Cimavilla reivindica tener cabida en los futuros usos de Tabacalera

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Los participantes en la iniciativa posan con las letras que conforman centro sociocultural delante de la Casa del Chino
Los participantes en la iniciativa posan con las letras que conforman centro sociocultural delante de la Casa del Chino

Por tercer año consecutivo, es escenario de la simbólica petición a los Magos de Oriente para que la fábrica de tabacos sea un centro sociocultural porque «forma parte del ADN del barrio»

05 ene 2021 . Actualizado a las 17:31 h.

Cimavilla volvió a ser hoy, por tercer año consecutivo y aprovechando la víspera de Reyes, el escenario de la simbólica petición a los Magos de Oriente para que el plan de usos de la fábrica de tabacos de Gijón, que el ayuntamiento presentaba a finales de octubre, no olvide las necesidades del barrio en el que se encuentra.

Los participantes de la iniciativa, delante de Tabacalera
Los participantes de la iniciativa, delante de Tabacalera

Como en los dos años anteriores, las y los participantes han tirado de creatividad para elaborar con elementos reciclados las 19 letras del centro sociocultural que quienes viven y disfrutan del barrio alto desearían para Tabacalera, pero en esta ocasión dándole más protagonismo a la parte social y de ahí que las letras S-O-C-I-O que acompañan a cultural tengan un mayor tamaño y relevancia.

«Ninguna corporación debería obviar que la Tabacalera forma parte del ADN de Cimavilla. Un barrio que nutrió de trabajadoras la fábrica durante muchas décadas», explican los participantes de la iniciativa, que recuerdan que, tras el cierre de la fábrica, «comenzó sin duda su declive, pues el trasiego de operarias y el movimiento económico que generaban desapareció».

En la actualidad, prosiguen, «el barrio alto sufre muchas carencias, y la sensación que tienen las vecinas y vecinos cuando miran hacia Tabacalera es que no se les está escuchando. Como si se estuviera creando ‘un monstruo’ en el que no van a tener cabida».

Pese a que una de las demandas más recurrentes para aprovechar el gran espacio disponible en Tabacalera venía siendo incluir un centro de atención primaria -«hasta el cierre de la fábrica, era el propio practicante de la misma quien administraba esa atención y de ahí que el vecindario aún asocie ese servicio básico con Tabacalera»-, con la acción reivindicativa de hoy se ha planteado que al menos se disponga de un lugar abierto en el que la gente del barrio «pueda leer el periódico, socializar bajo un techo o en el que asociaciones como Fiestas de Cimavilla puedan desarrollar su actividad».

En este sentido, recuerdan que «cada año y sin apenas medios» el colectivo que recuperó con gran éxito las fiestas de Cimavilla contribuye «a mantener vivas las señas de identidad del barrio atrayendo a multitud de visitantes». Por ello, consideran que «disponer de un espacio digno en el propio barrio contribuiría a que más personas ayudaran y participaran en esta labor, y sin duda, esta podría ser una buena forma de acoger al vecindario en un proyecto que nos suena demasiado a cultura y modernidad y poco a social y memoria. La ciudad ya dispone, y mantiene, un centro de arte contemporáneo con muchos metros cuadrados y medios infrautilizados», consideran.