El mapa del «terrorismo escolar»: la mitad de los casos de acoso se concentran en el Nalón

Carolina García REDACCIÓN

ASTURIAS

acoso escolar, bullying

Asturias registra 128 denuncias en el último año, según datos de la Asociación contra el Acoso Escolar (Acae). Alerta de un incremento del «bullying» de docentes contra alumnos

21 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El mapa del acoso escolar en Asturias sitúa su punto más negro en la Cuenca del Nalón. Solo el año pasado concentró la mitad de los casos que se registraron en el conjunto de la región. Desde hace décadas, la Asociación contra el Acoso Escolar (Acae) trabaja para atajar un problema que año tras año encuentra nuevas víctimas. Según sus datos, en 2018, la cifra oficial reflejó 128 casos (más de 60 corresponden a centros de la cuenca del Nalón). Pero son muchos más. Hay una cara b del bullying con centenares de historias silenciadas.

La presidenta del colectivo, Encarna García, habla de más de 300 consultas de padres y madres que decidieron ponerse en contacto con la asociación en Asturias para exponer un posible caso de acoso hacia sus hijos. Muchas de ellas solo las conocerá el círculo más íntimo, caerán en saco roto y nunca llegarán a las estadísticas. Solo el último año representan más del doble. «Hay mucho miedo a denunciar por las represalias. Las víctimas se ven obligadas a cambiar de centro e incluso hay familias que se han tenido que mudar», explica. Ocurre, puntualiza, sobre todo en la cuenca del Nalón donde «hay padres que han sufrido acoso junto a sus hijos y no les ha quedado otra salida que cambiar de residencia». Para Encarna García el acoso en las aulas es «terrorismo escolar», una fórmula que regresa con cada nuevo curso y lo hace cada vez a una edad más temprana. Comienza ya en la etapa de Primaria y «como no se pone ningún freno», matiza, continúa en Secundaria.

El bullying no distingue de sexo. Lo sufren tanto niños como niñas. Igual que el acosador: no hay un perfil concreto. No ocurre lo mismo si hablamos de ciberacoso. Entonces son las chicas, con diferencia, las que más lo sufren. «Es muy peligroso. Llevamos años reclamando al Principado que no permita el uso de los móviles en las aulas», denuncia Encarna García. De momento no han tenido éxito. Además, añade que ahora se trata de un acoso escolar «más violento en un contexto de más impunidad».

2017: el año más negro con 500 casos

El acosador no tiene un plan concreto. No va por modas. Los motivos para arremeter contra su víctima son muy variados. «Puede ser que no tenga móvil, su forma de vestir, de hablar… Lo que sea»,  cualquier excusa es válida. Y una vez que enciende la mecha, ya no hay marcha atrás. A la víctima le acompañará toda su vida. «Sufren muchísimo. Crecen con un estrés postraumático. Nunca curan la herida», añade. Por eso, explica Encarna García, es fundamental poner medios para conseguir erradicarlo. Pese a los programas y actuaciones concretas que desarrollan asociaciones y entidades gubernamentales, no consiguen poner el contador a cero. De momento, el año más oscuro para el acoso escolar en Asturias fue el de 2017 cuando, según datos de la asociación, llegaron a atender cerca de medio millar. «Fue un año de terror», recuerda. Echando la vista atrás, en 2013 atendieron 169 casos y seis años antes, algo más de 190.

Al margen de cifras, la presidenta de Acae anima a los padres a que se pongan en contacto con la asociación para asesorarles y acompañarles durante todo el proceso. «No deben tener reparo en acudir a nosotros. Les vamos a ayudar. Deben denunciarlo y deben saber que pueden hacerlo en cualquier registro del Principado. Tienen que llevar al niño ante un profesional».

Además del acoso escolar entre compañeros, Encarna García señala, sin entrar en detalles, otro tipo de bullying: el de profesores hacia sus alumnos. «Antes sabíamos de casos puntuales, pero desde hace un tiempo hemos detectado un incremento de este tipo de hechos. La Consejería de Educación debe analizarlo y actuar», comenta. Y avisa: cada vez están ganando más denuncias contra los centros escolares que no prestan ayuda ante un acoso. «Tarda el salir el juicio, pero llega», concluye.