Una vecina y las compras online destaparon la «casa de los horrores» de Oviedo: así fue la operación policial

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

Llegada a Audiencia Provincial del padre y madre de los niños en dos coches distintos. La Guardia Civil mantiene detenido, a la espera de su puesta a disposición judicial en las próximas horas, a un matrimonio por tener a sus tres hijos menores, dos gemelos de 8 años y otro niño de 10, encerrados durante cuatro años y en condiciones insalubres en su vivienda en las afueras de Oviedo
Llegada a Audiencia Provincial del padre y madre de los niños en dos coches distintos. La Guardia Civil mantiene detenido, a la espera de su puesta a disposición judicial en las próximas horas, a un matrimonio por tener a sus tres hijos menores, dos gemelos de 8 años y otro niño de 10, encerrados durante cuatro años y en condiciones insalubres en su vivienda en las afueras de Oviedo Paco Paredes | EFE

El comisario principal de la Policía Local, Francisco Javier Lozano, afirma que «se trata de un caso único». Nunca antes los agentes se encontraron en la capital asturiana con una vivienda repleta de basura y en cuyo interior vivían encerrados tres menores. La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo ha decretado el ingreso en prisión provisional y sin fianza

30 abr 2025 . Actualizado a las 18:38 h.

A simple vista, la vivienda no llamaba la atención. Desde la calle, parecía una más entre el resto de chalets que se levantan en la localidad de Fitoria, a las afueras de Oviedo. Sin embargo, detrás de sus paredes todo era distinto. En su interior se ocultaba una terrible realidad que nadie nunca hubiese imaginado. Tres hermanos —dos gemelos de 8 años y otro niño de 10— vivían encerrados en el domicilio desde la pandemia, sin ningún tipo de contacto con el mundo exterior y en condiciones de extrema insalubridad.

Con ellos habitan un hombre y una mujer, de 53 y 48 años, respectivamente, que gracias a la «brillante actuación» de la Policía Local de Oviedo, fueron detenidos este pasado lunes por un presunto delito de abandono y detención ilegal. El arresto de este matrimonio, formado por un alemán y una estadounidense, también con nacionalidad alemana, fue fruto de una investigación que duró un par de semanas y cuyos pormenores han sido desvelados esta mañana en la rueda de prensa ofrecida por el concejal de Seguridad Ciudadano, José Ramón Prado, y el jefe del cuerpo municipal de Policía, Francisco Javier Lozano.

En estos cuatro años que estuvieron encerrados, los menores más que vivir lo que hacían era subsistir. No estaban escolarizados ni tampoco recibían formación en casa. Llevaban mascarillas y todavía usaban pañales. Dormían en cunas y crecían rodeados de basura y de desperdicios. Apenas veían la luz del sol y muchos menos respiraban aire puro. La situación en la que se encontraban era tan dantesca que sorprendió a los propios agentes de la Policía Local de Oviedo. «Se trata de un caso único», asegura el comisario principal, antes de resaltar que «no hay antecedentes» en la ciudad.

La llamada de alerta de una vecina

El caso de esta «casa de los horrores» ha salido a la luz después de que una vecina se pusiese el pasado lunes, 14 de abril, en contacto con el equipo de Intervención de Infancia y Familia de la Concejalía de Políticas Sociales del Ayuntamiento. La ciudadana ovetense contó al personal que sospechaba que en el interior del domicilio hubiese viviendo menores y estos no estuviesen escolarizados. Los funcionarios de esta sección inmediatamente trasladaron esta información al Cuerpo de la Policía Local, que abrió una investigación al tratarse de competencias propias. Son quienes se encarga de controlar la escolarización de menores. 

En las jornadas posteriores, un subinspector y cinco agentes, coordinados con el jefe de la unidad, comenzaron de forma «sigilosa y cautelosa» a escudriñar los hechos. Iniciaron una «discreta» vigilancia y realizaron una investigación, que según Lozano, en la que determinaron que la vivienda había sido alquilada en octubre de 2021, durante la pandemia del coronavirus, y que tres meses más tarde se había empadronado en ella una sola persona.

Tras varios días de vigilancia, los agentes comprobaron que no había movimiento alguno la casa y que todas las persianas estaban siempre bajadas. «Durante todo el período de control no se les conoció actividad fuera de las puertas del domicilio», apunta Lozano. Solo el único censado salía de vez en cuando de la vivienda. Pero, únicamente, atravesaba el umbral de la entrada para acceder al buzón de correos o recoger los pedidos de alimentos que hacían a grandes cadenas de supermercados. Como las compras realizadas eran tan grandes los agentes comenzaron a sospechar que en el interior de la vivienda había más de una persona.

A raíz de estos indicios y a los testimonios que recogieron de los vecinos vieron que tenían elementos suficientes para pensar que había menores en esa vivienda y que no estaban escolarizados. Por tanto, trasladaron el caso a la Fiscalía de Menores. Dado el «firme propósito» por seguir investigando los hechos de este órgano especializado del Ministerio Fiscal que se encarga de defender y proteger los derechos de los menores, la Policía Local preparó un operativo para acceder a la vivienda.

Varias horas de intervención policial

La intervención se inició a las 11.15 horas de este lunes, 28 de abril, y debido al apagón eléctrico que dejó incomunicada a la Península Ibérica, los agentes tuvieron que hacer la operación «casi a oscuras». Se comunicaron con los recursos tecnológicos que tenían a su alcance, pero al no tener acceso a las bases de datos la actuación se les complicó la labor. «Aún así nos adaptamos a la situación. Teníamos ya marcada una hoja de ruta con las posibles alteraciones, porque siempre estamos preparados para actuar ante cualquier escenario, ya que no podemos estar sujetos a improvisaciones», resalta Lozano.

