Oviedo, ahora en el Barakaldo, y compañero de Riki en el Langreo. 

No fue un partido sencillo para el canterano. Ni para él ni para nadie cuya idea fuese algo diferente al balón largo y a la disputa continua, por cierto. Jugando por detrás de Ortuño, Riki recibió casi siempre de espaldas, chocando contra la muralla planteada por José Alberto y sin prácticamente compañeros con los que combinar. 

«Cada vez que le llegó el balón lo resolvió con una tranquilidad increíble. Para mí, que un jugador juegue tranquilo en este tipo de partidos es sinónimo de mucha calidad. Es un futbolista de una categoría superior a la que está ahora mismo, lo tengo clarísimo», afirma con rotundidad Nespral.

Miembro de la generación del 97 (Josín, Viti, Steven Prieto, etc), aquella que devolvió, tras muchos años, al Real Oviedo a la Copa del Rey juvenil, la inexplicable ausencia de oportunidades le obligó a salir del club azul. Tineo, Luanco y Langreo fueron testigos del crecimiento de Riki lejos de El Requexón. Tres años después, volvió a su casa, guiado por Michu, para jugar partidos grandes. El derbi era, más que un premio, una deuda.