El adelanto electoral abre la espita de la pugna por las listas asturianas

ASTURIAS

Uno de los dos leones que cusjtodian la entrada al Congreso de los Diputados en Madrid, caracterizado con unas gafas, en honor a los 400 años del fallecimiento de Miguel de Cervantes.
Uno de los dos leones que cusjtodian la entrada al Congreso de los Diputados en Madrid, caracterizado con unas gafas, en honor a los 400 años del fallecimiento de Miguel de Cervantes. ANDREA COMAS | REUTERS

Los partidos afrontan la selección de candidatos cuando preparaban las listas autonómicas y con dudas sobre las alianzas electorales

27 feb 2019 . Actualizado a las 08:16 h.

Cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que la fecha del adelanto electoral de las elecciones generales sería el 28 de abril, despejó la incertidumbre sobre la coincidencia de comicios en un «superdomingo» que coincidiera con las autonómicas, municipales y europeas (convocadas para el 26 de mayo) pero abrió la puerta a que, antes incluso de que se cerraran las listas para la carrera por la presidencia del Principado, hubiera que empezar a cuadrar las candidaturas al Congreso de los Diputados. Y todo ello en un contexto en el que Asturias tendrá que asumir la pérdida de un escaño en su representación por el declive demográfico y, además, con pactos aún pendientes sobre alianzas y coaliciones que han pillado a más de un partido con el pie cambiado.

Adriana y un nombre de hombre

En el PSOE hay muy pocas dudas sobre quién encabezará el cartel electoral de abril: la vicepresidenta del partido, Adriana Lastra, fue una de las más fieles y firmes, si no la que más, compañeras de viaje de Pedro Sánchez en los momentos más duros entre su renuncia a la Secretaría general, el periodo de interinidad de la gestora y su retorno triunfal en las primarias. Convertida en un peso pesado indiscutido del partido, la única duda es quién será el número dos de la lista asturiana en una formación que ha establecido además dentro de sus normas que debe respetarse un criterio de paridad entre hombres y mujeres en la conformación de las candidaturas. En función del criterio de la «lista cremallera» que alterne nombres masculinos y femeninos en la lista, uno de los que más se está moviendo en las agrupaciones es el del exconsejero de Empleo Francisco Blanco; que protagonizó una sonada salida del gabinete de Javier Fernández después de que se celebraran las primarias que llevaron a Pedro Sánchez de nuevo a la Secretaría General. La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, también se ha postulado en varias asambleas pero de ocupar el número tres estaría en un puesto con muy pocas posibilidades de obtener un escaño; en los últimos comicios el PSOE logró dos, y en unas elecciones en las que la representación asturiana en la cámara baja pasará de ocho a siete diputados lo cierto es que ningún partido parte con estimaciones de obtener tres escaños. Otros de los nombres que más suenan para componer la lista autonómica son los de la consejera de Hacienda, Dolores Carcedo y la militante de Langreo Mónica Ronderos, hija de un histórico militante del SOMA, Aquilino Ronderos. En un bloque se presentan los nombres de dirigentes y afiliados más alejados de la órbita sanchista. Entre ellos están el consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, las diputadas Margarita Vega y Carmen Eva Pérez y el secretario general de Avilés Luis Ramón Fernández Huerga.

En las asambleas que se celebran estas semanas, los militantes votan a sus candidatos predilectos pero la última palabra para la confección de la lista la tiene la dirección de la FSA, ya que esas votaciones son consultivas y no vinculantes. Esto puede llegar a despertar alguna polémica en el caso de que algunos de los nombres más votados terminen en puestos más bajos después de la ratificación definitiva del comité autonómico y Oviedo focaliza muchas de las tensiones. Las reuniones de los comités electorales se prolongarán entre el 4 y el 10 de marzo y al día siguiente el Comité autonómico tendrá que fijar muchas listas a la vez, la de las elecciones autonómicas pero también las locales de los principales núcleos urbanos, Oviedo, Gijón, Avilés y Siero; y además las listas asturianas al Congreso de los Diputados y al Senado.  

Ir a las urnas con Cascos

Las incógnitas se mantienen en el PP no sólo respecto a los nombres de la lista sino también respecto a si acudirá a los comicios generales repitiendo la coalición con Foro con la que concurrió en las últimas elecciones al Congreso de los Diputados. La cita de ayer se saldó sin poder culminar el acuerdo aunque las direcciones manbos grupos se emplazaron a volver a encontrarse. En la jornada de este martes, el propio fundador de Foro, Francisco Álvarez Cascos regresó a Génova para negociar con los enviados de Casado la reedición de la alianza ocasional de las generales de 2015 (y la repetición de 2016).  En aquella ocasión, la cabeza de cartel fue Susana López Ares y su número tres (que también obtuvo escaño) fue Ramón García Cañal. Ese salto fue así porque el número dos de la lista fue el forista Isidro Martínez Oblanca, que obtuvo además uno de los asientos más preciados del Congreso en una legislatura en la que el Gobierno en minoría debía amarrar cada voto para aprobar leyes relevantes y, ante todo, los presupuestos.