Con el permiso del titular de la vivienda y acompañados por una traductora, los agentes accedieron al interior del domicilio y realizaron una inspección ocular del espacio en presencia del matrimonio. Comprobaron que en su interior vivían encerrados tres niños pequeños, los cuales se comunicaban principalmente en inglés. Los menores llevaban puestas mascarillas y pañales, estaban sucios y claramente desatendidos. Habitaban una casa repleta de basura, en la que además sus progenitores tenían acumulados «muchos medicamentos», y en la que, al parecer, los gemelos dormían en cunas de bebé, mientras que su hermano lo hacía en otra habitación con una cama muy pequeña.

Como el estado insalubre de la vivienda podía poner en riesgo la integridad de los menores, los agentes actuaron al respecto. De manera inmediata, según ha explicado Lozano, los menores recibieron asistencia sanitaria y fueron con la «mayor tranquilidad y exquisito cuidado» trasladados, en compañía de su madre, al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) para que les realizaran una valoración médica en profundidad. Ese análisis clínico forense será «el que determine ahora cuál era la situación de los niños».

Entre tanto, el padre fue detenido por la Policía Local por un presunto delito de abandono y detención ilegal. Horas más tarde fue arrestada la madre. En el momento que los niños quedaron bajo la tutela de la Consejería de Derechos Sociales y fueron trasladados a un centro de menores de Oviedo, los agentes procedieron a encarcelar a la progenitora por los mismos cargos.

Prisión provisional y sin fianza

Tras la investigación y detención por parte de la Policía Local de Oviedo, el matrimonio ha quedado a cargo de la Guardia Civil de Asturias. Unas vez concluidas las diligencias policiales, la pareja ha pasado esta mañana a disposición judicial. Después de permanecer varias horas en las dependencias del Juzgado de Instrucción 3 de Oviedo, debido a la ausencia de un traductor de alemán (idioma en el que se comunican los arrestados), tras tomarles declaración, la magistrada titular ha decretado el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza, de acuerdo con la petición del Ministerio Fiscal. La jueza ha acordado también la suspensión de la patria potestad y de la guarda y custodia, que pasa a atribuirse al Gobierno del Principado de Asturias.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), las diligencias se abren por violencia doméstica, con maltrato habitual psicológico y abandono de menores, pudiéndose haber ejercido también un delito de «detención ilegal». Los detenidos serán trasladados «de inmediato» al centro penitenciario de Asturias.

La Fiscalía solicitó al Juzgado la medida cautelar al considerar que existe riesgo de fuga y para asegurar la protección de los menores. Sin perjuicio del desarrollo de la instrucción del procedimiento, la Fiscalía entiende que los hechos podrían ser constitutivos de los delitos de detención ilegal, abandono de familia y maltrato psicológico habitual. El Juzgado dictará el correspondiente auto al respecto.

Tutelados y bajo evaluación médica

Los servicios sociales del Principado de Asturias, por su parte, han asumido la custodia de los menores. Los niños se encuentran en régimen de acogimiento residencial en un centro dependiente de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar , donde, según la titular de este departamento, Marta del Arco, «se les está garantizando su mayor bienestar». La consejera ha subrayado que «es muy pronto» para valorar el alcance de las secuelas, ya que se encuentran en «un proceso de valoración inicial en los ámbitos físico, psicológico, social y relacional, para determinar las posibles consecuencias de la situación vivida».

Del Arco ha destacado la importancia de la detección de este caso, señalando que «después de todos los esfuerzos realizados para visibilizar la violencia contra la infancia, tanto por acción como por omisión, ha sido posible identificar la situación de estos tres niños y ofrecerles las experiencias de vida que merecen, como el resto de menores de nuestro país». Ha añadido que los próximos pasos serán darles «un tiempo de adaptación en el centro» antes de realizar una valoración más exhaustiva sobre los posibles efectos de la situación de desprotección sufrida.

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Incógnitas todavía sin resolver

El jefe del cuerpo municipal de Policía asegura que no tiene claro qué motivó a esta familia a venir a vivir a Oviedo ni qué les ha llevado a estar tanto tiempo encerrados, «aunque se puedan hacer elucubraciones de cómo nos ha afectado a todos la pandemia de covid y el postcovid». Desconoce también cómo transcurría el día a día de los menores recluidos en ese hogar. «Es difícil imaginar cómo era su rutina diaria; solo podemos especular, pero estar encerrados tanto tiempo no daba para mucho», ha asegurado Lozano, quien todavía no sabe si los niños en este tiempo han recibido algún tipo de formación.

Lo que sí sabe a ciencia cierta es que la familia nunca dejó de pagar el alquiler. No tienen constancia de que no se hubiese realizado tales pagos. Sí que tienen sospechas de cómo se mantenían económicamente. Aunque no saben con certeza a qué se dedicaban laboralmente, dado que nunca salían de la vivienda familiar, salvo para recoger las cartas y los pedidos de comida, se especula con la posibilidad de que trabajaran desde casa.

Aunque las respuestas de estas preguntas están todavía en el aire, las condiciones en las que se encontraban estos tres menores «no eran las normales para cualquier convivencia común familiar» y, por tanto, ya eran motivo alguno para que los agentes de la autoridad pudiesen actuar al respecto. «Podían poner en riesgo la salud de los menores», asegura el comisario, quien da por «alcanzado» el objeto de que estos hermanos menores «vuelvan a tener una vida en comunidad». «Sin juzgar ni prejuzgar, el objeto final se ha conseguido y hemos hecho nuestro trabajo», ha sentenciado.