Es momento de hacer balance. ¿Qué hábitos deberíamos dejar atrás en 2021 y cuáles adoptar en este nuevo año que entra?
Todavía quedan varios días de fiestas navideñas, pero la mente ya está puesta en el 2022 y en todo lo que nos deparará. Algunas metas se escapan a nuestras manos, como puede ser el fin de la pandemia, pero hay otras en las que solo nuestra propia voluntariedad nos hará alcanzar los objetivos marcados. Hablamos, por supuesto, de alimentación, aunque la voluntariedad es necesaria para afrontar cualquier nuevo reto, sea del comer o del correr (que es otro de los habituales en las listas de propósitos cada nuevo año).
¿Qué debemos hacer más y qué debemos hacer menos para seguir manteniendo un estilo de vida saludable? La lista no va a depararnos sorpresas, pero nunca está de más recordar los pasos imprescindibles para acercarnos a una vida saludable en lo que a alimentación se refiere.
Lo que menos
Alimentos procesados
Sabemos identificarlos de sobra: snacks, galletas, bollería industrial, precocinados, refrescos, chocolatinas, helados… y podríamos seguir. Y también conocemos perfectamente sus efectos nocivos: potencian la obesidad, incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, algunos se relacionan con la aparición de cáncer… Está claro que prohibirlos no es viable, pero sí concienciar a diario sobre lo perjudicial que resultan y proponer alternativas saludables como los productos frescos, de cercanía y que carezcan de aditivos. Porque sí, las hay. Para muestra un botón: mira estas recetas para hacer en casa unas Snickers saludables o unas Oreo saludables.
Azúcar añadido
Si algo hemos aprendido en los últimos años es que casi todo lleva azúcar de más. Los cereales, los refrescos, los zumos… incluso el embutido. La teoría nos la sabemos pero llevarla a la práctica resulta complicado, ya que no vale solamente con fijarnos en las etiquetas y en la información nutricional. Hay que actuar. Para este 2022 proponemos empezar retirando los cereales de paquetes llamativos e introduciendo cereales “reales” como copos de avena o copos de maíz, sin nada más. Prueba también a reducir poco a poco el azúcar que echas a cafés e infusiones; el paladar se acabará acostumbrando lentamente y podrás acabar por decirle adiós para siempre. ¿Y qué nos decía de los bizcochos al microondas? Una opción de postre o merienda rápida y libre de azúcares.
Grasas saturadas
Conviene dejarlas atrás y optar por grasas de alta calidad para cuidar nuestra salud cardiovascular como se merece. El aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos o eliminar la propia grasa visible de los alimentos como la carne ya es un buen comienzo.
Lo que más
Fruta
Una vez que coges la costumbre de tomar fruta a diario, ya no querrás apartarlas de tu vida. ¿Cómo conseguirlo? Ten la fruta siempre a la vista, así es más fácil acordarse de ellas y despertar las ganas de consumirla. Si te da pereza el momento pelar y cortar, puedes hacer una especia de batchcooking y dejarla cortada en la nevera y guardada en recipientes adecuados para consumir en cuanto se activen tus fructíferos deseos. De vez en cuando, elabora algún postre en el que la fruta sea la protagonista. Te proponemos una copa de frutas tropicales con crujiente de nueces… mmm.
Verdura.
Cada vez están más “de moda”. Se acabo eso de los más pequeños de la casa rechazando un buen plato de verduras. Es ás, algunos las piden por iniciativa propia porque ni son aburridas ni son insulsas. Su consumo es esencial para una buena salud pero, afortunadamente, esa falta de costumbre a la hora de consumir verduras está desapareciendo. Y es que, ¿quién se puede resistir a una parrillada de verduras aderezada con aceite de pistachos?
Para animarte a consumirlas, te descubrimos tres tips: apuesta por consumirlas en formato conserva, déjalas preparadas con antelación para que luego solo tengan que calentarlas y comerlas e inclúyelas como un ingrediente más en tus bocadillos. Nos referimos a, por ejemplo, la berenjena asada, los pimientos, el tomate o el aguacate.
Proteínas de origen vegetal.
Otro objetivo para 2022 sería reducir el consumo de carne y pescado y buscar alternativas. No te estamos intentando convertir al veganismo, sino que queremos ayudarte a cuidar aún más tu salud y la del planeta. ¿Cómo hacerlo? Consume legumbres dos o tres veces por semana; opta por los frutos secos para consumir proteínas y también por los cereales como el arroz, la quinoa o el trigo.
¿Cómo ves estos propósitos? ¿Nos cuentas en primavera cuáles estás cumpliendo y cuáles te han costado más?
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