Los hosteleros de Oviedo rechazan adelantar el cierre de sus locales: «No doy de cenar un sábado a las 11 de la noche por gusto»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

Un camarero en una imagen de archivo
Un camarero en una imagen de archivo Biel Aliño | EFE

Los profesionales del sector critican las declaraciones vertidas por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz. Consideran que acortar el horario traería consigo pérdida de puestos de trabajo. Señalan además que va en contra de la cultura de nuestro país

08 abr 2024 . Actualizado a las 09:26 h.

A la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, no le parece «razonable» que en España haya restaurantes abiertos hasta la una de la madrugada. Así lo aseguraba hace unas semanas en su intervención en el Congreso. La ministra de Trabajo califica de «locura» la diferencia de horarios con el resto de Europa y plantea adelantar la hora de cierre en la hostelería. Esta propuesta ha generado un gran debate social, además de provocar cierto malestar en el sector. Hosteleros de Oviedo critican las declaraciones vertidas por la líder de Sumar al considerar que esta medida no solo pondría en jaque puestos de trabajo sino que además va en contra de la cultura de nuestro país y, por tanto, sería muy difícil de aplicar.

«Yo no doy de cenar un sábado a las once y media de la noche por gusto sino porque es el cliente el que ha hecho la propia reserva», asegura Miguel Ángel de Dios, quien defiende que son las personas que acuden a bares y restaurantes las que marcan, en cierta manera, los horarios de los servicios. «Si cerrásemos también los domingos como los comercios seguro que nuestros trabajadores estarían mejor, pero estamos en el sector servicios y nos tenemos que adaptar a las necesidades del mercado, cumpliendo eso sí toda la legislación vigente», reconoce.

Este hostelero ovetense que es uno de los socios fundadores del restaurante que acaba de abrir en la capital asturiana como un homenaje a la minería sostiene que es erróneo comparar los horarios españoles con los europeos, dado que en cualquier otro país también «puedes comer y cenar a la hora que quieras». «Yo viajo por todo el mundo y si, por ejemplo, vas a Manchester, Alemania o Bélgica vas a poder cenar tranquilamente a las doce de la noche porque también hay locales que abren a esa hora», cuenta.

Sin embargo, fuera de nuestras fronteras la oferta gastronómica a ciertas horas se reduce dado que «no tienen la cultura que tenemos aquí». «Los fines de semana, por el verano, o ahora que oscurece más tarde, la gente prefiere cenar a las diez y media de la noche», asegura. Es por este motivo que considera que «es el propio mercado quien se debe adaptar al sector servicios». «Es como si dices que los locales de copas tienen que cerrar a la una de la mañana, lo que pasa es lo mismo que nos tocó vivir durante la pandemia y eso no evitaba que la gente saliera», clama De Dios, que tilda de «ilógica» la medida.

Al hostelero carbayón Joaquín Trigueros también le parece una «auténtica tontería» adelantar el horario de cierre. «¿Qué sentido tiene cerrar un fin de semana a las doce de la noche cuando la gente va a cenar a las diez y media? ¿Qué vamos a cenar a las nueve? Si un poco de lo bueno que tenemos es el ocio y los horarios, que no tienen nada que ver con el resto de Europa», asegura el propietario del Mesón La Comtienda. A su juicio esta medida es «contraproducente»: «Tiene más perjuicios que beneficios porque no ayuda a solucionar nada».

«Llevo muchos años trabajando con estos horarios y tampoco es una cosa que te mate mucho. Tú no concilias tu vida familiar a las doce de la noche, entonces qué más te da salir a las doce que a la una de trabajar. No es que estemos hablando de acabar a las tres o las cuatro de la mañana. Además esas horas se pagan, hay una contraprestación económica por ello. Otra cosa sería descansar por las tardes que ahí sí que hay conciliación», reconoce.

Acortar los horarios para él significa que «sobra gente». «Puede que atiendas a los mismos clientes, en el mejor de los casos, en menos tiempo, pero eso es imposible. Entonces, si recortas horas de trabajo, recortas también personal», considera. Esto supone también reducir el número de ingresos. «Cerrar a la una te permite hacer turnos de cena y doblar mesas pero si cierras antes, eso ya no se puede hacer. Tú no puedes abrir antes porque ya lo has hecho y además no puedes recuperar horas por otro lado», manifiesta. «Es absurdo lo que propone la ministra», apostilla el responsable del restaurante ovetense en el que se sirven cachopos de un metro.

En estos términos también se refiere José Luis Cuesta del Llar de la Catedral. «Quieren reducir jornadas laborales, pero lo que quieren hacer es quitar puestos de trabajo porque si al final tienes menos horario necesitas menos personal», asevera. El hecho de que un restaurante cierre antes para este hostelero no entra dentro de la cultura española. «Somos un país que tiene cultura de bar. Aquí cenamos a las diez o las once de la noche, no a las nueve. Entonces, ¿qué vamos a echar a los clientes sin que hayan tomado el café? No se puede hacer una ley de algo que nunca se vivió», resalta.

La propietaria de La Tabernilla de Oviedo sí que entiende la postura de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de que los trabajadores de la hostelería tienen que tener una condiciones de empleo adecuadas para poder llevar una vida digna. Sin embargo, para esta asturiana la clave no está en reducir horarios sino más bien en «reeducar» al cliente. «Son los que marcan nuestros horarios porque al final nosotros cumplimos con todo lo que establece nuestro convenio, por lo que tienen que saber que nosotros también tenemos vida», asegura la guisandera del único establecimiento de Oviedo donde se puede disfrutar de una rica calçotada.

Bajo esta premisa, Lucía Fernández pone por ejemplo aquellos comensales que están tranquilamente sentados en la mesa, disfrutando de la velada, sin importarles la hora. Cuando eso ocurre, «nosotros por miedo a que no vuelvan más no vamos y les decimos que tenemos que recoger», confiesa. Pasa lo mismo a la hora de la comida. «Si cerramos la cocina a las cuatro de la tarde y nos llega una persona a esa hora, si le dices que no le das de comer se van a ir a otro sitio donde sí lo van hacer, entonces pierdes un cliente. Y claro esto es la pescadilla que se muerde la cola», señala la hostelera, quien insiste en que la mayoría de los empresarios del sector cumplen en todo momento con la normativa vigente.

La ministra Yolanda Díaz abogaba por adelantar el horario de cierre de los establecimientos hosteleros al considerar que esta medida podría contribuir a la salud mental de los trabajadores. «A partir de las diez de la noche las jornadas son nocturnas y tienen ciertos riesgos para la salud mental. Este horario tiene que ser retribuido de manera diferente, y estas condiciones laborales en algunas ciudades de nuestro país son mejorables», explicaba en una entrevista concedida a 24 horas.

«Cualquier empleado que trabaje a partir de las diez de la noche, en cualquier servicio, cualquier profesional de la comunicación, personal sanitario, cualquier profesional de una siderurgia que trabaje en turno de noche, sabe perfectamente que conlleva riesgos para su salud», aseguraba. Es por este motivo que pide que se deje de «frivolizar» con los derechos laborales de los empleados de nuestro país.

La vicepresidenta segunda exponía que el Gobierno «está muy a favor del ocio y de la buena vida», es por este motivo que se ha marcado como objetivo reducir la jornada laboral «para que la gente pueda disfrutar de la vida».