La agrupación de extrema derecha, de capa caída desde la derrota en las elecciones presidenciales del año pasado, votará la reelección de su presidenta, unos nuevos estatutos y una propuesta de un nuevo nombre
La decisión, pese a que alega motivos personales, estaría motivada por su desacuerdo con la línea económica «izquierdista» impulsada por el vicepresidente del partido, Florian Philippot