«Un peaje simbólico es un céntimo al año»: el transporte asturiano se planta ante Ábalos

Susana D. Machargo / Luis Fernández

ASTURIAS

Tramo de la autovía entre León y Benavente
Tramo de la autovía entre León y Benavente Ileon

La patronal denuncia el intento de Fomento de colar el pago en todas las vías de alta capacidad. Cofiño esperará a reunirse con el ministro para valorar la medida

14 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

No parece un globo sonda ni un culebrón de agosto. Más bien parece como la lluvia fina que de tanto caer cala. El Ministerio de Fomento ha puesto sobre la mesa, por enésima vez, la idea de poner un «peaje simbólico» en todas las autovías y autopistas para así conseguir unos fondos que contribuyeran a pagar el mantenimiento de las carreteras. Así que Ovidio de la Roza, presidente de la patronal asturiana y también de la nacional del transporte de mercancías, tiene claro que la intención del Gobierno es que a nadie le pille por sorpresa el día que lo implanten y que sea vea como algo normalizado. Para ellos no lo es ni lo será. El sector denuncia la elevada fiscalidad que soporta. En regiones como Asturias, encima, están penalizados por el peaje del Huerna. Así que anuncian que van a plantar cara y que, como mínimo, quieren estar presentes en esa subcomisión que se anuncia para estudiar el asunto. «Algo simbólico es un céntimo al año», recalca De la Roza cuando analiza los términos exactos con los que el ministro José Luis Ábalos ha vuelto a presentar la idea. Cree, además, que no habla por boca propia. Detrás se encuentran las grandes constructoras nacionales aglutinadas en la patronal Seopan, la principal valedora de este peaje, que todavía no se ha concretado cómo se pagará.

El Gobierno del Principado, por su parte, se mantiene a la expectativa. El nuevo consejero de Infraestructuras, Juan Cofiño, aplaza su valoración hasta que pueda saber de primera mano qué se cuece en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Fuentes de Infraestructuras explican que tiene pendiente una reunión con Fomento para tratar todos los asuntos pendientes y que hasta entonces prefiere no pronunciarse. La noticia surge justo cuando Cofiño se encuentran viendo por dónde puede atacar precisamente al peaje del Huerna, cómo se pueden establecer nuevas rebajas en este canon que estará en vigor, como mínimo, hasta el 2050 sin posibilidad de rescate. De hecho, Ábalos ha deslizado que con este nuevo método de cobro se podría reducir la cantidad de los peajes. Cofiño no ha dicho nada. De la Roza no se lo cree.

Antecedentes

14 de noviembre de 2018. El ministro Ábalos desembarca en Asturias. Hace pocos meses que ha llegado al cargo y trae en la cartera el estado de todos los asuntos pendientes con el Principado, desde la llegada de la alta velocidad, a las cercanías, el soterramiento de Langreo, la glorieta de Nicolás Soria, en Oviedo; el Plan de Vías de Gijón... Sin embargo, en el debate se cuela un tema nacional de amplio calado la implantación de un peaje en todas las carreteras de alta capacidad. Lo que Ábalos dice en Oviedo que es el Gobierno de Pedro Sánchez defiende «un modelo homogéneo para toda España, en el que unos territorios no paguen más que otros por el mantenimiento». No cita expresamente el proyecto de cargar con peaje a todas las autovías pero señala que el mapa de carreteras no puede seguir creciendo y la partida de conservación bajando, porque eso no es sostenible y que el país cuenta ya con más de 20.000 kilómetros de vías de gran capacidad. Insistie en que no se puede mantener «una España desigual», con un mapa descompensado, «con una parte este pintada de peajes y otros territorios sin nada». Sobre la fórmula dice que  hay que buscar una sostenible, equilibrada territorialmente y que evite la tentación de hacer políticas localistas con las infraestructuras y los peajes.

Han pasado exactamente nueve meses, el Gobierno está en funciones tras las elecciones de abril y el debate reaparece de la nada. De la Roza no lo ve nada casual. El presidente de la patronal lleva muchos años en el sector y está curado de espantos. Asegura que Seopan saca recurrentemente el tema del peaje y que incluso da cifras, como los 2.000 millones de euros que cuesta mantener la carretera o los 12 céntimos por kilómetro, una cantidad que las constructoras consideran ajustadas. «Nos están concienciando», explica, al mismo tiempo que alega que esa condición de Gobierno en funciones no ha permitido a Ábalos avanzar con este proyecto al ritmo que le gustaría.

De la Roza tiene razón. En noviembre de 2018 Seopan ya hablaba de un peaje general de entre 1 y 3 céntimos por kilómetro para los turismos y de entre 5 y 14 para los vehículos pesados. La medida generalizaría el pago por circular por muchas vías asturianas y haría del trayecto a Madrid, que ya soporta uno de los peajes más prolongados de la historia, mucho más caro. De este modo desplazarse de Oviedo a Gijón podría costar para los conductores de turismos entre 35 céntimos y un euros. Subiría hasta 5 euros en el caso de los camiones. El actual canon para llegar a Madrid, sumado el Huerna y Guadarrama, es de 30 euros. Con el nuevo sistema habría que sumar tres o nueve euros para turismos y 45 euros más para los camiones.

La patronal del transporte intenta desmontar falsas argumentaciones. Por ejemplo, con el tema de la competencia del ferrocarril. El presidente del sector señala que el transporte por tren está muy subvencionado y el de carratera no. Tampoco le sirve que digan que es una práctica común en toda Europa, «porque en Francia no lo aplican», responde. Además, España es uno de los principales exportadores del continente y el nuevo peaje encarecería la mercancía, afectando a muchos negocios complementarios. Tampoco entiende la justificación del mantenimiento de las autovías. Le parece que la patronal tiene que explicar cosas muy concretas, como por qué se deteriora con tanta rapidez el tramo de autovía entre León y Benavente.   

Del mismo modo rechaza el nuevo razonamiento deslizado por Ábalos, ese de que con ese dinero recaudado con la nueva fórmula de pagar en todas las vías de alta capacidad podrían abaratar peajes ya existente, como el del Huerna. Es decir, que ese dinero también serviría para reducir los ya existentes. «Eso no tiene ninguna consistencia», denuncia con incredulidad. Así que lo único que pide es sentarse en la misma mesa que el resto cuando se comience a negociar, para que su voz y sus argumentos sean tenidos en cuenta.