Expertos en obesidad abogan por incluir el ejercicio dentro del horario laboral

Marta Otero Torres
marta otero LA VOZ / REDACCIÓN

ACTUALIDAD

JEWEL SAMAD

Las altas tasas de esta enfermedad son una de las causas de que las nuevas generaciones puedan llegar a vivir menos que sus padres

13 mar 2019 . Actualizado a las 18:11 h.

La obesidad recorta hasta diez años nuestra esperanza de vida. Con esta frase tan contundente comienza hoy en Vigo el congreso de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO-ESO), en el que 500 expertos pondrán sobre la mesa el reto de la lucha contra una pandemia que puede hacer que, por primera vez en la historia reciente de Occidente, los hijos tengan una expectativa de vida inferior a la de sus padres.

De hecho, la obesidad infantil es uno de los temas que más preocupa a los especialistas, muchos de los cuales hablarán estos días de un tema vital: la necesidad de que la población realice más ejercicio físico. «Siete de cada diez personas no hacen ejercicio físico -explica Felipe Isidro, coordinador del grupo de estudio de ejercicio físico y obesidad de la SEEDO- este es el problema que tenemos, por eso hay que explorar un poco las posibilidades que hay». El primer objetivo para los expertos es «que la población haga más actividad física -que es lo que te mueves para realizar tu vida diaria-, que pueda caminar hacia el trabajo, subir escaleras en vez de coger el ascensor, que se implique más. Para eso los ayuntamientos tienen que poner de su parte, creando, por ejemplo rutas saludables para ir a la escuela o al trabajo».

Pero, ante las alarmantes cifras de obesidad, que no paran de crecer, los especialistas no descartan soluciones más contundentes. «Nosotros abogamos hace tiempo porque haya algún tipo de legislación que obligue en las escuelas y lugares de trabajo a hacer un mínimo de ejercicio físico -afirma Isidro-. Si no se legisla es muy difícil, porque todo queda en buena voluntad. Pero si en las empresas obligas a que permitan que los empleados tengan un mínimo de minutos incluidos dentro del horario laboral para poder hacer determinados ejercicios, la cosa cambia». Según el coordinador, bastaría con veinte minutos, tres días a la semana. «A veces incluso puede llegar don diez -asegura-, ya hemos visto que se consiguen beneficios. Hay que ayudar a la gente a que encuentre ese tiempo que nunca tiene para hacer deporte, y cuando es simplemente aconsejado no se encuentra. Si en tu trabajo y te permiten que hagas esos veinte minutos de ejercicio y lo incluyen en tu horario, la gente si que encuentra ese espacio».

Felipe Isidro recuerda que cada uno debe adaptar el ejercicio físico a sus necesidades. «El ejercicio es un medicamento para la prevención y tratamiento de enfermedades, por lo tanto se ha de pautar con una dosis adecuada. Cada persona es diferente pero sí que manejamos un concepto que es la dosis mínima eficaz. Suelen ser entre dos y tres días a la semana, un mínimo de veinte minutos. Con una hora semanal se pueden conseguir bastantes beneficios para la salud con un ejercicio pautado y adecuado». En cuanto al tipo de ejercicio, el entrenador afirma que en los últimos años se ha comprobado que el ejercicio de fuerza «da muchos más beneficios con menos tiempo, más que el típico cardiovascular que hemos hecho toda la vida». También recuerda que las limitaciones de cada persona no impiden que hagas ejercicio. «Solo tienes que consultar a un profesional para adaptar el ejercicio a tus posibilidades». Por último, Isidro recuerda la importancia de implantar el ejercicio desde la infancia para que los niños crezcan con el este saludable hábito.

En este sentido, el catedrático gallego Federico Mallo asegura que en Galicia los niños tienen muy pocas horas de ejercicio físico en la escuela. «En primaria son dos horas a la semana, que es una cantidad ridícula. En Japón, por ejemplo, a esa misma edad todos los días tienen dos horas de actividad física. Nosotros lo que les estamos diciendo a los niños es que el ejercicio físico no es algo muy importante». El experto recuerda, también que «hace años las competiciones deportivas estaban incluidas en lo que se llamaba deporte escolar. Ahora se ha llevado a las federaciones, donde hay un elemento mucho más competitivo y menos formativo. No quiero decir que no sea formativo, pero lo es menos. Eso hace que haya un tipo de segregación entre los niños que tienen tendencia a desarrollarse en un entorno deportivo, y los que tienen menos disposición inicial por cuestiones culturales o familiares».