Sus gran colección de discos y libros y sus múltiples reliquias han convertido a este local gijonés en una parada obligatoria para los extranjeros
09 sep 2024 . Actualizado a las 09:24 h.La mezcla de arte y cultura ha dado como resultado una de las librerías más icónicas de la ciudad de Gijón. Desde hace más de 40 años, los libros y la música rellenan las paredes de la Librería Paradiso, situada en la calle Merced. Con el paso de los años este pequeño comercio se ha convertido en un punto emblemático y en una parada obligatoria para quienes visitan la ciudad.
En 1976, José Luis Álvarez abrió por primera vez las puertas de la Librería Paradiso en un pequeño local situado junto a lo que era el cine Brisa Mar, pensando en que «la gente que fuera al cine, era gente que más o menos leía. Y, efectivamente, cuando abrimos la gente se sorprendió y rápidamente se corrió la voz. Al cabo de dos años nos trasladamos al local en el que estamos actualmente».
En Gijón existen librerías con cafetería o librerías con galería, pero a pesar de la gran variedad de locales destinados a los amantes de la lectura que alberga la ciudad, Paradiso es la única que mezcla el placer de leer con la armonía de la música. «Desde el principio tuve claro que línea quería que siguiera la librería y desde entonces la hemos mantenido definida», asegura José Luis.
«Música y libros hubo desde el principio» y esta fue una de las claves para que la librería Paradiso triunfara según José Luis, porque, aunque los libros sean el foco principal, «los discos renuevan la librería y atraen a nuevas generaciones». Aunque este peculiar negocio no solo atrae a gente joven, desde hace unos cuantos verano, visitantes de País Vasco, Madrid, incluso, extranjeros apuntan, como si de un museo se tratase, la librería Paradiso como parada obligatoria en su itinerario de viaje. Y no es para menos, porque casi se puede decir que lo es. «Tenemos muchas fotos y entradas de conciertos antiguas. Hay mucha historia, son 49 años aquí recogidos». La librería es además un sitio «tranquilo», donde pasar un rato relajado con música agradable, donde disfrutar de los libros y descubrir nuevos artistas.
Aunque la librería es un punto de paso por los artistas más consolidados de Gijón y en ocasiones se llegó a convertir en un punto de encuentro, en el que se realizaban conciertos, firmas de libros o encuentros culturales, hace tiempo que José Luis decidió que prefería centrarse en exclusiva a la venta de libros y discos.
En el balance de las ventas los libros ganan por goleada, en parte, porque ocupan aproximadamente tres cuartas partes del local, sin embargo, la vuelta del vinilo ha hecho que la venta de estos se vuelva a disparar. «Desde hace unos cuatro o cinco años, mucha gente empezó a renovar sus colecciones de vinilos. Hoy en día, hay mucho movimiento en ese sentido y se nota en la recaudación».
A lo largo de su trayectoria como librero, José Luis ha tenido que hacer frente a alguna que otra adversidad, como la irrupción del mundo digital. «Cuando apareció internet mucha gente optó por adquirir los libros y la música en los portales online. Además, la gente comenzó a vender muchas colecciones de segunda mano y eso nos afectó al comercio tradicional». La apertura de grandes librerías, como La Casa del Libro, en la inmediaciones del local, también hicieron que a José Luis le asaltara la preocupación. Sin embargo, «aunque al principio la gente iba corriendo a descubrir las nueva librerías, al final todo hemos subsistido, hay sitio para todos. En Gijón, hay muchas librerías de muchos estilos y yo no veo que cierre ninguna, y las que lo hacen es normalmente por jubilación».
Hablando del futuro de la librería, aún queda Paradiso para rato. Aunque por motivos personales, José Luis maneja desde hace dos años la librería desde casa, mientras que el local se encuentran presencialmente sus dos ayudantes Guillermo y Emilio. «Mientras me encuentre bien y lo pase bien, pienso tirar parar de adelante. Aunque ahora nos organizamos de otra manera, todo está bien controlado». El librero no pierde la esperanza de que, tras su jubilación, la librería Paradiso continúe existiendo. «A lo mejor después son mis hijas las que se hacen cargo, pero mientras tanto el futuro de la librería está un poco el aire».