Gijón ante el 26M: ocho partidos en pugna ante un final de ciclo

J. C. G. GIJÓN

GIJÓN

Ayuntamiento de Gijón
Ayuntamiento de Gijón

La campaña arranca en con más aspirantes que nunca a ocupar los 27 puestos de concejal en el pleno gijonés tras el final del doble mandato de la forista Carmen Moriyón

10 may 2019 . Actualizado a las 09:00 h.

El 20 de mayo casi todo el mundo sabrá por fin quien se encarama al final al Trono de Hierro, a qué precio, con cuánto poder y en base a qué pactos y renuncias. Habrá terminado un ciclo de ocho años desde que el culebrón más adictivo de la historia iniciase su largo ciclo televisivo. Una semana después, como todos los municipios españoles, Gijón sabrá quién tiene recibido mayor respaldo de los vecinos y vecinas para acceder a la alcaldía en un nuevo mandato y estará, en principio, en mejor disposición para relevar a Carmen Moriyón, cerrando definitivamente otro ciclo de ocho años, este local y mucho menos turbulento. Pero eso no significará el final de la incertidumbre. Salvo sorpresas casi tan poco esperables como un dragón sobrevolando la bahía de San Lorenzo -o como el primer mandato de Moriyón-, el nombre del sucesor o sucesora de la alcaldesa que ha encadenado dos gobiernos de Foro en el municipio no se conocerá de inmediato. Habrá que esperar pactos.

Esta vez son ocho los partidos que esperan poder sentar a sus representantes en el salón de plenos municipal tras la campaña con mayor dosis de incertidumbre -al menos, estadística- sobre lo que puedan deparar las urnas el 26 de mayo en el concejo. Y, por consiguiente, sobre el futuro inmediato de la mayor ciudad de Asturias, donde 226.679 electores están convocados a decidir en nombre de 271.843 habitantes y donde la corporación dice adiós a 17 de sus 27 concejales.

Foro Gijón

Foro intentará defender la continuidad del legado de Moriyón y lanzar a la vez un mensaje de renovación tras un segundo mandato en el que la oposición ha castigado una y otra vez las defensas de los casquistas con acusaciones de ineficiencia, apatía, falta de brío inversor y decaimiento en el tono vital de la ciudad. Al exdirector de la Feria de Muestras y debutante en política Álvaro Muñiz le corresponde poner rostro a ese cambio de aires; un rostro, por cierto, bien conocido en la ciudad que puede demostrar no poco tirón entre cierto perfil de votantes de cierto Gijón a la derecha, pero no demasiado a la derecha.

Autodescartado de la pugna el que muchos veían como el sucesor de Moriyón en la candidatura, su lugarteniente Fernando Couto, tutelan a Muñiz en su estreno en la política dos de los nombres más cercanos a la exalcaldesa, ya curtidos en el octenio forista: Ana Braña, Jesús Martínez Salvador. La incógnita es saber hasta qué punto favorecerá a Muñiz el hecho de jugar en casa, en la plaza fuerte de un Foro que fuera parece desvanecerse, y si el mismo legado que se ha propuesto perpetuar y defender jugará a favor o en contra de sus expectativas. El propio balance forista del mandato ha presentado el Plan de Ordenación Urbana y el desbloqueo del Plan de Vías como logros, ante todo, colectivos.

PSOE

El PSOE sale en tromba a la reconquista de la alcaldía con los vientos de fuera alentando sus expectativas de recuperar, en primer lugar y por el mayor margen posible, la condición de partido más votado en Gijón que perdieron en 2015, cuatro años después de haber tenido que ceder de forma no poco traumática una alcaldía que llegó a antojarse vitalicia. El Efecto 28 de abril se suma al brío con el que la exconcejala y exconsejera Ana González ha asumido su condición de candidata tras unas primarias muy ceñidas que remataron el periodo de tensiones desencadenado tras la defenestración de Pedro Sánchez.

En ese sentido, González y su lista de conciliación también aspiran a cerrar ciclo: el de las guerras intestinas de la Agrupación Local y el del exilio de la alcaldía gijonesa.  Es bastante probable que al votante en modo electoral lo primero se le haya olvidado, como que tampoco le importe demasiado -aunque esto es menos seguro- el sambenito de foriata que se le ha intentado encasquetar desde el primer momento. Su fuerte carácter y su fama de mujer incansable -también sus firmes convicciones feministas- la conectan con el espíritu de regidoras como Paz Fernández Felgueroso, cuya herencia aspira a actualizar tras los años de Foro. Si hay también nostalgia de aquellas mayorías absolutas, se quedará en eso: González parece tener asumida desde el primer momento la necesidad de entenderse con Podemos e IU: ese mismo entendimiento que no se consiguió en el mandato que expira, pero con mujeres esta vez en dos de los vértices del triángulo.

Podemos Xixón-Equo

Desmontado el complejo y al final escasamente manejable experimento de la agrupación de electores Xixón Sí Puede, Podemos Xixón se presenta de nuevo con Equo, pero esta vez sin marcas electorales y en coalición clásica con los ecologistas. También, contra lo esperado hace solo unos meses, sin Mario Suárez del Fueyo, uno de los actores destacados en la Corporación saliente. Yolanda Huergo encabeza la lista en la que se han engranan representantes de las diversas corrientes que han agitado -a veces con no poca virulencia- la vida interna de la formación morada y de su grupo municipal en la segunda mitad del mandato.

