—Llevamos cuatro años juntos y nos conocíamos de antes, jugamos juntos en el Numancia. Tenemos el mismo concepto de lo que debe ser este club y esperemos que siga así, vemos muy parecido el fútbol y somos conscientes de lo que tenemos que hacer. El primer año, cuando hicimos 16 puntos en la primera vuelta, lo normal en otro club hubiese sido que me despidiesen, pero había una confianza y eso facilitó el seguir con el proyecto.
—¿Los nuevos fichajes sabían por qué tipo de club fichaban? ¿Era algo difícil de trasladar?
—Creo que sí entienden a qué club han llegado, que hemos conseguido ese compromiso. Y los jugadores son conscientes de que hay que apretar tanto para que el equipo haga un gran año como para que ellos puedan seguir en la rueda del fútbol profesional. Para nosotros cada partido es una guerra, tanto en Segunda como en Segunda B. Tenemos que ir al mil por mil, no hay otra.
—Athletic, Real Sociedad, Alavés, Eibar, Osasuna… ¿Qué le queda al Amorebieta a la hora de fichar?
—Complicado. Cuatro de esos equipos están en Primera y el Eibar es un recién descendido. Y el filial de la Real está en Segunda y el del Athletic en Primera RFEF. Y la Real C en Segunda RFEF. Y el filial del Alavés es líder en Tercera RFEF. Solo tenemos un cedido en la plantilla y es Larrazábal, del Zaragoza. Hay mucha competencia en muy pocos kilómetros cuadrados, aunque yo estoy contento porque, dentro de nuestras posibilidades, hemos traído a gente que queríamos traer. Con ellos, a muerte.
—¿Es muy diferente el Amorebieta de este año comparado con el del ascenso?
—Tienes que mejorar en todo. Sin balón, por ejemplo, hay que ser mucho mejor porque el rival tiene más calidad. Antes los errores que cometíamos podían quedar en nada y ahora son gol. Con balón… pues lo mismo. Si antes teníamos cosas buenas en Segunda B, ahora con eso solo no vale. Todo es mucho más exigente.
—¿Cuál es el principal aspecto del juego que han tenido o tienen que solucionar?
—Muchas de las ocasiones que nos hacen son gol, eso es lo que tenemos que comprender. Los delanteros son mejores, no hay más. El Lugo el otro día, sin ir más lejos, nos metió tres goles en tres suspiros. Hay que tener más calidad defensiva y conceder menos. Pasamos de competir en una categoría de 102 equipos a una en la que hay 22, es que este fin de semana sin ir más lejos nos toca jugar en Oviedo.
—LaLiga no les permitió jugar en Urritxe, su campo. ¿Esto ha cambiado su juego?
—Las dimensiones y el estado del terreno de juego de Lezama no es el mismo, eso está claro, pero es que el año pasado ascendimos consiguiendo muchos puntos a domicilio. A mí me da igual jugar en casa o fuera, siempre salgo a ganar y nunca especulamos con el resultado. Eso sí, está claro que Urritxe era un campo más complicado para los rivales. Pero hay que amoldarse y punto, no me preocupa.
—¿Cómo está llevando el club y la afición no jugar en su casa?
—Ese es el gran problema: lo que supone para nuestra afición y nuestro pueblo. Han dejado de ganar mucho dinero y eso es lo más importante y lo que más nos duele. A partir de ahí estamos encantados con Lezama y con el trato que nos está brindando el Athletic.
—¿Está siendo muy complicado?
—Nuestra gente se tiene que trasladar 15 kilómetros y la hostelería se queda de vacío. Nuestra afición no es muy numerosa, pero es fiel, y siguen animando como si Lezama fuese Urritxe. Veníamos de un año sin gente por la pandemia y lo que intentamos es que disfruten y estén orgullosos de nosotros, aunque no sea en casa.
—Hablaba antes de la profesionalización.
—La entidad mejora día a día, sobre todo a nivel administrativo y estructural. En lo deportivo, la gran diferencia es que todos vivimos de ello y entrenamos por las mañanas y no por las tardes. Que ya es mucho. Más de uno ha tenido que dejar el trabajo que tenía para dedicarse al 100% a esto. Eso sí, seguimos entrenando en Urritxe y cuando llueve demasiado nos tenemos que ir a otro campo de aquí cerca.
—Están a cuatro puntos de la salvación, ¿mira mucho a la tabla?
—Como entrenador siempre quiero ganar y que el equipo esté lo mejor posible, pero nunca me he puesto objetivos a largo plazo. Esta semana, por ejemplo, teníamos ante el Lugo una oportunidad de engancharnos y mira cómo nos fue (derrota por 1-3). Acabé muy jodido, pero hay que ser consciente de que lo que nos va a dar los resultados va a ser el día a día. Las expectativas no me valen, quiero que el equipo mejore en cada entrenamiento y luego ya veremos. No me paro a pensar en la tabla y, a pesar de palos como el que recibimos ante el Lugo, no da tiempo a resarcirse. Solo pensamos en el Oviedo.
—Defina a la Segunda División.
—Todo depende demasiado de los pequeños detalles. Ha habido partidos en los que hemos estado muy bien, creando ocasiones de sobra y no sirve. Y viceversa seguro que también, sacando algún punto jugando mal. Hay que ser un bloque muy sólido y solidario porque cada partido es muy complicado. En la previa siempre me preguntan que qué me parece el rival y yo me río. ¿Qué me va a parecer? La mayoría de los equipos tienen jugadores con más de 200 partidos en Segunda o jugadores que bajan directamente de Primera. Nosotros tenemos que estar al 100% e, incluso así, igual no nos da. Pero hay que mantener ese 100%, es lo mínimo.
—El Oviedo de Ziganda.
—Es un equipo capaz de ganar en cualquier escenario y de hacer grandes partidos como el de Eibar, aunque al final perdiesen. Tienen gol y en el centro del campo también tienen jugadores desequilibrantes. Otro equipo bueno de Segunda y que, debido a la igualdad de los resultados, pueden estar más o menos arriba en la tabla. Pero están perfectamente capacitados para optar por meterse arriba.
—¿Qué piensa del Cuco?
—No hemos coincidido nunca, pero como entrenador su trayectoria está ahí: Xerez, Osasuna, Bilbao Athletic, Athletic… Esta contrastado y su trabajo en Oviedo es muy bueno. Al igual que cuando era futbolista me fijaba en él porque yo también era delantero, pues ojalá como entrenador pueda llegar a sus números.
—Este sábado vuelve al Carlos Tartiere, pero ya jugó en el Tartiere hace 15 años.
—Me acuerdo perfectamente. Está mal que lo diga yo, pero me cambiaron y el público del Tartiere me aplaudió. Yo pensaba que estaban cambiando a alguien del Oviedo [risas]. Aquel año ascendimos con el Eibar y ese 0-3 fue un partidazo, lo tengo grabado en la mente. Disfruté un montón ese día.
Archivado en:
Segunda B
Real Oviedo
Oviedo
RFEF
Segunda División