Grandes empresas, pymes e, incluso, infraestructuras como el puerto de Avilés resultarían perjudicadas si la multinacional americana cierra su fábrica
29 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Si Alcoa cumple lo anunciado y lleva a efecto el cierre de sus plantas de Avilés y La Coruña, las consecuencias de tal hecho no se quedarían sólo en el cierre de unas factorías y la pérdida de 686 puestos de trabajo directos. Aunque estos días el foco esté puesto sobre las plantillas de estas dos delegaciones de la multinacional americana, un reguero de empresas del entorno de ambas plantas sufrirían los daños colaterales de la clausura, tanto en lo que respecta a su facturación y, algunas, en su volumen de empleados. Así, son muchas las que prestan servicios a la planta aluminera, en este caso, de Avilés que podrían verse afectadas por un cierre que para nada se esperaban. Imasa, Talleres Difer, Isastur, Química del Nalón, Jomasa, Taller Comefa, Securitas, Transportes Ana, Autocares Cabo Peñas y, por supuesto el puerto de Aviles. Todas son compañías que tienen como cliente a Alcoa y a todas, en mayor o menor medida, se verán afectadas si el anuncio de cierre de la factoría avilesina no se revierte. Algunas son grandes empresas a las que la clausura apenas sacudirá la cuenta de resultados, pero las pymes serán las más damnificadas. El presidente del comité de empresa de la planta asturiana de Alcoa, Daniel Cuartas, cifraba hace unos días en 1.500 las familias que podrían verse afectadas por la marcha de la multinacional de la comarca avilesina.
El Taller Mecánico Comefa, ubicado en Carreño, es uno de lo que se verían perjudicados si la multinacional americana cesa la actividad en Avilés. Según explican desde el mismo, los trabajos que realizan para Alcoa en el mantenimiento de los equipos móviles de la planta supone el 22% de su facturación. De hecho, son cuatro o cinco empleados los que se dedican de continúo a los trabajos requeridos por la planta aluminera. Para este taller, un anuncio «tan drástico» ha sido toda una sorpresa. Como mucho preveían que se pudiera producir un ERE o un cierre parcial de una unidad de producción teniendo en cuenta «que una serie ya estaba a bajo ritmo». Dada la situación, consideran en esta empresa que alguien debe tomar «una decisión en cuanto a la venta de electricidad para que Alcoa continúe o haya posible comprador». Lo que parece claro es que «nadie va a querer invertir si tienen que acudir al mercado eléctrico cada seis meses». Desde Comefa apuntan a la onda expansiva de damnificados que puede generar el cierre de la factoría aluminera de Avilés. «Los trabajadores no son lo únicos implicados. También la tienda que me vende a mí, a la propia Alcoa y a otras empresas la ropa de trabajo; y la tienda en la que compro los recambios, porque dejaría de comprarlos…, así que este cierre puede generar una bola muy grande que afecta a mucha gente», señalan desde este taller.
Química del Nalón es otra de las empresas que tiene en su lista de clientes a fábrica de aluminio. Según los datos facilitados por esta compañía a La Voz de Asturias, «Alcoa supone aproximadamente el 7% de las ventas de brea y el 2,5% de las ventas totales de Química del Nalón». En el caso de Isastur, holding de empresas especializadas en la creación de infraestructuras relacionadas de forma mayoritaria con el sector de la energía, la vinculación con la factoría avilesina era para realizarle «tareas de mantenimiento a demanda». Aunque a los trabajos en Alcoa se destinaban una media de entre dos y tres personas, en la actualidad son 6 personas las que están haciendo labores en la factoría. Otra de las empresas que se vería muy «perjudicada» si cesa la actividad en la planta avilesina de la multinacional americana es Autocares Cabo Peñas, empresa encargada de realizar los diez servicios de transporte de trabajadores diarios, cinco de entradas y cinco de salidas, para lo que utilizan cuatro autocares. Ante los anuncios, uno de los responsables de esta compañía no duda en señalar que si Alcoa cierra tendrán que «prescindir de dos conductores fijo y deshacernos de dos o tres autobuses». Actualmente el servicio que le presta a la fábrica le supone a Cabo Peñas el 30% de sus ingresos. Es más, esta empresa de transportes que nació en 2011 creció al calor de Alcoa. «Aunque no vives sólo de Alcoa, nos cubrió la espalda», porque explica que en diciembre hará siete años que hacen el transporte para los empleados de la fábrica de aluminio. Este portavoz de Cabo Peñas apostilla que su empresa no será la única que sufra un bajón si cesa la actividad de la multinacional en Avilés porque «somos muchos los que indirectamente vivimos de Alcoa». Tal es así, que vaticina un «batacazo descomunal» entre las empresas auxiliares, las subcontratadas, las que realizan trabajos para la factoría o en el sector del transporte, por todo el material que entra y sale de la planta. En Autocares Cabo Peñas tampoco se esperaban un anuncio así de la multinacional y asegura uno de sus propietarios que el anuncio «aún no lo ha digerido nadie». Talleres Difer es otra de las empresas que trabaja para Alcoa y aunque no facilita el volumen de trabajo que tiene con la factoría, desde la misma sí señalan que la marcha de la aluminera será «un palo importante para la comarca».
Marcha de trabajadores y familiares el próximo sábado
Pero los trabajadores de Alcoa están dispuestos a luchar y reivindicar la continuidad de la factoría. Así, además del calendario de movilizaciones previsto de concentraciones delante de la portería de la planta y delante del Ayuntamiento de Avilés, el Comité de Empresa está organizando una marcha para el próximo sábado que se desarrollará entre la fábrica y Delegación de Gobierno, donde serán recibidos por Delia Losa. La marcha estará integrada exclusivamente por los trabajadores y sus familias, por lo que desde el Comité se hace un llamamiento a la sociedad asturiana para que participen esperando a la marcha en Oviedo, junto a Delegación de Gobierno. Allí esperan llegar en torno a las cuatro de la tarde.