Para quienes han identificado a Suárez del Fueyo como el principal obstáculo para el tripartito que no pudo ser -aunque fueran las asambleas las que tomaron las decisiones-, la presencia de Huergo abre la vía para que esta vez sí se consiga un acuerdo por la izquierda, de modo análogo al que encarna la presencia de Ana González en el PSOE. Lo que la candidata de Podemos Xixón-Equo ha dicho hasta ahora así lo anticipa. Pero al margen de los potenciales pactos, a Huergo, técnica municipal con competencias en urbanismo que ha saltado a la liza en tono abiertamente dialogante hacia dentro y hacia fuera, le corresponde ante todo convencer en las municipales a un votante que en las generales se ha deslizado de vuelta hacia el PSOE de manera ostensible. Puede ser que por voto útil, pero también tras una evaluación final no demasiado benévola del primer cuatrienio en el municipio del partido de Pablo Iglesias.

Partido Popular

El PP tiene ante sí la complicada tarea de capear un doble temporal: el que ha provocado a escala de partido el duro varapalo en las elecciones generales y el aún mayor desencadenado por la designación directa de la candidata autonómica, María Teresa Mallada, y el candidato local, Alberto López-Asenjo, ladeando las expectativas de Mercedes Fernández, Cherines y los cherinistas, pero no solo de ellos. El exdirector general de Pesca no lo tiene fácil, en principio, para que sus propios correligionarios le presenten y avalen con el entusiasmo que va a necesitar sin duda entre un electorado que apenas le conoce.

Su perfil europeísta y gestor, su discurso más técnico que ideológico con no poco aire fresco, sus posiciones centristas antes incluso del forzado giro al centro de Génova post28A van a tener que convencer por sí mismos, y en un clima no precisamente amable, a unos votantes que en las generales parecen haber abierto en Gijón importantes vías de escape hacia Ciudadanos y hacia Vox.  La cuestión es si hay tiempo para que el resto de partido vire rápidamente hacia el centro con tan mala mar, y con cuántos remos va a contar López-Asenjo para esa maniobra.

Izquierda Unida-Xixón

La coalición de Izquierdas es quizá, de entre las ocho que concurren, la lista que se presenta con menos zozobras a esta cita municipal en Gijón. Sin expectativas remarcables de crecimiento ni de decrecimiento, el equipo encabezado por Aurelio Martín comparece con la certeza de que le aguarda un papel decisivo, pero ya no el que insistió en ejercer sin éxito -y no por responsabilidad propia- en los últimos cuatro años. A Martín le correspondió el desempeño de mediador entre las empalizadas de XsP y el PSOE en la primera ronda del frustrado tripartito, y de impulsor en la segunda, que corrió la misma suerte. El mandato dejó un retrato algo menos favorable de cara a cierto votante de izquierdas a raíz del apoyo junto a XsP de unos presupuestos foristas en nombre de una Renta Social que al final distó de satisfacer a sus dos promotores.

 De nuevo con la experimentada y eficiente Ana Castaño como segunda de lista, IU espera a ver qué sucede en las capas superiores de la atmósfera política, a mano el historial de los periodos en los que compartió importantes decisiones de gobierno local junto a alcaldías del PSOE. Aunque ahora mismo el escenario incluya un reparto más extenso y un libreto más complejo.

Ciudadanos

Como en la mayor parte de España, Ciudadanos confía en coger también en Gijón el viento de cola que parece soplar a favor de la formación de Albert Rivera desde mediados de la legislatura; pero es un viento que no ofrece tanta confianza desde el rebajamiento de las expectativas en las pasadas generales. Al único representante que el partido naranja ha tenido hasta el momento en el consistorio gijonés, José Carlos Fernández Sarasola, le tocará hacer valer su trabajo de los últimos cuatro años para suplir esa pérdida de fuelle electoral.

Frente a otras tentaciones y a las derivas hacia la derecha que parecen haber disuadido a una parte de los potenciales votantes de Ciudadanos en abril, Fernández Sarasola encarna el lado más moderado, dialogante y relajado del partido de Rivera; un perfil que parece distanciarle de antemano de acuerdos con Vox, pero que también le obligará a hacer más ruido en esta campaña para diferenciarse de otros mensajes centrados. En cualquier caso, su casi seguro crecimiento y su potencial como llave de acuerdos pone el foco en Fernández Sarasola de cara a un mandato donde parece esperarle mayor protagonismo.

Por Gijón

Por Gijón es una de las dos incógnitas sobre el tablero de la próxima corporación gijonesa: una marca recién nacida que ha venido a mostrar en tiempo real -quizá demasiado poco para darse a conocer ante los electores- el modo en el que un grupo de ciudadanos sin experiencia partidista ni institucional previa se organizan como partido. La excepción es David Alonso, cabeza de lista y uno de los protagonistas indiscutibles del mandato como concejal de Xixón Sí Puede, formación que abandonó -también con luz, taquígrafos y retransmisión en tiempo real- al borde del final del periodo municipal.

Nadie ignora que es Alonso el motivo por el cual una formación neonata como puede haber otras figura en pie de igualdad con otras centenarias en las quinielas por la(s) concejalía(s). El exedil espera que una campaña vis a vis, a pie de calle, y el rédito de su trabajo en su primera experiencia como edil consigan llevarle de vuelta a la corporación, junto a a otros cuantos integrantes de su candidatura. Pragmatismo, realismo, un cierto descrédito de lo ideológico y una voluntad de reformulación de lo institucional desde la eficiencia y el sentido común son los argumentos con los que espera lograrlo. Asumirá el rol que le corresponda, según su representación, si finalmente la consigue; incluido el de una llave con propensión a girar a la izquierda.

 Vox

La otra incógnita es Vox, y cuántos votos conseguirá la lista encabezada por el abogado Eladio de la Concha en Gijón, donde el partido de Abascal consiguió un importante apoyo en las generales. También el papel que jugará en un potencial pacto a la derecha cada vez más condicionado por la estratégica recuperación del centro por el PP y la evidente vocación centrista de Ciudadanos en Gijón.