«Las 4 claves del triunfo del nuevo Sporting de Abelardo»

Dani Souto

SPORTING 1905

Montaje Abelardo
Montaje Abelardo Real Sporting

Texto de análisis

16 may 2022 . Actualizado a las 22:37 h.

Victoria fundamental en el momento clave. El Real Sporting de Gijón obtuvo los 3 puntos ante el Girona ofreciendo una imagen mucho más competitiva que en los últimos meses alentados por una afición que se puso el mono de trabajo para ser un jugador más y crear un ambiente de los grandes en El Molinón. Analizamos en base a 4 claves los motivos del triunfo de los de Abelardo:

Intensidad desde un inicio

No son muchos los partidos a recordar en un sentido positivo esta temporada, pero sin duda en varios de ellos un factor común acompaña al análisis de estos: el Sporting salió 'enchufado' desde que se diera el pitido inicial. Muchos analistas y entrenadores coinciden en que los 5 - 10 primeros minutos de un encuentro te da una fotografía bastante fiel de cuál es el planteamiento y cómo lo desarrollan los equipos. No parece coincidencia que en una campaña tan pobre en resultados se dieran tantos partidos con una desconexión importante de los rojiblancos al inicio de los mismos.

Esta vez el ambiente seguro que ayudó, pero los de Abelardo afrontaron un encuentro clave con la mentalidad correcta, convirtiendo esa presión en ambición, motivación y esfuerzo. Un aspecto psicológico que además salió reforzado al lograr sobreponerse a momentos complicados como los que sucedieron al empate visitante. El equipo se repuso y dio muestras de fortaleza mental.

Organización defensiva: de la presión al repliegue

Hubo diferentes fases a lo largo del partido, con un inicio marcado más por la presión alta del Sporting, no tanto sobre su línea defensiva pero sí una vez el balón llegaba a los centrocampistas, apretando la recepción y forzando varias recuperaciones en zonas peligrosas, y un avance del partido en el que, como establecía el guion previo, dejaría al Girona como dominador del balón y empujaría al Sporting a defenderse cerca de su área la mayor parte del tiempo. En ese escenario, los de Abelardo mostraron orden y rigor en líneas generales para cumplir su principal objetivo: tapar las líneas de pase por dentro de los catalanes.

Desde el 4-4-2 en fase defensiva, ya que Villalba quedaba algo descolgado, los rojiblancos juntaron líneas y trazaron un plan para tener muy claro quién debía saltar sobre qué receptor y cuáles eran sus prioridades. Salvo algún desajuste puntual -algo lógico en el desarrollo de cualquier partido en los 90 minutos- el equipo bordó una versión defensiva muy alejada de lo que venía siendo habitual.

El habitual desajuste en un centro lateral

Si bien cuesta sacar pegas a una tarde tan positiva para el Sporting, no se debe pasar por alto la acción del gol visitante. De nuevo aparecieron los fantasmas a la hora de defender una situación de centro lateral, lo cual no responde a un único factor. Todo empieza con un desajuste en banda izquierda en la cobertura defensiva del Puma, a partir de aquí, cuales fichas de dominó colocadas una tras otra, la mala colocación fue sucediéndose a la hora de ocupar espacios en el área, desde los centrales hasta el defensor más alejado, un Guille Rosas que posiblemente sea el que salga en la foto de primeras, pero que no deja de ser una consecuencia más de una mala coordinación colectiva de todos los actores implicados.

Una cuestión que se ha repetido mucho esta temporada y que, siendo objeto de especial y concienzudo análisis por parte de un Abelardo que da mucha importancia a este tipo de jugadas, será algo que el técnico gijonés seguro que busca solucionar a la mayor brevedad posible.

Simplificación del plan: balón parado y contragolpes

En un partido donde pasas la mayor parte del mismo sin el control de balón, firmando un 32% de posesión tras el término de los 90 minutos, la cual supone la cifra más baja en toda la temporada, obviamente resulta más complicado poner de relevancia ciertas cuestiones ofensivas. Sin poder destacar una salida de balón o largas combinaciones en ataques posicionales, el plan del Sporting tiró de reduccionismo pragmático: hacer daño a balón parado y tratar de sacar el máximo de contragolpes y ataques verticales con espacios.

El contexto invitaba a ello, con un rival con el bloque habitualmente muy alto y con una buena y trabajada presión en un inicio que les costó superar. Abelardo buscó ese escenario de partido y lo logró generar, sacando tajada de una situación que habitualmente venía siendo otro de los grandes debe en la temporada, sorprendiendo a propios y extraños con un gol a balón parado. Ideas claras para ganar en competitividad.

Bonus track: la afición

No resulta habitual incluir una clave más, pero esta, sin ser directamente futbolística, está claro que tuvo su papel en el desarrollo del partido. Un ambiente como el que se vivió esta tarde en El Molinón, uno de esos para recordar y a la altura de grandes citas en otras cotas, no merecía menos que una mención y reconocimiento.

Los cambios

Rivera por Villalba. Refuerzo del centro del campo pasando a formar un 4-3-3 con el gijonés como pivote. Ayudó a dar consistencia en el tramo final ante un rival dominador en cuanto a la posesión.

Jony y Pablo Pérez por Puma y Aitor. Refresco en las bandas para ayudar en la presión y los contragolpes, dando continuidad al buen trabajo de los sustituidos. El cangués tuvo alguna incursión de peligro por banda izquierda.

Nacho y Ramírez por Pedro y Djuka. Cambios en los últimos minutos para refrescar y arañar segundos al crono. Nacho tuvo incluso una buena situación de remate que no supo aprovechar.

Nota a Abelardo y al resto del cuerpo técnico

Notable. Un partido y una nota que se entienden mejor desde el planteamiento y la ejecución defensiva, la cual rayó a un gran nivel. Abelardo diseñó una hoja de ruta específica en base a las virtudes y la idea de juego rival y logró contrarrestarlo, siendo uno de los equipos fuertes de la categoría. Versión mejorada y cara mucho más competitiva para una victoria trabajada que da mucho aire al sportinguismo.