Del bochorno a la esperanza

A. SUÁREZ REDACCIÓN

AZUL CARBAYÓN

Borja Sánchez, durante un entrenamiento con el Real Oviedo en El Requexón
Borja Sánchez, durante un entrenamiento con el Real Oviedo en El Requexón Real Oviedo

El Real Oviedo trata de olvidar una eliminación copera que ha dejado heridas y mantener su línea ascendente en el campeonato liguero

04 dic 2021 . Actualizado a las 10:10 h.

No han cicatrizado todavía los daños que dejó la derrota ante el CE Andratx y el Real Oviedo debe afrontar un partido que se presumía factible y que ahora se ve como una trampa, un dardo envenenado, un torpedo que se dirige directamente a la línea de flotación carbayona. La AD Alcorcón, colista, llega al Carlos Tartiere (domingo 18:15) en un momento delicado para los azules en lo anímico.

La eliminación copera no es una novedad. Las formas, el rival y lo exhibido en el terreno de juego, sí. José Ángel Ziganda trató de llevar a cabo un ejercicio de pedagogía en la rueda de prensa de ayer. El preparador navarro no evitó ninguna pregunta y afrontó todas las cuestiones que se le hicieron sobre el mal trago del pasado miércoles. Cuco no eludió su responsabilidad. De hecho, la asumió toda, aunque suya sea solo una parte. Quizá, ni la más grande.

La segunda unidad, bajo lupa

Si de algo se había presumido desde el cierre del mercado veraniego era de haber mejorado notablemente la plantilla. Rubén Reyes, que no comparece públicamente desde el mes de septiembre, afirmó que hubiera firmado la nómina actual de jugadores el día que aterrizó en Oviedo. Tras la debacle en Sa Plana, se han creado dudas sobre la verdadera profundidad y calidad del plantel oviedista.

La llamada segunda unidad naufragó en tierras mallorquinas con estrépito. Más allá de señalar, se observó a futbolistas muy lejos de su momento óptimo y otros que, directamente, fueron superados por futbolistas de 2ª RFEF. La preocupación es latente. Ni siquiera la entrada de futbolistas como Borja Sánchez o Jorge Pombo, llamados a marcar diferencias en la categoría de plata, sirvió para evitar una deshonrosa eliminación.

Solo dos nombres se salvan. El primero, Yayo González. Juvenil de 17 años y que ya es un fijo en el Vetusta. El centrocampista debutó en partido oficial con el Real Oviedo y sobre él ya están puestos muchos ojos. Los primeros, los de un Ziganda que suspira por sumar un nuevo pivote en su equipo, aunque el navarro reconoce que el canterano tiene camino por recorrer.

El segundo nombre fue Erik Jirka. El eslovaco fue de lo más activo sobre el terreno de juego. Su primera parte fue más que aceptable y, por lo menos, se le vieron las ganas que le faltaron a algunos de sus compañeros. El extremo no mantuvo su nivel y también desapareció en los segundos 45 minutos.

Más presión para la liga

La eliminación copera no ha supuesto únicamente un disgusto para la entidad y, sobre todo, la afición. Sino que también tiene efectos en la competición liguera y en las cuentas del club. El Real Oviedo no tendrá ingresos extras por la competición, por muy pequeños que fueran. Deportivamente, el cuerpo técnico tampoco tendrá un par de partidos más para rodar a los menos habituales y hacer pruebas. Algunos suplentes que se quejan por su falta de oportunidades, tiraron por la borda el momento ideal para reivindicarse. 

Pero la consecuencia más clara es que el conjunto carbayón se ha ganado una presión extra para los siguientes partidos. Los azules están a dos puntos del playoff, pero cualquier traspiés en las jornadas venideras podría tener mayores consecuencias de las esperadas. El enfrentamiento ante el Alcorcón ya se ve con mucho más respeto y toda la presión recaerá en el bando asturiano, pese a que los madrileños son últimos con 9 puntos, a 11 de la salvación.

Cuerpo técnico y plantilla se afanan por ver el partido de este domingo como una oportunidad, una puerta abierta a la esperanza, un acto de contrición. Tres puntos para meterse de lleno en la lucha y aprovechar posibles tropiezos de rivales directos. Esa es la fórmula para el perdón.