A la rica hambuguesa vegana

E. G. B. GIJON

GIJÓN

De arriba a abajo y de izquierda a derecha, hamburguesas veganas de Serendipia, La Teya, Puzzle y Green Zone Bio
De arriba a abajo y de izquierda a derecha, hamburguesas veganas de Serendipia, La Teya, Puzzle y Green Zone Bio

Al menos ocho establecimientos de Gijón incluyen en sus cartas variedades diferentes de este plato  en las que la carne se sustituye con ingredientes vegetales como avena, tofu, soja o legumbres

12 abr 2019 . Actualizado a las 09:54 h.

Los hábitos de alimentación están cambiando. En las nuevas generaciones, por ejemplo, cada vez hay más personas que, desde muy temprana edad, deciden optar por una dieta vegetariana e incluso vegana, yendo mucho más allá de un mero cambio de dieta. También cada vez hay más flexitarianos, o flexivegetarianos, que parten de una dieta vegetariana y consumen carne y pescado, aunque con mucha menor frecuencia que quien come de todo. Puede parecer paradójico, pero es un término que existe desde hace años y una tendencia cada vez más frecuente entre quienes empiezan a ser más conscientes de lo que significa una dieta lo más natural posible para su salud.

Sea moda, postureo o conciencia sobre lo que se come y cómo afecta a uno mismo y/o al resto de seres vivos, lo cierto es que también empieza a abundar la oferta de cocina vegana. Ya no solo vegetariana, sino aquella que específicamente no utiliza ningún producto animal ni derivado de los animales. Y, si entre la oferta carnívora, una buena hamburguesa es una opción atractiva para comer o cenar fuera de forma rápida, también lo es entre la oferta vegana.

En Gijón existen al menos ocho establecimientos que tienen entre sus platos estrella hamburguesas veganas y/o vegetarianas. Con texturas y sabores distintos. Servidas solas o en combos con patatas, boniatos o ensaladas. Cuyos sabores pegan con las salsas típicas de las hamburguesas como el ketchup y la mostaza, claro que sin aditivos.

Hechas de diferentes ingredientes vegetales para darles textura y gordura, que se mezclan con especias, verduras y otro tipo de ingredientes habituales en una hamburguesa como cebolla, tomate, lechuga o pepinillos. Ninguna es igual que otra y cada receta tiene sus secretos. Lo único que tienen en común es que ninguna lleva carne.

En el corazón de Cimavilla, La Teya, por ejemplo, utiliza soja y también frijoles y tofu en su opción mexicana, que incluye salsa de pisto y jalapeños. Ambas por menos de cinco euros. Otra de las opciones por 5 o menos euros son las tres hamburguesas del Puzzle, otra de las cocinas locales que son referencia entre los veganos y vegetarianos asturianos, hechas de legumbres como alubias rojas y también de avena.

Más reciente es el Mostaza y Media, que abría sus puertas hace meses en La Arena, y que sirve una hamburguesa de seitán de legumbres con queso vegano acompañada por patatas fritas rojas o moradas por seis euros. Por medio euro más están las opciones de La Vaina, un pequeño restaurante en el barrio del Carmen con al menos seis variedades diferentes de hamburguesas que llaman ecológicas hechas con cereales, arroz integral, avena, tofu o algas que, según la opción elegida, pueden llevar pasas sultanas, piña, especias como curry, comino o cúrcuma y otros ingredientes vegetales. Además las ofertan con patatas y ensalada.

En locales que no son expresamente vegetarianos o veganos también han decidido incluir hamburguesas solo vegetales en sus cartas. Así, en el Serendipia han llamado Morgana a su hamburguesa de ‘carne’ casera hecha con quinoa, champiñones, alubias, remolacha y especias, que se acompaña con boniato frito y se adereza con salsa barbacoa y cilantro, entre otros ingredientes. En el Green Zone Bio, también ofertan una hamburguesa vegana con shiitake, seitán y espinacas, que se puede hacer vegetariana con queso, ambas por menos de siete euros. En el Bor Vier & Bar, referente de hamburguesas de carne, también tienen su opción vegana, al igual que en el Savoy Club otra vegetariana.

Nadie espera que sepan a carne y, por supuesto, quienes las han probado sin prejuicios también acaban chupándose los dedos.