Leopoldo López, el preso político más emblemático de Venezuela, ha sido trasladado en la madrugada del pasado sábado desde el penal militar de Ramo Verde a su domicilio familiar en el barrio caraqueño de los Palos Grandes. De momento sigue privado de libertad, pero ya hay indicios suficientes para pensar que este puede ser el principio del fin de la pesadilla de casi 30 millones de venezolanos.
JULIO Á. FARIÑAS