África Rodríguez (Santiago, 1984) entró en contacto con el mundo de los bufetes, un universo que, lejos de atraparla, le hizo pensar que tenía que encontrar un sentido a lo que hacía «más allá del dinero». Una «crisis catártica», como ella lo define, desembocó en lo que llevaba años persiguiendo: el hallazgo de su verdadera vocación.