Los tres ascensos del Real Oviedo en el siglo XXI quieren que este sábado llegue el cuarto: «Qué felices seríamos todos»
AZUL CARBAYÓN
«Prefiero llegar de la manera que llegamos al sábado que como llegamos hace un año al campo del Espanyol», dicen Jon Carrera, Jaime Álvarez y Nacho López, protagonistas de los ascensos de 2005, 2009 y 2015
20 jun 2025 . Actualizado a las 09:09 h.Ha pasado tanto tiempo desde la caída al infierno del Real Oviedo que los éxitos conseguidos después de aquello ya son efemérides considerables. 24 años desde la derrota en Palma, pero es que son 20 desde el primer ascenso ante el Real Ávila de ese grupo de amigos que de la noche a la mañana se convirtieron héroes de un histórico del fútbol español. Ahí estaba Jon Carrera (Ponferrada, 1981). Son 16 desde que el Oviedo consiguiese ante el Mallorca B el ascenso que ya nadie en la capital del Principado pensaba que se tenía que volver a conseguir. Ahí estaba Jaime Álvarez (Oviedo, 1986). Y son 10 años desde el cabezazo de David Fernández y la alegría más grande del oviedismo en varias décadas. Ahí estaba Nacho López (Oviedo, 1987). LA VOZ DE ASTURIAS junta a los tres para hablar de lo de este sábado en el Carlos Tartiere.
«¿Que en qué me recuerda esta semana a la de hace 20 años? En nada, porque habíamos ganado 1-5 la ida. Nosotros pudimos preparar la fiesta, era imposible que no subiésemos. Y preparar la fiesta fue una locura. Ahora hay esta tensión y seremos fruto de la improvisación, algo que también será una locura», dice Jon Carrera, mediapunta de ese Oviedo que tras sufrir un año antes el varapalo ante el Arteixo dejó sentenciado el ascenso en Ávila. «En nuestro caso, la presión era una putada porque no éramos futbolistas profesionales como tal. Luego hicimos nuestro camino y alguno sí llegó, pero en ese momento éramos lo que éramos. De la nada se nos puso en el foco y nos pesó. En ese sentido, la plantilla actual del Oviedo tiene jugadores para convivir con esa presión. No sé, prefiero llegar de la manera que llegamos al sábado que como llegamos hace un año al campo del Espanyol», explica el berciano.
La situación sí se parece un poco más a lo que se vivió en 2015. «Salimos 1-1 del Tartiere y necesitábamos ganar, no había mucho más. La gente no lo veía claro, pero dentro del vestuario sí, lo teníamos clarísimo», relata Nacho López, todavía futbolista en activo en las filas del UP Langreo. Por su parte, Jaime Álvarez, exentrenador del Vetusta de 2021 a 2024, pone el foco en el rival de entonces y en las similitudes con el Mirandés. «El Mallorca B nos abrió los ojos en la ida, porque nos pegaron un baño en el primer tiempo del Tartiere. Fuimos en alerta después de estar muy confiados y en Mallorca algo cagados sí estábamos, y lo sufrimos luego», explica el ovetense.
Se lleva hablando toda la semana de qué Carlos Tartiere se verá el sábado y el tema no pudo no salir en la conversación. «Es que al final te preparas para esto. La plantilla del Oviedo está preparada para lo de este sábado, seguramente mucho más que la del Mirandés. No puede haber ningún equipo que tenga más ganas de conseguirlo que el Oviedo», dice Nacho López. «La presión para la plantilla y el club es necesidad. La presión para Santi es responsabilidad. Esta presión ya la han vivido y también muchos jugadores estuvieron en Cornellá, eso va a ser positivo. Creo que serán muy importantes los primeros 15 minutos, achuchar ahí y evitar los minutos que vivimos ante el Almería», apostilla Jaime. Mientras, Jon Carrera lo tiene claro: «El planteamiento y el inicio será muy importante, lo que se vea al principio marcará lo que se verá en la grada después».
¿Y Cazorla? ¿Titular o suplente? «Santi titular y con cuatro atrás. Creo que jugando con cinco atrás, Santi estaría más condicionado en el tema de las ayudas. ¿60 minutos de mano o 30 después y luego otros 30? Contra el Almería defendías un resultado, ahora estás obligado a marcar. Igual si sacas a Santi después es ya tarde. Dependerá de sus sensaciones y de lo que decida el cuerpo técnico, pero yo lo prefiero al principio y que vaya cogiendo el ritmo de partido junto a los demás», dice convencido Jaime Álvarez. «Yo prefiero que juegue. Creo que, con Santi en el campo, el partido estará más controlado», acompañan Jon Carrera y Nacho López.
Un factor se repite en los tres ascensos conseguidos por el Real Oviedo en el siglo XXI... y también en el cuarto que podría llegar este sábado. Estaba Diego Cervero. Era un adolescente en 2005, la estrella del equipo en 2009 y el sexto hombre que apareció cuando más se le necesitaba en 2015. Ahora, médico del club. «Diego se gestiona él solo. Dentro del personaje que es, porque es así, está el Diego que sabe gestionarse. Y lo ha demostrado muchas veces ya», explica Jon Carrera. Nacho López se fija en su figura como médico, asegurando que «el Oviedo llega con varios jugadores al límite y Diego sabe que ahí también va a ser importante. Y para él eso es sagrado». Por último, Jaime incide en el Cervero motivador pero también tranquilizador: «siempre fue capaz de controlarse. A su manera, pero se controla. Solo él puede decir que fue importante en tres éxitos en un espacio de 11 años».
La charla llega a su fin con la pregunta que todos los oviedistas están haciendo a sus más allegados durante toda la semana. ¿Cómo vas a vivir lo del sábado? «Haré poco de previa con los amigos y me gustaría entrar pronto al estadio. Como los paisanos. Quiero disfrutarlo mucho y vivirlo con la mayor emoción posible», cuenta Nacho López. «No soy mucho de recibimiento, aunque estaré cerca porque quiero vivirlo. Dentro del estadio suelo ser bastante tranquilo y, aunque hay nervios, estoy convencido de que se va a conseguir», añade Jaime Álvarez. «Primero trabajo y luego firmo estar a las 18:00 en la previa para luego ir pronto al campo, porque en mi puerta contra el Almería hubo un lío tremendo y hasta el minuto 10 no entré al campo. Tengo ganas de planificar el post. Qué felices seríamos todos», concluye el berciano.
Jon Carrera, Jaime Álvarez y Nacho López, historia del Real Oviedo. Historia que ha permitido que este sábado pueda ser uno de los días más felices de un sentimiento centenario.