Poio despide al fundador de Casa Solla

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA LA VOZ

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Marcos Miguez

José González Solla, primer restaurador galego en obtener una estrella Michelin, falleció el pasado domingo

07 ene 2020 . Actualizado a las 20:00 h.

Decir Casa Solla es sinónimo de buena comida y mejor trato. Su fundador, José González Solla, que abrió el restaurante en 1961 en compañía de su mujer, Amelia, falleció este domingo a los 91 años. Conocido internacionalmente como Pepe Solla, rápidamente se hizo un sitio entre los restaurantes de referencia en toda Galicia. La culminación llegó en 1980, cuando su cocina fue la primera gallega en lucir la estrella Michelin. Un reconocimiento que hoy, 40 años después, Casa Solla mantiene de la mano del hijo del fundador, que lleva con orgullo el mismo nombre que su padre.

Pepe Solla se inició muy joven en los fogones. Cuando se casó con Amalia pidió como herencia anticipada la casa en la que abrió su restaurante. Así lo recordaba su hijo en una entrevista en La Voz con motivo del 50 aniversario del restaurante: «La tradición empezó con mis abuelos, que tenían un pequeño merendero en la casita de enfrente. Mi abuelo era tratante de vinos y mi abuela hacía unas tortillas maravillosas. Cuando mi padre y madre se casaron pidieron como herencia adelantada esta otra casa y dieron el salto del merendero al restaurante».

En esa misma entrevista, Pepe Solla hijo alababa la innovación culinaria que aportaron sus padres a la cocina gallega: «Siempre digo que mis padres fueron mucho más modernos que yo. Basaron el restaurante en nuestro producto por excelencia, el marisco. Y de sus viajes trajeron ideas que revolucionaron nuestra cocina. En Francia descubrieron el lenguado meunière que ellos adaptaron después con sus vieiritas, un pescado sin espina y lomos enrollados, que en los años sesenta nadie hacía en Galicia. También introdujeron un postre cien por cien francés, el soufle, que sigue en mi carta. Cogieron tanta fuerza que la gente habla de esos platos para referirse a la cocina tradicional de Solla, cuando eran tremendamente modernos en su época».

Solla no solo fue el primer cocinero gallego en tener una estrella Michelin. A lo largo de su trayectoria recibió la Medalla al Trabajo, fue miembro distinguido del Club de Leones y de la Peña de la Boina, presidente de la Asociación Amigos da Cociña Galega y premio Amigos de Pontevedra en el año 2011, cuando su restaurante cumplía 50 años.