Los diez productos de temporada que debes comer en abril

BIENESTAR Y SALUD

Si eres de esos que han caído en la fiebre de las alcachofas, este es tu mes. También si disfrutas con los cítricos o si quieres aprovechar para pegarte un último homenaje al centollo

08 abr 2022 . Actualizado a las 09:01 h.

Aunque el tiempo diga lo contrario, en abril la despensa ya huele oficialmente a primavera. Están de buen ver alimentos perfectos para elaborar platos que asociamos a épocas estivales y de relax como las ensaladas o macedonias. 

Es cierto que en la actualidad es posible encontrar prácticamente cualquier producto en el mercado todo el año, pero a continuación te indicamos, por aquello de tener conciencia sostenible y garantizarnos la mejor experiencia en la mesa, qué alimentos debes comprar para exprimir todos sus beneficios:

Alcachofa

Si hace diez años el aguacate fue el producto de moda en restaurantes, bistrós y gastrobares varios, hoy ese honor lo tiene, sin duda, la alcachofa. En otoño y primavera, temporadas idóneas para consumir este alimento dependiendo de la zona donde se cultive, no hay local más o menos digno que no tenga un plato donde la alcachofa sea protagonista. Sus adeptos, encantados, aunque quizás se está abusando un poco de presencia en cartas. 

Lo cierto es que las alcachofas son ricas en fibra, posee fitoesteroles, que contribuyen a controlar los niveles de colesterol en sangre, y contiene cinarina, una sustancia que favorece la digestión de grasas. Cuenta también con flavonoides, potentes antioxidantes. Destaca también la presencia de vitamina B1, vitamina C y niacina, una vitamina B que ayuda al aparato digestivo y la piel. 

Si vamos a tomar alcachofas en casa, hay muchas opciones en conserva que son ideales y perfectamente recomendables si no queremos perder tiempo. Ahora, si vamos a comprarlas naturales antes de pelarlas hay que tener en cuenta lo tierna que sea. Así lo explicó Roberto Walther, responsable del departamento de Cocina del Centro Superior de Hostelería de Galicia (CSHG): «Lo identificaremos si pesa bastante y tiene las hojas de las capas muy prietas. A partir de aquí, dependiendo del uso que le vayamos a dar, le iremos quitando más capas a medida que sea menos tierna. En cualquiera de los casos lo que sí sería bueno es cortar la parte de la punta para poder vaciar por dentro la pelusa que pueda tener».

Anchoas y boquerones

La anchoa cantábrica encuentra su mejor momento los meses de abril y mayo, mientras que en el Mediterráneo su temporada va de mayo a septiembre. Esto significa que abril es un gran mes para consumir boquerones, pues se trata del mismo pescado pero preparado de maneras diferentes. 

Este bocado estrella de la gastronomía española es, como el resto de pescados azules, un alimento rico en ácidos grasos omega-3, que contribuyen a mantener el funcionamiento normal del cerebro. Es fuente de proteínas de alto valor biológico (como los huevos o la carne) y destaca, sobre todo, la presencia de vitamina A, D, E y K. 

Bacalao

Bacalao y Semana Santa van de la mano. Esta época es perfecta para degustar este pescado en todas sus formas. Este producto, además, hace años que puede consumirse de manera sencilla, sin necesidad de pasar horas desalándolo y desespinándolo. Un buen lomo está al alcance de prácticamente todos y es un chute de nutrientes para nuestro cuerpo. Con ácidos omega 3, ayuda a reducir el colesterol y, de hecho, es uno de los pescados que más recomienda la Fundación Española del Corazón. Cuenta con selenio, que combate la oxidación celular y entre sus vitaminas destacan las del grupo B (B3, B6 y B12).

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Berberechos

En abril termina la temporada de este manjar, por lo que es un buen momento para recordar que ni es el hermano feo de la almeja ni tiene nada que envidiarle a otros bivalvos. Su delicado sabor, su versatilidad y un precio más asequible que la mayoría de productos de concha, debería convertirlo en un básico de los menús de la dieta atlántica. Entre sus cualidades se encuentran su alto contenido en hierro, la elevada cantidad de calcio y fósforo y la presencia de vitamina B12.

En la actualidad, los berberechos que encontramos en el mercado han tenido que pasar un tiempo mínimo en depuradoras para eliminar las toxinas que puedan contener en su organismo, pero si se quieren extremar precauciones, se puede optar por una solución de 80 gramos de sal por litro de agua, meter los berberechos en la mezcla dentro de una malla y cubrir el recipiente con un paño poroso. Se deja cuatro horas en la nevera y listo.

