Paula Echevarría y Bustamante ponen precio a su antiguo nido de amor

La Voz REDACCIÓN

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El primer verano de Paula Echevarría y David Bustamante separados no ha pasado desapercibido
El primer verano de Paula Echevarría y David Bustamante separados no ha pasado desapercibido

La candasina y el cántabro tasan la que fuera su casa familiar en Villafranca del Castillo

25 may 2019 . Actualizado a las 13:15 h.

El que fuera el nido de amor de una de las parejas más mediáticas del panorama nacional ya tiene precio. Paula Echevarría y David Bustamante, quien posee el 80% de la propiedad del inmueble, ha valorado la casa familiar de Villafranca del Castillo en dos millones de euros. Ambos quieren desprenderse de este inmueble por los altos costes de mantenimiento que genera, además de que cada uno de ellos ya ha rehecho su vida por separado. Mientras que la asturiana es feliz junto al futbolista Miguel Torres, Bustamante está totalmente enamorado de Yana Olina. Vender la propiedad familiar sería una forma perfecta de quitarse de encima todos los gastos que genera y desvincularse definitivamente de la que fuera la casa familiar de ambos hasta su ruptura.

Si bien esta propiedad ha sido reformada en numerosas ocasiones, las fotos que se pueden ver del inmueble datan de 2011, por lo que el aspecto del interior de la casa familiar será distinto del que aparece en estas imágenes, dadas las renovaciones que se han llevado a cabo e el mismo. La vivienda cuenta con una superficie de 330 metros cuadrados, un amplio jardín y una piscina. Este entorno fue escenario de numerosos momentos de la pareja que compartió algunas de sus rutinas. La casa fue adquirida en 2006 y fue bautizada como el «Cantábrico». 

Al separarse, David Bustamante fue a vivir a un ático de la capital de España, mientras que Echevarría se quedó en la casa de Villafranca del Castillo mientras se ponía a punto su nueva vivienda: una casa modular de 400 metros cuadrados. Con las obras ya finalizadas y la mudanza consumada, nada ata ya a ninguno de los dos a su antiguo nido de amor. Por ello ambos buscan rápido un comprador para una vivienda que ahora mismo genera más gastos que otra cosa. Hasta entonces, queda esperar porque el «Cantábrico» pase a nuevas manos.