Lo mejor de San Mateo es...

Natasha Martín REDACCIÓN

OVIEDO

Tomás Mugueta

Los ovetenses revelan qué es lo que más les gusta de las fiestas más importantes de la ciudad. Una pista: la calle tiene mucho que ver

02 sep 2018 . Actualizado a las 20:59 h.

Septiembre significa volver a entrar en la rueda de la rutina que se estaba oxidando tras un largo verano. Pero en la ciudad de Oviedo el mes que rompre con la ilusión del período estival significa también alegría, pues es el mes de las fiestas de San Mateo. Para bien o para mal, muchas cosas han cambiado en torno a esta festividad a lo largo de los años pero a pocos se les quitan las ganas de disfrutar durante tantos días seguidos de la vida en la calle.

Y es que durante San Mateo se vive más fuera que dentro de los locales. Por eso, los chiringuitos se encuentran en la cima de las apetencias de los ovetenses. Es el caso de Andrea Toledo y Nerea Barrero, quienes aseguran que «ir de chiringuitos, los conciertos en la Catedral y poder salir siete días seguidos es lo mejor de las fiestas». Además, consideran que el ambiente que se crea en las calles «es increíble» y que «permite encontrarte con gente que hacía años que no veías. Incluso vienen de otras comunidades autónomas. Yo conozco a unos amigos de León que nunca se pierden las fiestas», comentan. En la misma línea, Julia Mesa y Olaya Esparta consideran que, además de los chiringuitos, los conciertos levantan el ánimo de la ciudad ya que «Oviedo suele ser más de música clásica, así que me gusta que haya música en la calle». Mesa bromea con los chiringuitos, que no son del todo de su agrado pues «como soy celiaca no puedo comer nada».

Por su parte, Daniel Fernández, ovetense veterano, asegura que «estas son unas fiestas muy importantes». Elegir entre lo que más le gusta le cuesta, pero se queda con «el desfile del Día de América en Asturias y todas las actividades que están programadas si el tiempo acompaña».

El tiempo, sin duda, es relevante, pues cuan más estable, más disfrute en buena compañía. Es la línea en la que se mueven Melisa Delgado y Adrián Covián, quienes viven las fiestas con agrado gracias a que «se junta mucha gente».

Tanta gente es sinónimo, muchas veces, de una gran fiesta. Andrés Fernández lo tiene claro y, además de los conciertos, estima que «lo mejor de San Mateo es poder estar una semana entera de fiesta con los colegas». Aunque, por la contra, luego viene lo peor: «Estar la semana siguiente de resaca», bromea.

Más crítico se muestra David Montes, quien, carga contra los chiringuitos tradicionales por «no estar gestionados por profesionales», lo que, a su juicio, deja mucho que desear en cuanto a higiene y otros temas. Si bien, apunta a que los chinringuitos del Bombé sí son una buena iniciativa «ya que están gestionados por profesionales y le da más calidad a las fiestas». Además, considera que «aportan un ambiente más familiar y alejado de tanta borrachera».

Andrea Ordóñez y Héctor Álvarez también se apuntan a la crítica. Dado que lo que más les gusta son los conciertos, consideran que, «desde que ya no se hacen en el Tartiere se estropeó un poco». ¿Las razones? Que, mientras que antes podían venir artistas con algo más de calado «como Dani Martín, Melendi y Pablo Alboran», señalan, ahora, al ser gratis, «la calidad disminuye».

Sea como fuere, cada vez queda menos para los pinchos de calamares, los mojitos, las actividades programadas para que los más peques disfruten, el esperado día del bollo; para que llegue San Mateo durante una semana en la que la vuelta a la rutina se hará mucho más leve.