El Gran Wyoming: «Godard o Bergman ahora mismo no sé cómo tendrían que orientar sus carreras para sacar cabeza»

Marcos Gutiérrez GIJÓN

GIJÓN

El Gran Wyoming, presentador de la gala inaugural de la 60 edición del FICX
El Gran Wyoming, presentador de la gala inaugural de la 60 edición del FICX

El presentador, músico, humorista, actor, guionista, escritor (y, médico) presenta hoy la gala de inauguración de la 60 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón

11 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A muy poca gente le resultan familiares nombres como el de Saul Hudson, Cherilyn Sarkisian, Agatha Marie Clarisa Miller o Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoi Alcayaga. Sin embargo los de Slash, Cher, Agatha Christie y Gabriela Mistral son celebrados y reverenciados en todo el planeta. Algo parecido le ocurre a José Miguel Monzón Navarro al que su nombre artístico, El Gran Wyoming (Madrid, 1955), le lleva acompañando décadas. Un apelativo que funciona un poco como marca personal, pero también como clara línea de separación entre la farándula y la vida personal. Hoy, en el Teatro Jovellanos, el humorista, presentador de televisión, actor, músico, escritor, columnista y médico conducirá el acto inaugural de la 60 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón. Con dos premios Ondas por El intermedio (2009 y 2013) y el prestigioso Premio Internacional de Humor Gat Perich (2015), El Gran Wyoming ha hecho incursiones también en el mundo del cine como actor en más de una treintena de filmes entre los que destacan «Ópera Prima», de Fernando Trueba o «El Día de la Bestia» de Álex de la Iglesia. También ha hecho sus pinitos como guionista («Historias de la puta mili» y «Quiero que sea él»).

-¿Es su primera visita al FICX?

-Estuve hace muchos años de invitado, con Rossy de Palma. Tengo un recuerdo muy bueno pero, por mi edad, he ido a Gijón con mucha frecuencia. Tengo una banda, Wyoming y los Insolventes, y hemos tocado allí también. Para mí Asturias, como para cualquiera que viene de fuera, es un destino fijo.

-¿El cine más comprometido se ha quedado reducido a festivales como el FICX?

-Sí. El cine, por la gran competencia que hay en el mundo audiovisual, que es cada vez mayor, tiende a las grandes producciones comerciales, con estrellas importantes, temas que no molesten, finales felices… se tiende al cine espectáculo y hay una gran cantidad de producciones que quedan fuera. Por ponerte un ejemplo, Jean-Luc Godard o el propio Bergman ahora mismo no sé cómo tendrían que orientar su carrera para poder sacar cabeza. En el espectro del cine que se hacía antes cabía mucha más gente, ideas y propuestas. Yo me acuerdo de que, cuando era joven, las películas de Bergman se estrenaban en la Gran Vía. Es decir, que era un cine que se veía. Hoy en día no me imagino a un cineasta de ese tipo haciendo una producción alternativa con esa proyección comercial. Y no solo es que tuvieran éxito comercial, sino que hoy en día están considerados verdaderos pilares y baluartes indiscutibles de la historia del cine.

-¿Cómo valora el estado de salud del cine español postpandemia?

-El estado del cine español es muy bueno, en cuanto a calidad. Lo que ocurre es que la pandemia enclaustró a la gente y ya estaba en crisis, por la gran competencia que había en el mercado audiovisual por las redes y plataformas. Al encerrar a la gente era ya lo que le faltaba a las salas. El público se habituó a ver el cine por otras vías. Habrá que recuperar el cine de sala, pero creo que habrá una división cada vez mayor entre el público de butaca y el que ve las películas en otros formatos o lugares. Pero vamos, el cine tendrá salud porque se distribuirá también por esas otras vías. Es que antes solo había una manera de ver películas.

-¿Cree que la gran cantidad de plataformas de streaming perjudican o benefician al cine?

-No sabría decir, porque este es un fenómeno muy reciente. Lo que sí es verdad es que la capacidad de contar, ver y escuchar historias no desaparece. Ha cambiado el formato. Por ejemplo, el fenómeno de las series y las sagas de películas es algo relativamente nuevo. Antes recuerdo cosas como «La Guerra de las galaxias» o «El Padrino», una serie de entregas periódicas a lo largo de los años. Ahora una buena historia puede perdurar en el tiempo de manera prácticamente indefinida. Esto es trabajo para la industria porque, al final, las series las hacen directores, guionistas, actores y profesionales de cine. Es una derivación del arte que no sé realmente si perjudica al cine en sí. Considero que son diferentes vías de comunicación y acceso. Ya veremos con el tiempo, pero lo que sí veo es que se está produciendo más audiovisual.

-Su última incursión en el cine fue «Sin rodeos», en 2018 ¿Hay planes o «gusanillo» de vuelta al cine?¿Algún proyecto entre manos?

-El problema que tengo es que presento un programa diario, y eso complica todo muchísimo. Los rodajes de cine son muy complejos, en la medida de que te pueden ofrecer el oro y el moro. A mí a veces me han ofrecido cosas, también porque conozca al director, en plan «lo vamos a hacer de manera que sea compatible». Pero es que luego eso no es verdad, porque te llueve, no puedes rodar ese día y te tienes que quedar y terminar. Y eso, por mucho que te digan, es algo que nadie te puede prometer o garantizar. Por eso es algo que yo ahora no puedo hacer, a no ser que sean cosas o apariciones como esta con Santiago Segura y Maribel Verdú, que fue cosa de una mañana.

-Es aquello que dicen muchos actores de «no cobro por actuar; me pagan por esperar sentado en sitios».

-Totalmente. El tiempo que tiene el actor dentro de un rodaje en la jornada, si se saca un 20% es muchísimo. Se diluye entre montaje, iluminar, probar… el actor tiene un espacio o un tiempo muy pequeño dentro de lo que es un rodaje.

-¿Nunca ha sentido la pulsión de ponerse detrás de las cámaras?

-Hombre, todo el mundo la ha sentido alguna vez. Y mucha gente se siente capaz, de ahí muchos de los desastres que vemos de vez en cuando (risas). He tenido mucha suerte con las cosas que he estado haciendo en televisión, un medio en el que uno no decide su destino. Todo en la tele es muy efímero. Nunca te vas de las series o de los programas, porque siempre te echan mucho antes. Me meto en «El Intermedio» sin saber si vamos a hacer un trimestre, dos o tres… y de repente me he dado cuenta de que llevo 17 años. Cualquier idea que yo tuviese quedó aparcada.

-Con esos números casi parece hacerle la competencia al eterno Jordi Hurtado.

-Pues casi, sí ¡Y me he enterado que es más joven que yo, macho! ¡Yo creía que era un ser inmortal que venía de otra era o un avatar!