Desahucian a una anciana de 72 años con tres ictus que pagó más de lo que debía

N.G.R. REDACCIÓN

GIJÓN

Barrio de La Camocha, donde se desahuciará este lunes a una anciana de 72 años
Barrio de La Camocha, donde se desahuciará este lunes a una anciana de 72 años GOOGLE

Mari Carmen realizó el ingreso pertinente, que fue devuelto por la concursal de la mina de La Camocha

29 sep 2019 . Actualizado a las 12:33 h.

El drama de los desahucios vuelve a cebarse con la tercera edad, esta vez, en Gijón. Mari Carmen, viuda de 72 años, será desahuciada este lunes de su casa en el barrio de La Camocha. La anciana, que ha sufrido tres ictus, abonó la cantidad requerida por la concursal de la mina de La Camocha, siendo devuelta a la mujer. Fuentes próximas al proceso cargan contra la entidad concursal al asegurar que la afectada abonó el pago del IBI que, por contrato, no estaba obligada a hacerlo, y solo debía ingresar la renta que le correspondía.

El estado de salud de la propia anciana, afirman las fuentes consultadas, ha repercutido en una cierta dejadez y confianza de que el proceso estaba solucionado al haber abonado el IBI, pero cuya actuación de la mina concursal ha mostrado que la situación no era tal. Los pisos de esta zona se construyeron para los mineros que trabajaban en La Camocha y, una vez cerró esta mia, entró en fase concursal, y se decidió por parte de esta entidad echar a las familias. La mayoría de los residentes son viudas de mineros a las que no se les reconocía antes el derecho a permanecer en sus viviendas, pero se acabó demostrando que sí podian habitar en ellas. 

La entidad concursal reclamaba a esta anciana el pago del IBI de 501 euros que, por contrato, no estaba obligada a hacerlo, pero decidió abonarlo, y se le fue devuelto por la concursal. El contrato de alquiler de Mari Carmen tiene una antigüedad de 40 años, y en el momento en que la concursal decidió sacar a venta los pisos, que según las fuentes consultadas no estaban en buenas condiciones, y los inquilinos debieron hacer reformas, estos se vendían por cantidades cercanas a los 90.000 euros, mientras que las tasaciones reales las valoraban a 20.000 euros. La concursal no cambió su parecer sobre el precio al que los vendía. Además, los propietarios tardaron entre diez y quince años en recibir los papeles de compra. Más de media vida después de firmar su contrato, Mari Carmen se enfrenta a un desahucio pese a haber pagado hasta lo que por contrato no estaba obligada a pagar, aunque se lo exigieran.