Coihue se despide del centro de Oviedo: «Mantener una tienda física supone un gasto muy grande»
LA VOZ DE OVIEDO
Los hermanos Mariana y Rubén Battilana Díaz, dos jóvenes argentinos con raíces asturianas, pusieron en marcha el proyecto en 2019. Una experiencia ligada a su amor por la naturaleza que combina cosmética y decoración y con la que ahora probarán suerte en internet. Las ventas cayeron y continuar con el establecimiento se ha hecho «cuesta arriba»
16 ene 2024 . Actualizado a las 12:23 h.El problema del pequeño comercio está enquistado desde hace años. Solo en 2023, medio millar de negocios bajaron la trapa en Asturias. Los problemas son diversos, desde el alto coste de los alquileres a la inflación pasando por la falta de relevo generacional. En muchos casos, los números no salen. Es la situación a la que se enfrentan Mariana y Rubén Battilana Díaz, dos jóvenes emprendedores que han tomado la «difícil» decisión de cerrar la tienda física que tienen en pleno centro de Oviedo, Coihue.
El local de la calle Doctor Casal abrió sus puertas en 2019 como el proyecto común de dos hermanos argentinos con hondas raíces en Asturias, la tierra de su madre y a donde no dudaron en regresar. Es «un concepto distinto, que no había aquí en Oviedo», asegura Mariana. Ella llegó a la región hace 12 años para estudiar primero Turismo y, después, un máster en Dirección Hotelera. Sin embargo, su pasión por el mundo del maquillaje y el cuidado de la piel hizo que «empezase a experimentar con la cosmética natural».
«Estando aquí en Asturias me inspiró siempre la naturaleza», reconoce Mariana para descubrir el espíritu del proyecto compartido con su hermano Rubén. «Nos vinimos un poco más arriba y abrimos la tienda, cuya peculiaridad es que todos los elementos vienen de la naturaleza, tanto en decoración como en cosmética», explica ella. En Coihue hay cremas, maquillaje, mobiliario único, piezas de cerámica, flores o velas: «Todo lo que produce bienestar».
Utilizando el nombre de un árbol que habita en la Patagonia chilena y argentina para no perder de vista su otro lugar en el mundo, Mariana y Rubén quisieron convertir su negocio en una «experiencia» de tienda, cuidando desde el aroma hasta la música pasando, por supuesto, por el trato: «Que la gente se sienta en nuestra casa». Para ello, apoyados por su familia, realizaron una gran inversión para reformar un local que anteriormente acogía una juguetería y Coihue se hizo realidad.
Sin embargo, el primer mazazo llegó pocos meses después, con la pandemia. «El covid nos pilló muy pronto y a partir de ahí todo se hizo cuesta arriba, costó muchísimo», lamenta Mariana. Pese a ello resistieron hasta este mes de enero, cuando tomaron la «dura» decisión de cerrar la tienda física y seguir, de momento, con el comercio online. La continuidad dependerá de cómo funcione su página web, aunque ella lamenta que con la clausura se pierde la cercanía con los clientes que estaba en su ADN.
«Es un gasto muy grande hoy en día tener una tienda física, en todos los sentidos, desde los alquileres hasta los empleados —tienen una trabajadora— y se nos hizo muy cuesta arriba», reconoce. El año pasado, además, «bajaron mucho las ventas». «Todo ha subido muchísimo y la gente prioriza los gastos», entiende.
Esto también obligó a cambiar en parte el rumbo del negocio, sobre todo en el apartado dedicado a la decoración. «Nuestra esencia era conseguir cosas distintas y de calidad, a día de hoy eso es muy complicado porque la gente quiere algo lindo y barato, sobre todo barato. Entonces tuve que buscar otro tipo de marcas sin perder esa calidad que era nuestra seña de identidad», asegura.
En esta línea, lamenta la situación que sufren los productos artesanos. «Son distintos, originales, una pasada. Pero claro, eso tiene un precio y hay que pagarlo. Es hecho a mano, pintado a mano, cada pieza es diferente, pero la gente no está dispuesta a pagar. Entiendo que las cosas no están bien económicamente y vender hoy en día productos artesanos es muy complicado. Eso lo tuve que suprimir y reinventarme, pero sin llegar a vender nunca cosas baratas y de poca calidad», explica.
Un «buen chasco» para los clientes
Así todo, los números seguían sin salir y decidieron apostarlo todo a internet: «Evidentemente ese concepto del ambiente y el aroma se va a perder, que era lo que nosotros no queríamos perder, pero lamentablemente la situación nos lleva a cerrar», subraya. En cuatro años, Coihue había logrado asentarse como marca y tener clientela fija, que estos días pasa por la tienda sin creerse el cierre. «Los clientes se llevaron un buen chasco, no se imaginaban para nada que íbamos a llegar a este punto, nos dicen que es la tienda más bonita de Oviedo, que la atención es espectacular y los productos fantásticos, y con eso nos quedamos», celebra Mariana.
Porque «cuando algo no funciona hay que buscar una alternativa», reconoce con la vista puesta en el futuro. «Estamos ilusionados por lo próximo que tenga que venir. Nosotros esto lo creamos con muchísima ilusión, obviamente, y creo que si montas un proyecto tiene que ser así. Es una pena, pero todo es un aprendizaje y para nosotros ha sido como una universidad. Al final, la vida son etapas», concluye optimista. Por el momento, Coihue continúa abierto y en proceso de liquidación hasta que reduzcan el estocaje y después se trasladará a coihue.es, donde esperan poder resistir.