La guerra contra los deberes cala en las aulas asturianas

Carolina García

ASTURIAS

Niña realizando ejercicios
Niña realizando ejercicios

Desde que se puso en marcha la campaña #StopDeberes hace dos años, las familias empiezan a «encontrar algo de sensibilidad en los docentes». Matizan que «aún esta lejos de conseguir el objetivo»

12 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Aún queda mucho camino por recorrer, pero los padres asturianos que defienden un sistema educativo sin deberes, empiezan a ver una pequeña luz al final del túnel. A las puertas de las vacaciones de Semana Santa, aunque los defensores de la medida explican que encuentran ahora más sensibilidad por parte de algunos docentes, aseguran que Asturias está aún muy lejos de conseguir su objetivo: cero deberes durante el curso escolar. El debate regresa ahora que los estudiantes están a unas horas de disfrutar de diez días por delante sin pisar las aulas. Eso sí, no irán a clase pero no podrán olvidarse del colegio y es que, en la mayoría de los casos, las mochilas van cargadas de tareas que tienen que estar listas a la vuelta. «Continúan poniendo deberes no solo durante las vacaciones, sino todos los días y defendemos el derecho a respetar los tiempos familiares. Supone una intromisión en la carga familiar. Todas las tareas deben realizarse durante las clases y eso supone de una organización por parte del docente que debe resolver el centro si se incumple», señala Clara Díaz, presidenta de la FAPA Miguel Virgós.

Hace dos años la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) que representa a 12.000 asociaciones de madres y padres de la escuela pública de España y de la que forma parte la FAPA Miguel Virgós, puso en marcha la campaña #StopDeberes y #NoALosDeberes. Fue entonces, en el curso que arrancaba en 2016, cuando la Consejería de Educación del Principado trasladó a los centros educativos instrucciones pidiendo «la racionalización de los deberes», explica Clara Díaz. Y, aunque desde entonces «hemos encontrado algo de sensibilidad entre los profesores, el incumplimiento de esta petición ha sido flagrante», denuncia. «Estamos cansados de explicar cuáles son los motivos por lo que defendemos esta medida», señala. Considera que una de las causas por las que los profesores siguen imponiendo deberes a los niños todas las semanas es la falta de una enseñanza más individualizada y la falta de presupuesto hacia educación. «El proceso de enseñanza y de aprendizaje debe cumplirse dentro del horario escolar», sentencia.

Por su parte, desde la CEAPA insisten en que los deberes «no están relacionados con el éxito escolar», y más bien representan «el fracaso del sistema educativo» que sobrecarga a niños y niñas de tareas para «afianzar» aprendizajes que no se están alcanzando debidamente en la escuela. Es más, entienden que «lejos de fomentar el desarrollo integral de la persona», son herencia «de un método pedagógico obsoleto basado en la memorización y en la repetición de contenidos, y provocan desigualdades, ya que en ocasiones que el alumnado los ejecute mejor o peor «depende del nivel socioeconómico y cultural de su entorno».

Deberes sí, pero útiles: fomentar la autonomía

Otro punto de vista lo aporta Antonio Valle, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación en la UDC y uno de los autores del informe sobre deberes escolares elaborado por expertos de las universidades de Oviedo, La Coruña y Minho (Portugal). Considera que «el problema no son los deberes, son el tipo de deberes. Tenemos claro que es mejor hacer deberes que no hacerlos, pero deben ser útiles». Entiende que la solución no son «cero deberes» y resalta que «tienen que saber a qué van destinados y, sobre todo, tener una finalidad. Tienen que contribuir a que el alumnado consolide aprendizajes fuera del contexto del aula. Los deberes también tienen que captar su interés, tienen que tener un propósito y fomentar la autonomía y la autorregulación». Y en este sentido aporta aspectos claves. Habla de diversidad: «No se puede poner una modalidad de deberes exclusiva para los 25 alumnos de una clase».