«Para ellos somos despojos: lo peor de lo peor de la minería»

Nacho G. Ruano REDACCIÓN

ASTURIAS

Los compañeros de los trabajadores subcontratados del pozo Santiago denuncian la falta de apoyo del resto de la plantilla al encierro

02 mar 2019 . Actualizado a las 12:58 h.

La rabia, el enfado y la indignación se multiplican entre los compañeros de los trabajadores de subcontratas del pozo Santiago, en Aller, según avanza el encierro de David Moreira, de Boo; Jesús Barreira, de La Felguerosa, David Suárez de Santibáñez de Murias y Jon Álvarezde Parana. Las familias y algunos compañeros son la base del sustento de unos trabajadores que cumple su tercer día de encierro. El escaso apoyo recibido por parte de la mayoría de la plantilla de subcontratas es la principal denuncia de Fabián Fernández, uno de los compañeros de estos cuatro mineros. «¿Dónde están el resto de compañeros para apoyar esto? De los 300 que están en plantilla no hay casi nadie aquí», denuncia. El descrédito por parte de la empresa y de algunos sindicatos hacia los participantes en esta protesta despierta el enfado de Fernández. Carga contra las faltas de respeto hacia unos compañeros que «no somos chatarreros, como dicen los sindicatos, sino mineros, que es una palabra muy grande. Para la empresa somos como despojos: lo peor de lo peor de la minería».

Para el compañero de los cuatro mineros encerrados, las cifras reflejan este diferente trato respecto a los trabajadores de plantilla. «Nosotros no tenemos pagas extra, y llegamos a cobrar tres veces», señala. Afirma que por parte de Hunosa no hay ningún tipo de represalias, pero las constantes amenazas de la empresa de subcontrata se ha llegado a materializar en una carta de despido emitida el mismo día que comenzó el encierro. «A la mañana tuvo lugar el encierro, y a la tarde llegó la carta de despido. A los compañeros que les apoyamos desde fuera nos han amenazado con un ERE. Sin nosotros ellos no son nada. No dan su brazo a torcer, pero no nos vamos a achicar», comenta.

«Es una lucha de todos, no para 30 personas. Duele ver que una actividad de la que vivía tanta gente ahora se menosprecie y no se nos apoye», señala Fernández. El paso de los días y los tira y afloja en las negociaciones entre los compañeros de los mineros encerrados y la empresa han conseguido que estos puedan recibir comida y lograr comunicarse con sus familiares. Una inyección de energía y moral ante el futuro incierto que se cierne sobre estos trabajadores y sus compañeros. Unos profesionales que tienen sus reivindicaciones muy claras. «Queremos que se nos incluya en el Plan de Industrialización como excedentes mineros de Hunosa», piden. El retraso en la firma del acuerdo previo es una pequeña victoria para unos trabajadores que deshojan la margarita sobre lo que está por venir en un sector antaño próspero la región.

La última barricada y el encierro

Los trabajadores de las subcontratas del pozo Santiago en Aller mantuvieron sus protestas, después del encierro de cuatro trabajadores que paralizó la explotación, con el encendido de barricadas en la carretera. Al encierro se sucedió una concentración y los compañeros denunciaron que la dirección de la empresa les impedía darles comida. «Esto es peor que en la época de Franco». El encierro obligó a aplicar el protocolo de manera que dejaron de trabajar en la explotación el resto de trabajadores que debía incorporarse en el nuevo turno, alrededor de 70 personas entre plantilla de Hunosa y las contratas.