Inquietud entre los padres por el estado del colegio: justo debajo del derrumbe había dos aulas de 5º de Primaria

Marcos Gutiérrez / Juan M. Arribas

GIJÓN

Familiares de una las víctimas del derrumbe de la terraza del colegio San Vicente de Paul de Gijón
Familiares de una las víctimas del derrumbe de la terraza del colegio San Vicente de Paul de Gijón Jorge Peteiro

Los operarios estaban reparando humedades. «Si hubiera habido clase la desgracia sería aún más descomunal», afirma el presidente de la AMPA

05 ene 2022 . Actualizado a las 20:09 h.

Era una obra aparentemente sencilla para reparar humedades y filtraciones pero el mal estado del edificio, construido hace más de un siglo, ha causado la muerte de dos trabajadores atrapados entre un amasijo de escombros y otros dos han resultado heridos. A las 11.30 de la mañana, una parte del forjado de la azotea del colegio San Vicente Paúl de Gijón se vino abajo y se desplomó sobre los cuatro operarios que hacían trabajos de mantenimiento. Las obras (en esos momentos estaban cambiando nueve metros de pladur del techo) las habían iniciado el lunes y tenían previsto finalizarlas el viernes como muy tarde. El accidente ha causado una honda consternación entre la comunidad educativa del colegio y los padres están muy preocupados por el estado real del edificio. Debajo de la esquina donde se produjo el derrumbe hay dos aulas de quinto de primaria. «Con las clases abiertas se hubiera producido una desgracia todavía más descomunal», afirma Javier Rodríguez Revilla, presidente de la AMPA del centro.

«Consternados» por las dos vidas segadas en un instante y «muy preocupados» por las causas que derivaron en tan trágico desenlace. Así se muestran los padres de alumnos y alumnas del colegio gijonés San Vicente de Paúl. Javier Rodríguez Revilla destaca que todos están «absolutamente consternados por la pérdida de vidas» y también «muy preocupados por lo que pudo haber pasado y las razones de lo que ha sucedido». Insiste en que al colegio acuden «600 niños y niñas» y aún desconocen «el estado» en el que ha quedado la estructura del mismo.

Si bien cree que «hoy toca preocuparse por esas pérdidas» no puede evitar sentir inquietud. «Justo debajo de la esquina donde se produjo el derrumbe hay dos aulas de quinto de primaria», relata. «Con las clases se hubiera producido una desgracia todavía más descomunal», añade.

Explica que la dirección del San Vicente de Paul había comunicado a los padres «que se iban a hacer obras, pero que eran de poca importancia, muy rutinarias, por unas pequeñas humedades y filtraciones». Resalta que en la Ampa del colegio tienen «muy buena comunicación con la dirección», que aún no les ha trasladado si el edificio o la parte donde se produjo el derrumbe está afectado estructuralmente, algo que queda «en manos de los técnicos» dirimir. El colegio concertado comenzará las clases de manera telemática el próximo lunes día 10

En el Colegio San Vicente Paúl, situado en un edificio de tres plantas y sótano entre las calles Ezcurdia y Caridad, en el centro de Gijón, cursan sus estudios 690 alumnos que disfrutaban de sus vacaciones de Navidad y había sido sede de la Escuela de Comercio hasta que en 1916 fue adquirido por las Hijas de la Caridad para convertirlo en centro educativo y realizar diversas ampliaciones.

El Ayuntamiento de Gijón está elaborando un informe técnico sobre la situación del edificio y la magnitud del derrumbe. Según ha señalado la consejera de Educación, Lydia Espina, es imposible retomar la actividad lectiva en el centro el próximo lunes como estaba previsto tras las vacaciones de Navidad por lo que las clases comenzarán a impartirse por el momento por vía telemática. El presidente del Principado, Adrián Barbón ha pedido que, a partir de ahora, «quien proceda, que explique lo sucedido».

Por su parte, el responsable de Salud Laboral de CCOO-Asturias, Gerardo Argüelles, ha señalado que el deficiente estado de conservación de ciertos edificios «es un riesgo permanente y que, más allá de revisiones en lo que a primera vista se detecta, hay que ver todos los daños estructurales que pudiera haber ya que son los más peligrosos pueden llevar a tragedias.

Además, UGT ha denunciado el aumento de la siniestralidad laboral, «que se manifiesta en una falta de medidas de prevención, la falta de seguridad, la precariedad, los riesgos psicosociales incrementados por la pandemia del covid-19 y, lo peor de todo, las vidas truncadas en los puestos de trabajo» por lo que exigen que se cumpla la normativa en la prevención de riesgos.

Con este siniestro se elevan al menos a doce las víctimas de derrumbes similares ocurridos en Asturias desde 1999 mientras que, a nivel nacional, dieciocho personas han fallecido en accidentes de este tipo en los últimos cinco años.