El Black Friday era entonces solo un lejano eco del consumismo anglosajón, pero en aquel noviembre del 85 parecía que nuestras rebajas de enero habían llegado antes de tiempo. «Compre ahora y ahorre sorpresas», rezaban algunos anuncios en la Voz, aludiendo al nuevo impuesto a la vuelta de la esquina que se asomaba también a la cultura popular. El año acabaría con Concha Velasco entonando ¡Que viva el IVA!» en la gala de Nochevieja.
Jesús Flores