La madre del niño hallado en una maleta declara que no le ayudó porque vivía amenazada

La Voz REDACCIÓN

OVIEDO

Juicio por el asesinato de Imran, el niño que apareció muerto en una maleta.Juicio por el asesinato de Imran, el niño que apareció muerto en una maleta
Juicio por el asesinato de Imran, el niño que apareció muerto en una maleta J.L.Cereijido

El fiscal le ha recordado que «no estaba sola» ni «en el desierto del Sáhara» y por tanto podía haber recurrido a la Policía o haber pedido ayuda. En su respuesta, la acusada ha sostenido que vivía maltratada, anulada totalmente como persona

07 jul 2020 . Actualizado a las 16:58 h.

La madre del pequeño Imran, de 21 meses, cuyo cadáver fue hallado en 2014 en una maleta junto al apeadero de tren de Vallobín de Oviedo, ha asegurado que no auxilió a su hijo cuando su pareja sentimental le infligía lesiones por el temor que sentía hacia él por estar «anulada» por sus amenazas y maltratos. El Juzgado de lo Penal número 4 de Oviedo ha iniciado la vista oral por las lesiones sufridas por el menor con anterioridad a su muerte, de las que están acusados tanto su madre como su entonces pareja sentimental, David F., que ya fueron condenados por el asesinato del pequeño.

En el juicio, David F., que fue condenado a 28 años y 5 meses de cárcel por los delitos de asesinato, maltrato habitual y profanación de cadáver, ha reconocido que es «culpable» del delito de lesiones previas al crimen, mientras que la madre del niño, Fadila Ch., condenada a 20 años y 8 meses de prisión, se ha declarado «inocente». La Fiscalía y el abogado Pablo Díaz Carrera, que ejerce la acusación particular, solicitan una pena individual de cinco años de cárcel.

El abogado defensor de David F., Fernando de Barutell, ha mostrado conformidad con la petición de las acusaciones, en contraposición a la letrada Belén González, que defiende a Fadila Ch., quien interesa su absolución. El juicio, que se desarrollará en tres sesiones, se ha iniciado con la declaración de David F., quien, a través de videoconferencia desde la cárcel de Mansilla de las Mulas, en León, ha reconocido que es «culpable» y ha dicho que asume la condena, aunque se ha negado a responder a las preguntas de las partes, incluida su defensa.

Por el contrario, Fadila Ch. ha asegurado que es «inocente» y ha roto a llorar en varias ocasiones cuando el fiscal le ha preguntado cómo era posible que no auxiliara a su hijo pese a las graves lesiones que el acusado le infligía. El fiscal le ha recordado que «no estaba sola» ni «en el desierto del Sáhara» y por tanto podía haber recurrido a la Policía o haber pedido ayuda a su familia o a los vecinos, con los que mantenía buena relación. En su respuesta, la acusada ha sostenido, entre sollozos, que vivía «amenazada» y «maltratada, anulada totalmente como persona».

Fadila Ch. ha reiterado que su pareja le decía que, si le denunciaba, a él le llevarían detenido pero antes les iba a matar a ella y al niño. La mujer ha relatado que el 14 de octubre de 2014 ella estaba preparando la maleta para irse de la vivienda que compartía con el acusado, cuando éste le propinó un puñetazo «sorpresivamente» en una pierna a Imran. Según su relato, intentó acercarse a David F. pero éste se lo impidió con empujones.

Acto seguido, David F. le colocó al niño un trapo caliente sobre el muslo derecho, lo que le provocó una quemadura, pero según la acusada no le llevó al médico porque su pareja se lo impidió. Su hermana, K.Ch., ha descrito a Fadila como una madre volcada en su hijo que decía que «mientras tuviera fuerza y manos no le iba a faltar de nada» y que, tras relacionarse con el acusado, vivía «atemorizada» y no quería denunciarle porque, según afirmaba, «nadie la iba a creer por ser mujer, estar sola y ser extranjera». La vecina del piso superior, L.M.L., llamó a la Policía tras escuchar «gritos desgarradores» de Fadila Ch., quien con «mucha desesperación» repetía que «le iba a matar» al tiempo que se oían golpes «de cuerpo a cuerpo» que «no eran de placer».

A este respecto, los policías que acudieron a la vivienda han testificado que los dos acusados tardaron en abrir la puerta porque decían que «estaban practicando sexo» y han añadido que al examinar a la joven no apreciaron muestras de maltrato en su cuerpo, ni ella denunció que sufriera amenazas. El juicio, que se desarrolla a instancias del Tribunal Supremo que ordenó la celebración de la vista por lesiones previas por un juez profesional, continuará los días 10 y 14 de este mes, según informa Efe.