Texto de análisis
25 sep 2022 . Actualizado a las 10:10 h.Logrado el objetivo de la victoria, el Real Sporting de Gijón dejó a un lado los posibles temores al cortar la racha con la que llegaba a la cita en El Molinón - Enrique Castro 'Quini' al contar por derrota sus dos anteriores compromisos de liga. A pesar de los tres puntos, pocas noticias positivas se pudieron rescatar más allá del resultado, con unas sensaciones en cuanto al juego que continúan sin convencer. Analizamos en base a 4 claves lo más destacado de la victoria rojiblanca.
Demasiadas pérdidas sencillas
Abelardo incidió en ello en la rueda de prensa post partido, y no fue para menos. El Sporting apenas logró continuidad en el juego ante un Ibiza que fue dominador de la posesión de balón. Si bien los asturianos querían aprovechar los espacios que cedían los de Baraja al situar el bloque tan arriba durante tanto tiempo, no fue una cuestión de voluntad que los baleares amasaran cerca de un 60% de la posesión de balón (que por momentos de partido fue bastante más elevada).
Los de Abelardo volvieron a mostrar deficiencias en salida de balón, con dificultades para avanzar combinando tanto por dentro como por fuera, sumando muchas imprecisiones, errores en la entrega y numerosas pérdidas incluso hasta en situaciones en las que no se veían especialmente exigidos. Un mal día con balón, que no es el primero, y que lastra las opciones ofensivas del equipo.
Equipo descompensado en las ayudas
Era un escenario conocido el hecho de que el Ibiza hiciera gala de una gran movilidad en sus jugadores de ataque. Los de Baraja fueron claros dominadores de la posesión de balón, con tiempo para organizar desde el pase cada una de sus situaciones ofensivas. Una movilidad que no supo ser contenida por la defensa sportinguista. Tanto centrales como laterales estaban ocupados con sus marcas, acompañando los movimientos de ruptura de estas mientras trataban de no perder el sitio.
Sin embargo, las ayudas no siempre aparecieron a tiempo tanto por dentro (pivotes) como por fuera (extremos), haciendo que el esfuerzo de la línea defensiva fuera muchas veces en vano. Precisamente la acción del gol visitante llega al aprovechar una situación de inferioridad defensiva (1vs2) en la banda izquierda rojiblanca. No hubo ayuda ni cobertura, con los centrales fijados y la zaga maniatada. No supo sacarle tajada un inofensivo Ibiza, que tuvo más amenaza que colmillo.
La pizarra salvó el partido
De nuevo el balón parado y, además, en dos momentos clave del partido. El primer gol al inicio, en una gran jugada a saque de falta frontal que demostró estar ensayada. Despejando dudas nada más empezar y permitiendo al equipo ponerse por delante. El segundo, esta sí algo más embarullada, en una falta lateral que igualmente permitió a los de Abelardo volver a tomar ventaja en el marcador cuando el partido empezaba a desequilibrarse en favor de los ibicencos.
"Gran mérito de estas jugadas lo tiene Tomás Hervás", reconocía el técnico tras el partido, aludiendo a las horas que todo el cuerpo técnico dedica a unas acciones que, acertadamente apostilló, son claves en una categoría tan igualada. Faltó Cote, y se volvió a notar en los centros en jugada, pero el balón parado volvió a ser la nota positiva del equipo y que esta vez valió los 3 puntos.
Sin concreción en los contragolpes
El Sporting quiso apostar a los contragolpes y, si bien tampoco se contabilizaron demasiados de manera clara, sí tuvo sus posibilidades en este tipo de jugadas. Cristo no supo enviar al fondo de la red una contra que él mismo se encargó de dirigir, como tampoco se consiguió finalizar una comandada por Aitor que, curiosamente, fue el origen de la falta del 2-1.
El problema, más que en su finalización, que aunque no haya sido acertada sí derivaron en situaciones de peligro, estuvo en su creación. Los de Abelardo confiaron en su capacidad para contragolpear, más con los espacios que cedía el Ibiza, pero esa imprecisión a la que se aludía en una clave anterior y cierta precipitación hicieron que el Sporting no supiera aprovechar muchas situaciones que tenía para correr. Un aspecto a seguir trabajando.
Los cambios
Nacho por Queipo. Movimiento de varias piezas ubicando a Zarfino más arriba (lo cual benefició al uruguayo) y a Nacho en la medular. El luanquín no tuvo especial trascendencia, buscando con su entrada que el Sporting lograra sumar algo de pausa con balón, lo cual faltó durante todo el encuentro.
Pol por Aitor. Refresco en banda con el catalán jugando por delante de Guille Rosas. Tuvo alguna arrancada en la que mostró nuevamente su potencial y su físico. Un jugador aprovechable en distintas posiciones.
Campuzano, Jony y Bamba por Cristo, Otero y Guille. Cambios en el tramo final de partido que apenas lograron entrar en juego.
Nota a Abelardo y al resto del cuerpo técnico
Insuficiente. Punto positivo a la estrategia, que permitió sumar tres puntos y que en un amplio porcentaje deriva del trabajo entre semana del cuerpo técnico, pero más allá de esto, la versión general del equipo no fue nada positiva.
Alguna duda en área propia, problemas en las ayudas y coberturas defensivas, muchas imprecisiones, superados en número en diferentes zonas del campo y, en definitiva, poco peligro ofensivo a excepción de un par de contragolpes y las citadas acciones a balón parado. Tres puntos vitales pero con los que las dudas respecto al juego no han logrado disiparse.