Un año del derbi soñado por el Sporting

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Alegría Real Sporting

Los rojiblancos superaban al eterno rival en un duelo de consecuencias extradeportivas

24 mar 2020 . Actualizado a las 11:52 h.

En la semana marcada para una nueva batalla astur, con el balón guardado bajo llave en el botiquín, las ganas de derbi invitan al recuerdo. El 24 de marzo del pasado año el Real Sporting de Gijón sumaba algo más que tres puntos. Los rojiblancos superaban al eterno rival, por primera vez desde el reencuentro tras la larga incomparecencia azul, y regaban de 'alegría' las repletas gradas de El Molinón. 

Si se trata de un derbi, no importa nada, absolutamente nada: ni categorías, ni jugadores, ni quien ocupe el asiento en los banquillos. Es un duelo atemporal. Lo importante, de verdad, está mucho más allá, en el sentimiento de rivalidad y en la idiosincrasia de un partido que solo entienden los que lo sienten como suyo. Más aún si el resultado termina de tu lado, como fue el caso. Las consecuencias de esa lucha se extendieron más allá del terreno de juego.

El Sporting se hacía con el triunfo de la forma que sueñan los aficionados. Compitiendo de pie, con el escudo como alma y con un no gol del eterno rival asomando en el tiempo de descuento. Dirigidos por José Alberto, en el momento más dulce de su estancia en el banquillo, sobre el verde once guerreros sedientos de venganza, emocionales, competitivos, muertos de ganas de ganar. Más corazón que nunca. Latidos en rojo y blanco, contagiados por la grada, impulsados por un Molinón, que celebró por todo lo alto el gol de la victoria.

Apertura de Nacho Méndez, aparición desde el costado zurdo del siempre esforzado Djurdjevic, centro al corazón del área del serbio y Álex Alegría - "Yo me lo apunto, si no estoy ahí para darle, él no la mete, ese me lo sumo" - con la colaboración de Christian Fernández, superaba la línea de meta y llevaba a la locura colectiva a la Asturias rojiblanca. Ganador de todos los duelos, solvente en defensa y solidario en el esfuerzo, el equipo rojiblanco merecía un final sin angustia. Ibra marcaba en los instantes finales el no gol más celebrado en la historia de El Molinón, que ya es historia de los derbis. 

Alineaciones

Real Sporting: Mariño; Geraldes, Peybernes, Babin, Molinero; Traver (Álvaro J min 85), Cofie, Nacho, Aitor (Salvador min 80); Djuka (P.Pérez min 75) y Álex Alegría.

Real Oviedo: Champagne, Alanís, Carlos Hernández, Bolaño, Tejera, Viti (Toché min 72), Javi Muñoz, Mossa, Barcenas (Johanesson min 60), Joselu (Ibra min 60) y Berjón

Goles: 1-0 Álex Alegría (min 32).

Celebración en el vestuario rojiblanco

Consecuencias extradeportivas

Un años después las secuelas institucionales siguen abiertas. Tras el derbi, el conjunto carbayón rompía relaciones con los rojiblancos, al considerar que sus aficionados no habían sido tratados de manera adecuada en los accesos al municipal gijonés. La respuesta desde el bando sportinguista, el estado en el que había quedado el sector de la grada visitante. Un conflicto, que el paso del tiempo ha ido enfriando, con repunte en el último duelo en terreno de juego azul y la no presencia de aficionados rojiblancos. 

La excepcional situación actual, con la competición en suspenso indefinido y un aire de colaboración y cordialidad en el ambiente, invita a la reflexión y a la puesta en común de iniciativas conjuntas que a lo largo de la presente semana irán viendo la luz. Mientras tanto, un aniversario que celebrar.

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