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 Centollo

Estamos en tiempo de descuento para consumir este marisco, pero precisamente por eso es el mejor momento para disfrutarlo con todas las ganas. Su textura e intenso sabor lo convierten, para muchos, en el mayor manjar del mar. Y de propiedades nutricionales no anda escaso: se trata de un alimento rico en proteínas y bajo en grasas e hidratos de carbono. En cuanto a los minerales, destaca la presencia de potasio, calcio, hierro, zinc y yodo. 

Para cocer este marisco, desde la compañía de venta on-line Mariskito, explican que lo mejor es poner «unos 60 gramos de sal por cada litro de agua y el tiempo lo calculamos en función del peso, entre 20 y 25 minutos». Una vez está cocido, «limpiamos el abdomen, separamos el cuerpo del caparazón y se retiran las pieles no comestibles». 

Conejo

Es la carne clásica que recomiendan los nutricionistas para salir de la manida pechuga de pollo a aquellos que buscan bajar de peso (100 gramos de conejo no sobrepasan las 140 calorías). Se trata de una carne blanca rica en proteínas que es tan versátil como el resto de aves. Por no hablar de su precio: es una de las carnes más baratas que podemos encontrar en el mercado. Sale bien parado, sobre todo, por su cantidad de vitamina B12, pero además está repleto de fósforo, selenio y potasio.

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Lechuga

La dieta atlántica y la mediterránea tienen en este producto la base, literalmente, de cientos de combinaciones deliciosas. La lechuga es ese alimento que vale para un roto y un descosido cuando no queremos cocinar, buscamos asegurarnos un menú saludable o queremos deshacernos de restos de la nevera. Lo cierto es que darle un lugar protagonista en nuestra dieta es del todo recomendable, sobre todo en temporada, cuando las lechugas sacan a relucir todo su esplendor. 

Además de estar compuesto en su gran mayoría por agua, cuenta con una cantidad mínima de hidratos de carbono, proteínas y grasas; y muy elevada en vitamina C, folatos y provitamina A (los conocidos como carotenos). Sus propiedades diuréticas y antioxidantes no pasan desapercibidas, y respecto a si se se puede consumir por la noche, lo cierto es que organismos autorizados están cansados de desmentir que engorda y que retiene líquidos, más bien al contrario.

Merluza del pincho

La mayoría no tienen ni idea de qué quiere decir esto del pincho; pero sí vinculan este apellido de la merluza a algo de calidad. La diferencia respecto a otro tipo de merluzas es que se captura de forma individual con anzuelo, así que su carne mantiene todas sus propiedades porque el pescado apenas se resiente. Si ya es de pincho del día, el sabor se vuelve una auténtica locura.

Cuenta con proteínas de alto valor biológico (con muchos aminoácidos),  vitaminas del grupo B, entre las que destaca la vitamina B12 y minerales, en proporciones medias, como potasio, fósforo, yodo y selenio. Además es muy baja en calorías, pues solo contiene 65 calorías por cada porción de cien gramos. 

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Nísperos

Ciruelas japonesas, japoneses o nísperos. Esta fruta de aspecto amarillento es un clásico de postres y meriendas una vez arranca la temporada primaveral. Su carne es jugosa y tiene un punto levemente ácido que contenta hasta a los más escépticos. Sus altos niveles de fibra soluble (que favorecen la sensación de saciedad) y el abanico de vitaminas que tiene (sobre todo A, C y D) lo convierten en un producto diez. Además, como posee efectos diuréticos, su ingesta contribuye a la reducción de niveles de ácido úrico. También ayuda a prevenir el ácido graso y enfermedades como la fibrosis o la cirrosis.

Pomelo

Como dice la canción de Nacho Cano, el amargo del pomelo es el rasgo principal de esta fruta, que sí que no es para todos los públicos. Sin embargo, aquellos que disfrutan con este tipo de sabores deben saber que esta es la época idónea para lanzarse de lleno a zumos y macedonias en las que incorporar este cítrico.

Entre sus bondades destaca su poder diurético y que es un potente antioxidante. La vitamina C, como el cítrico que es, está presente también en altas proporciones. Es una de esas frutas recomendadas para picar entre horas por sus virtudes saciantes.