Asturias busca alternativas a la «guerra sucia» de las aerolíneas

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

La pista del aeropuerto de Asturias, desde la torre de control
La pista del aeropuerto de Asturias, desde la torre de control

Empresarios turísticos y agencias apoyan la postura del Principado de no entrar en el «zoco» en el que se ha convertido el sector. Confían en que la estrategia del Principado dé sus frutos

08 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Guerra sucia, mercadeo, zoco, chantaje,... Empresarios y agentes turísticos utilizan un amplio abanico de términos para referirse al apagón aéreo que sufre el Principado. La marcha de aerolíneas, el cierre de rutas consolidadas y el fracaso de los concursos nacional e internacional de promoción, que apoya la mejora de la oferta del Aeropuerto de Asturias, ha dejado a la región en una situación desconocida desde hace décadas. ¿El solar en el que se ha convertido la oferta de vuelos tiene marcha atrás? El Gobierno autonómico cree que sí y la patronal también. Ninguna de las dos partes quiere entrar en una guerra de precios con otras comunidades para captar más compañías. Ambos creen que la estrategia que se está siguiendo es la adecuada. Parece curioso cuando la situación es tan crítica, pero confían en la negociación. Están convencidos de que puede existir un punto de acuerdo.

La alarma lleva semanas disparada. Easyjet anunciaba su marcha de la ruta a Londres, después de 15 años. TAP renunciaba a la conexión con Lisboa durante la campaña de invierno. El concurso nacional de promoción quedaba desierto dos veces. A esta marea de malas noticias, ahora hay que sumar el concurso internacional, que tampoco ha recibido ninguna oferta. El objetivo era lograr vuelos directos con los principales aeropuertos de Londres, País y Frankfort. El presupuesto rebasaba los 3 millones de euros. No han sido suficiente gancho para las aerolíneas. Con este panorama, el Principado afronta el vuelo sin conexiones internacionales.

El consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, señalaba al término de un Consejo de Gobierno que Asturias tiene plan B. Aunque no lo ha explicado oficialmente, el sector indica que se está negociando con las compañías para buscar un punto de encuentro entre las necesidades de la región y sus intereses económicos y de rentabilidad. «Las compañías quieren más dinero y pocas condiciones», reconoce Íñigo Fernández, presidente de OTAVA, la patronal de las empresas turísticas. Pero ni Fernández ni tampoco Fernando Corral, presidente de OTEA, la patronal de las empresas de hostelería y turismo, creen que se deba caer en la carrera incontrolable del dinero, porque no tendría fin.

Dulcificar las cláusulas

Corral expone que la estrategia asturiana es la correcta y que lo que hay que hacer es introducir elementos correctores o, en otras palabras, «dulcificar el concurso». Con menos condiciones, es posible que aparezcan nuevas novias. La táctica que se ha marcado el Gobierno, de acuerdo con el sector, consiste en buscar conexiones con aeropuertos de referencia, que permitan otras conexiones internacionales -lo que en el sector se conoce como Hub-  en mercados interesantes tanto para el turismo como para las empresas asturianas, en empresas con vocación de continuidad y que no busquen únicamente pagar su rentabilidad. «No somos Canarias, así que no funcionan los chárteres. Lo de Cantabria con una única compañía low cost y a destinos no preferentes tampoco nos parece lo más adecuado», explica el vicepresidente de Otea, que apuesta por continuar en ese camino pero explorando qué es lo que quieren las propias compañías.

Al Principado, le quedarían por delante un trabajo que requiere de cintura. Lo primero sería -que ya lo está haciendo- sondear a las aerolíneas para ver qué es lo que quieren. Después habría que volver a sacar el concurso. ¿Cómo? En función de la respuesta obtenida, Corral considera que hay dos caminos. O un concurso libre en el que no haya restricciones pero en el que Asturias se quede con lo que más le interese. O un concurso con el contrato menos rígido. Esto implica, por ejemplo, poder quedarse con algunos destinos y no todos. La prioridad para Otea son Barcelona y Madrid, en el concurso de promoción nacional, y Londres y París, en el internacional. Esos serían irrenunciables. Frankfurt o Bruselas son siempre un aliciente, pero quizá habría que mirar cómo encajan.

Íñigo Fernández, de Otava, cree que en el fracaso de los primeros pliegos ha influido también la merma económica del concurso. Destinar más dinero a la promoción directa ha podido restar interés. Sin embargo, no es partidario de la guerra de precios. La rehúye. Tiene en mente cómo han quedado aeropuertos como el de Reus, tras la marcha de Ryanair. También piensa en los 12 millones que Cantabria paga a la misma low cost en tres años y se pregunta si esas cantidades son soportables. Al igual que Corral, el portavoz de las agencias no quiere ni pensar en que la región se quede apresada en manos de una única compañía. Los chárteres tampoco son una alternativa para el Principado. Empresas como TUI tienen sus propios aviones volando desde Londres o desde múltiples puntos de origen alemán. Pero Asturias no es Canarias ni Baleares, no tiene ese potencial turístico para aspirar a este tipo de conexiones.

Al margen de la rentabilidad

Tampoco está en condiciones de pelear por decisiones de empresa que nada tienen que ver con la rentabilidad. Fernández está convencido de que Easyjet no regresará. Explica que el vuelo de Londres era rentable, con unos índices de ocupación muy altos. Pero la aerolínea tomó una decisión empresarial. Granada le ofreció dos millones al año por un vuelo directo a Londres y decidió quitar el avión de Asturias y destinarlo a esta nueva ruta. «Es el mismo avión y a la misma hora operando desde Granada», explica. 

Sí cree que el concurso podría ser mejorable. Coincide en la estrategia pero podría pulirse. Apunta algunas posibilidades. Por su experiencia sabe que las rutas tardan entre dos y cuatro años en asentarse y ser completamente rentables. Por eso, piensa que quizá para las compañías concursos a solo dos años vista -aunque sean prorrogables- no sean rentables. Esos plazos tampoco son demasiado interesantes para las propias comunidades autónomas, porque una aerolínea con una conexión rentable es más difícil que se vaya, aunque deje de recibir dinero de un concurso de promoción turística. Así que quizá la opción sea una planificación más extensa en el tiempo

El portavoz de las agencias también es optimista. Asegura que la conexión a Madrid está garantizada, con Iberia y con Air Europa. Barcelona, Londres y París son las otras prioridades, por lo que coincide con Otea. Recuerda que TAP volverá a operar Lisboa en marzo y que su marcha no es por una cuestión económica sino por problemas estructurales de la propia compañía. Piensa que Iberia volverá a ofertar Londres, incluso sin concurso, en verano. Además, «el Principado no está de brazos cruzados», argumenta.

También quiere que la gente, los clientes potenciales reflexionen sobre las conexiones, las compañías y los precios. «La pregunta es por qué Ryanair, Easyjet o Iberia Express son más baratas que Iberia. Volvemos a lo mismo... Por una parte, menos derechos a la hora de la compra de los billetes y, por otra, menos derechos a los trabajadores peores salarios y condiciones laborales. Son cosas que se deben reflexionar. Hasta dónde y hasta cuánto estamos dispuestos a renunciar y a obligar a otros a renunciar para poder mantener un puesto de trabajo», cuestiona.