Los investigadores y la hermana de Paz hacen tambalear las tesis de Javier Ledo

La Voz

GIJÓN

Ledo, en la primera sesión del juicio
Ledo, en la primera sesión del juicio

Los investigadores descartan una muerte accidental de la mujer. La hermana de Paz Fernández asegura que la víctima mantenía una relación sentimental con el acusado

15 sep 2020 . Actualizado a las 13:56 h.

Las tesis que mantuvo ayer Javier Ledo en su declaración se han tambaleado hay. Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil han rechazado este martes la posibilidad de una muerte accidental de Paz Fernández Borrego, cuyo cadáver fue hallado en el embalse de Arbón (Navia) el 6 de marzo de 2018, durante el juicio con tribunal de jurado contra Javier Ledo. La hermana de Paz Fernández Borrego asegura que la víctima mantenía una relación sentimental con el acusado, lo que Ledo negó.

Un agente del laboratorio de Criminalística de la Policía Judicial que analizó las pruebas del caso ha afirmado que los restos de sangre hallados en el domicilio del acusado y las heridas de la víctima en el cráneo son «incompatibles» con una muerte accidental.

El agente de la Policía Científica ha confirmado que en la investigación de los restos orgánicos hallados en el domicilio se descubrieron manchas de sangre de la víctima en distintas partes de la vivienda y a lo largo de la escalera, principalmente entre el primer piso y la planta baja.

La declaración del agente contradice la tesis formulada ayer por la defensa, según la cual la muerte de Paz Fernández, de 43 años, se produjo en la planta baja por una caída accidental por una escalera provocada por su estado de embriaguez.

El resto de guardias civiles que han testificado han confirmado que se hallaron manchas de sangre y restos orgánicos en distintas partes de la casa, algunas por goteo y otras extendidas durante la limpieza presuntamente realizada por el acusado con una fregona.

Los agentes han asegurado que el 13 de febrero de 2018 la mujer, que mantenía una relación íntima con Ledo, se había trasladado a Navia para «ejercer la prostitución» con el propósito de conseguir dinero para pagar la reparación del motor de una caravana de su propiedad.

Según estos testimonios, la Guardia Civil había investigado a Javier Ledo con anterioridad a este suceso al considerarlo como sospechoso de una serie de robos que se produjeron en la zona occidental de la costa asturiana.

También quedó acreditado que el acusado le quitó los zapatos y la ropa interior al cadáver porque estas prendas «estaban muy manchadas de sangre», según lo que declaró Ledo en su día a la Guardia Civil durante el acto de reconstrucción de los hechos.

En una de las dos reconstrucciones que se realizaron, el detenido reconoció haber quemado estas prendas en una finca propiedad de su padre, aunque en otro lo negó.

Los agentes que investigaron el caso también hallaron restos de sangre en la puerta posterior derecha y en el piso del automóvil de la víctima que se utilizó para trasladar el cuerpo hasta un puente donde fue arrojado desde una altura de 20 metros.

La jornada de este martes se inició con la declaración de una de las hermanas de la fallecida, que aseguró que su hermana era una persona «honesta, muy espiritual y libre» y «mantenía una relación íntima» con Ledo.

Según su testimonio Ledo y Paz eran «como una pareja» puesto que era habitual que «durmieran juntos» algunas veces en casa de ella y otras en la caravana.

Uno de los agentes ha confirmado que en el domicilio de la víctima fue hallada ropa, «en concreto un traje», del procesado.

El juicio continuará mañana hasta el viernes, cuando se prevé que comience a deliberar el jurado.

Paz fue vista con vida por última vez el 13 de febrero de 2018 en un bar de Navia junto con el procesado, pero no fue hasta tres semanas después cuando su cuerpo fue hallado en el embalse, lo que desencadenó la detención de Ledo a los tres días.

Ledo, que ya era objeto de seguimiento por los investigadores, llegó a conceder días antes de su arresto varias entrevistas a medios de comunicación en las que intentaba desviar las sospechas.

El procesado afronta una petición de la Fiscalía de 15 años de cárcel por homicidio con la agravante de desprecio de género y de 25 años por asesinato por parte de las acusaciones particulares ejercidas por familiares de la víctima.