Asturias se pone sobresaliente en equidad: es mejor que Finlandia

SUSANA D. MACHARGO REDACCIÓN

ASTURIAS

Pilar Canicoba

Un informe señala que el Principado es la región de la Unión Europea donde la escuela compensa mejor las diferencias socioeconómicas y entre centros

20 ene 2019 . Actualizado a las 09:59 h.

La educación pública asturiana está a la cabeza en Europa en equidad. Esto supone que la escuela en la región es capaz de corregir los efectos que pueden tener el contexto socioeconómico de las familias y las diferencias entre centros en el proceso de aprendizaje de los niños. Está por encima incluso de Finlandia, que es el estado al que tradicionalmente se otorga un mayor efecto igualador gracias a la enseñanza. Así aparece reflejado en las conclusión de un informe encargado por la Consejería de Educación del Principado y firmado por dos autores, Francisco Javier García-Crespo, del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), organismo dependiente del ministerio, y por Begoña Galián-Nicolás, de la Universidad de Murcia. Se titula Equidad educativa en Asturias, España y Europa a partir de los resultados PIRLS 2016

Es un informe propio pero realizado en base a datos internacionales aceptados de manera global. Esos datos han salido de los resultados del informe Pirls, que es algo así como el Pisa pero centrado en la comprensión lectora. Esta prueba se realiza cada cinco años y evalúa a los estudiantes matriculados en cuatro de Primaria, con 10 años. En la última edición, 60 países y regiones se sumaron a este test, en el que participaron 310.000 alumnos. Asturias fueron 947, que representaban a una población total de 7.613  que procedían de 50 centros diferentes. Este es el punto de partida que muestra la equidad de la educación regional.

Conclusiones y comparaciones

Los autores dicen que es necesario medir dos factores, el contexto socioeconómico y las diferencias de los resultados entre estudiantes de un mismo centro y entre los estudiantes de distintos. De la combinación de resultados se extraen conclusiones certeras, explican. Así que dieron el primer paso y miraron la varianza de resultados dentro de un centro y con respecto al resto. El Principado consiguió el mejor resultado de toda Europa y, en consecuencia, muy por debajo de la media de la Unión Europea. Las calificaciones de los alumnos son muy homogéneas, sin distinción de en qué colegio o aula se encuentren. Con peores datos, pero con un resultado similar se encuentran los Países Bajos, Bélgica o Letonia. Dicen los investigadores que «la variación total en Asturias es muy inferior al valor de referencia, pudiendo afirmarse que son más pequeñas que las estimadas para el conjunto de la UE y unos 13 puntos porcentuales menores que las calculadas para España». Esto les permite afirmar con rotundida que «el modelo asturiano es el más equitativo de entre los analizados».

Hasta aquí, los centros. Pero, ¿qué pasa con las familias? ¿Cómo influye el contexto socioeconómico? Las conclusiones son muy similares. Este apartado se mide mediante un indicador denominado ISEC, ya que las pruebas internacionales tienen una parte del cuestionario para los padres o tutores que permiten demostrar estos aspecto. Así que la idea es mirar el ISEC y ver cómo influye en el rendimiento de los niños, en concreto en este caso, en su comprensión lectora. Un valor bajo indica que apenas ha influido. Por el contrario, un valor alto afecta a la equidad y revela que la escuela no tiene un efecto compensatorio de las desigualdades. El Principado tiene el segundo dato más bajo. Solo obtiene menos Malta. Hay que ir al puesto 10 para encontrar a Finlandia. «Asturias vuelve a destacar en este indicador. Los números sitúan A Asturias en el grupo de países donde el efecto de los antecedentes sociodemográficos es menor».

La combinación final de ambos indicadores es, en consecuencia, positiva, muy por debajo de la UE. España, en su conjunto, también está por debajo de la media pero por detrás del Prinicpado. ¿Quiénes están peor? Los autores citan dos ejemplos y las causas. Son Alemania y Lituania. La razón es que aquellos países que obligan a sus alumnos a elegir entre diferentes vías o caminos y en los que reciben diferentes tipos de titulación presentan más problemas. Lo mismo sucede en estados en los que segregan por centros en función de los resultados, algo que ocurre en Bulgaria o Hungría.