Oviedo tiene una bocamina: así es el restaurante en honor a los mineros que ha abierto en la ciudad

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

El nuevo restaurante de Oviedo cuenta con un pasillo que simula la entrada a la bocamina
El nuevo restaurante de Oviedo cuenta con un pasillo que simula la entrada a la bocamina

La oferta hostelera de la capital asturiana no deja de crecer. Recientemente se ha inaugurado un local de restauración que simula la entrada a una mina de carbón. Como si de una galería se tratase en él se sirven aquellos platos más tradicionales de la cocina asturiana

11 mar 2024 . Actualizado a las 09:34 h.

Si buscas en el diccionario de la Real Academia Española la palabra bocamina leerás la siguiente definición: «entrada a la galería o pozo de una mina». Dicho de otra forma se trata del agujero por el que se adentran los mineros hasta llegar, al cabo de unos metros, a las entrañas de la tierra para extraer el negro carbón, inmersos a su vez en una profunda oscuridad. A este término podríamos añadirle una acepción. De esta manera también se llama el nuevo restaurante que ha abierto en Oviedo y que pretende rendir homenaje a este sector que ha marcado un antes y un después en nuestra región.

«Esto es un pequeño guiño a nuestra cultura e historia porque Asturias tradicionalmente fue una zona minera», asegura el hostelero Miguel Ángel de Dios, uno de los socios fundadores de este restaurante situado en la calle Melquiades Álvarez de Oviedo. El establecimiento abrió sus puertas el pasado mes de febrero en el local que anteriormente albergó la casa de comidas llamada La Mina. Y hace años a la histórica taberna ovetense Cabo Peñas.

Así luce la entrada al restaurante la Bocamina de Oviedo
Así luce la entrada al restaurante la Bocamina de Oviedo

Tras darle un pequeño lavado de cara, el ovetense y sus socios consiguieron que este «cálido y acogedor» local simulase la entrada a una mina de carbón. No faltan las trabancas —madera que se sitúa en la parte de arriba de la galería— ni las jaulas con las que se bajaba el material a los pozos, que en este caso sirven de separación de las mesas que están a escasos pasos de la barra. Las vigas están a la vista de cualquiera, las lámparas que cuelgan del techo son de estilo industrial y además se puede apreciar como los helechos se hacen hueco entre las paredes hormigonadas de las que cuelgan cuadros que representan fotográficamente a este sector.

El restaurante cuenta con tres zonas claramente diferenciadas. La situada donde la barra es la ideal para tomarse un café y degustar un buen pincho caliente para empezar la jornada con las pilas cargadas. «Tenemos desde el de ternera guisada o chipirones hasta el de jamón ibérico o el clásico de pollo. También servimos tortillas mimadas al gusto de los clientes», detalla Miguel Ángel. En el pasillo de Bocamina, donde están dispuestas las mesas altas con banquetas acolchadas, uno puede disfrutar de un buen trago a la hora del vermú.

Para que los clientes puedan degustar un aperitivo mientras disfrutan de un buen trago en La Bocamina cuentan con una carta de tapas
Para que los clientes puedan degustar un aperitivo mientras disfrutan de un buen trago en La Bocamina cuentan con una carta de tapas

Como a esta hora del día es también el momento perfecto para tomar un aperitivo, el restaurante ovetense sirve «boca-tapas». Una variedad de raciones «a precios muy razonables» entre las que se incluyen las croquetas de jamón, las patatas bravas o los chorizos criollos a la brasa. También es posible pedir una ensaladilla de jalapeños, pastel de centollo o mejillones en escabeche, entre otras elaboraciones igual de sabrosas.

Desde esta especie de galería se accede al gran comedor en el que uno se siente como si estuviera en el interior de un pozo. En esta zona del restaurante los clientes podrán deleitar los diferentes platos que conforman la carta, donde la cocina tradicional asturiana copa todo el protagonismo. Desde las cebollas rellenas de bonito, hasta la fabada asturiana, pasando por las verdinas de Llanes con langostinos o los callos al estilo Oviedo. «Sin olvidarnos de los tortos, los fritos de merluza o el bacalao al estilo de Laviana», apunta el hostelero.

Si hay algo caracteriza Asturias es la calidad de sus carnes y pescados. Es por ello que en la carta de Bocamina han hecho un gran hueco a estos productos primarios. Destaca la merluza, el bacalao o la lubina. No faltan tampoco los escalopines al cabrales, la presa ibérica, el entrecot de vaca premium o los cachopinos. Sirven también los quesos más asturianos como puede ser el de Afuega'l pitu o el de Vidiago. Y entre los postres, como era de esperar, se incluye el tradicional arroz con leche, entre otras elaboraciones dulces. «Todo ello acompañado con sidra o una carta seleccionada de vinos blancos y tintos», precisa Miguel Ángel.

Cuentan además con un menú del día. Con un primero a escoger entre tres platos, un segundo a elegir entre pescado o carne y para rematar un postre o café este cuesta 15,90 euros. Incluye pan y bebida. Cabe también la posibilidad de disfrutar de medio menú, «en este caso habría que elegir un plato entre todas las elaboraciones» por cuatro euros menos. El fin de semana tienen una propuesta gastronómica más especial. Conformado por dos primeros y dos segundos, a elegir, el menú durante el sábado y el domingo cuesta 23,90 euros por persona e incluye un aperitivo de entrada.

Las materias primas son de kilómetro cero

Para elaborar cada uno de estos platos cuentan con «los mejores proveedores», los de Asturias. «Siempre que podemos intentamos servirnos del mercado que hay a nuestro alrededor», asegura el hostelero. De esta manera garantizan tener siempre excelentes carnes y los pescados más frescos del mar Cantábrico. También aquellas frutas, verduras y hortalizas que se cultivan en los campos de nuestra región.

Así es como Bocamina pretende convertirse en el punto de encuentro de muchos ovetenses. «Hoy en día se puede comer bien en algún sitio pero tan importante como comer bien es estar a gusto, sobre todo cuando sales con amigos que lo que quieres es pasárselo bien y eso es lo que nosotros queremos», confiesa el hostelero.

La aceptación está siendo «buena» y los propietarios esperan consolidar y aumentar la cartera de clientes a medida que pasen las semanas. «Estamos pegados a la calle Uría, a unos pasos de la estación de autobuses y del tren que yo creo que con la llegada del AVE será una oportunidad de negocio», reconoce de Dios, a quien le gustaría en un futuro poder expandir el negocio a cualquier punto de la región o de la geografía española. Por el momento aportarán algo nuevo a la oferta hostelera de Oviedo que afortunadamente no deja de crecer.