Será Pablo Casado quien tenga la última palabra sobre la oportunidad de repetir la alianza con Foro aunque en los últimos meses ha dado más de una señal y un guiño de que volverá a producirse, toda vez que el presidente del PP se ha manifestado a favor de sumar todos los apoyos posibles (antes o después de las elecciones) en el espectro ideológico de la derecha sin descartar a la extrema. El fundador de Foro, Francisco Álvarez-Cascos se ha mostrado abiertamente dispuesto a concurrir de nuevo en coalición en las generales de abril (no así en los comicios autonómicos de mayo) pero la pertinencia de esta alianza ha dividido a un PP asturiano que vive desde comienzos de año en la bicefalia. La presidenta del partido, Mercedes Fernández --que siempre defendió que la coalición les permitió obtener una victoria contundente en Asturias en las anteriores elecciones-- apostó por reeditarla de nuevo en la inminente cita electoral. Lo dijo a la entrada de una reunión de la dirección nacional en Génova y a la misma hora en el mismo lugar la candidata a las elecciones asturianas (con la que ya había chocado en más de una ocasión) aseguraba que los datos de encuestas internas le hacía dudar de que los resultados de esa alianza fueran tan buenos. Sólo unos días después, Mercedes Fernández apuntaba de nuevo e insistía en que renegar de la coalición sólo podría obedecer «a la miopía política y la falta de altura».

La vida sin Gaspar

La otra alianza electoral que presenta problemas es la de Unidas Podemos, que suma a los morados y a IU. En Asturias, Izquierda Unida aprobó acudir en solitario a los comicios autonómicos con un enorme coste en el enfrentamiento que se produjo con la dirección federal y que se saldó con un enorme destrozo tras la marcha de Gaspar Llamazares. La formación todavía no ha elegido al que será su candidato a las elecciones autonómicas (lo hará el 9 de marzo en primarias) y tendrá que elegir entre los tres nombres que se postularon ayer: el propio coordinador general, Ramón Argüelles; la eurodiputada Ángela Vallina y la concejal de Avilés Carmen Conde. La variedad de candidaturas pone de relieve que el acuerdo entre los sectores mayoritarios para negociar una lista de consenso no fue posible por lo que se abre un escenario de cierta incertidumebre. Argüelles es fuerte en las cuencas como revela que le acompañe el alcalde de Mieres Anibal Vázquez pero Ángela Vallina cuenta en su equipo con varios miembros del grupo parlamentario. Conde recaba apoyos en el sector minoritario más afín a Podemos y a la dirección federal.

Y es que a ello se une que para las generales tendrían que repetir una alianza con Podemos que les resulta incómoda y que en el pasado provocó un gran conflicto sobre el orden de los puestos de salida y que dejó a IU sin representación después de que Alberto Garzón aceptara sin chistar que el entonces coordinador asturiano, Manuel González Orviz, fuera relegado al número tres. Esta semana, Llamazares ofreció a sus excompañeros rechazar esa alianza y concurrir junto a su plataforma Actúa en la circunscripción asturiana en las elecciones generales. Argüelles despachó el mismo martes las oferta.

Desde Podemos Asturies, su secretario general, Daniel Ripa, se mostró abierto a considerar con «generosidad» la posibilidad de que en esta ocasión, IU pudiera ocupar el segundo puesto en la candidatura del 28A. Para el primero hay pocas dudas de que repetirá Sofía Castañón, que además formó parte de las listas de Pablo Iglesias en el último congreso de Vista Alegre. En todo caso, en la recta final antes de la precampaña se ha abierto la posibilidad, a nivel estatal, de que se quebrante la alianza de Unidas Podemos. Paradójicamente, Asturias que fue el territorio que más pegas planteó a reeditar esa unión, no ha tenido en esta ocasión arte ni parte. Son fundamentalmente la sucesión de negativas de varios territorios pero ante todo la crisis abierta en Madrid entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón la que puede dar al traste con la coalición. Las malas expectativas electorales de Unidas Podemos no garantizan tampoco que el mismo Alberto Garzón pudiera lograr un escaño por la capital si aceptara, como en las últimas elecciones, rebajarse al número cinco de la lista común. IU de Asturias podría toparse con la ruptura de un proceso que en muchas ocasiones denunció como una disolución de su formación pero sin que se hayan tenido en cuenta ninguna de sus demandas y además llegando a la orilla con un destrozo de enormes dimensiones que prácticamente todos reconocen por el vacío dejado tras la marcha de Gaspar Llamazares, uno de sus principales valores electorales y cuando además contaban con buenas expectativas en las encuestas.

Prendes y Vázquez, los soles del amanecer naranja

Dentro de los partidos con representación parlamentaria en Asturias, Ciudadanos se encuentra entre los que ofrecen pocas dudas sobre quién encabezará su lista al Congreso. La mayor de las probabilidades es que repita de nuevo su candidato en las anteriores, Ignacio Prendes, que logró el primer escaño en la cámara nacional para los naranjas por Asturias en la pasada legislatura y que además, en las negociaciones tras constituirse el parlamento, accedió a un puesto privilegiado, nada menos que vicepresidente primero del Congreso de los Diputados. No hay dudas tampoco respecto a quién encabezará la lista en los comicios asturianos, ya que, aunque la decisión debe someterse al voto de los militantes, la dirección ya ha mostrado su respaldo explícito a un independiente, el exrector de la Universidad de Oviedo, Juan Vázquez. Las primarias para zanjar el nombre del candidato a la presidencia del Principado se resolverán entre el 8 y el 9 de marzo. Contra Vázquez disputarán la votación dos militantes; Manuel Gómez, de Avilés y Agustín Pérez Loriente que ya tuvo un intento polémico de participar en las listas municipales naranjas de Gijón, la pasada legislatura, pero que retiró tras revelarse que había militado en la Falange.