La antigua fábrica de armas alberga una amplia colonia de roedores que se alimenta a la vista de los vecinos en los cebaderos que algunos dejan para los felinos
18 sep 2019 . Actualizado a las 16:08 h.Se mueven sin reparos a la vista de todos los vecinos y forman una colonia que no para de crecer. Tanto en número de ejemplares como en el tamaño de estos. Los vecinos que pasan junto a la fábrica de armas de La Vega han localizado una plaga de ratas en su interior. Estas se muestran de forma regular ante los residentes de la zona, que las avistan cada vez con mayor frecuencia en la parte del antiguo complejo industrial que linda con la Tenderina.
Sobre todo a la altura de los antiguos chalets. Este lugar se ha convertido en un cebadero de gatos en el que se deja comida en diferentes recipientes. En torno a estos alimentos es donde se han hecho fuertes las ratas, a las que los vecinos han podido grabar en muchas ocasiones en busca de algo para echarse a la boca.
«Les disputan el territorio a los gatos», comentan los asiduos a la calle, sorprendidos de que los roedores hayan sido capaces de tomar la delantera y hacerse fuertes en los cebaderos de la antigua fábrica de armas de La Vega. Las instalaciones, además de plagas, acumulan maleza y otros signos de deterioro que pueden verse, por ejemplo, en las fachadas de los chalets.
Más denuncias
Pero los vecinos de La Tenderina no han sido los únicos en denunciar la presencia de ratas en las últimas semanas. A la aparición de roedores en el centro social de El Cortijo a finales de junio se fueron sumando después plagas en otros barrios. En Vallobín, por ejemplo, los residentes de la zona lamentaron la existencia de una colonia en las zonas verdes de buena parte de la calle Marcelino Suárez, en la que hay varias terrazas de hostelería y un parque infantil.
A las críticas de insalubridad y falta de higiene se sumaron de este modo las preocupaciones por los niños que utilizan con frecuencia la zona de juegos. Una alarma compartida en Pumarín, debido a la invasión de ratas en el punto de reciclaje que se encuentra junto al colegio público Lorenzo Novo Mier. En esta ocasión, la alarma responde a la posibilidad de que la plaga afecte a las actividades del patio del centro educativo y también a otras instalaciones cercanas, como el Teatro Pumarín o el parque en el que está situado.
