¿Has sido víctima de una agresión sexual? Esto es lo que debes saber de los «puntos lilas»

Carolina García REDACCIÓN

ASTURIAS

Espacio Propio de Cruz Roja
Espacio Propio de Cruz Roja CRUZ ROJA JUVENTUD

Un equipo de profesionales y voluntarios de Cruz Roja han instalado este verano estos espacios en romerías y fiestas asturianas. El proyecto llegó a Asturias tras su experiencia piloto en el festival de Benicassim

29 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Que existe una mayor conciencia social contra las agresiones sexuales lo constata el hecho de que cada vez hay más jóvenes que se acercan al punto lila instalado en las fiestas y romerías para interesarse sobre cómo funcionan y conocer de primera mano su trabajo. Este verano, Cruz Roja ha sido la encargada de gestionar estos espacios en los grandes eventos del verano asturiano. Ha estado en seis verbenas y volverá a Llanes el próximo 7 de septiembre. De momento, el balance está siendo positivo: no solo no recibió una denuncia directa de agresión sexual o de abuso sino que además, se ha encontrado con que genera mayor interés del que esperaban. «Nos ha sorprendido el número de hombres que se acercaron a ver qué hacemos y a interesarse por el proyecto», explica Alicia Cabrera, coordinadora autonómica de Cruz Roja Juventud.

El proyecto llegó a Asturias tras una primera experiencia piloto en el macro festival de Benicassim. Funcionó y se extendió a otras comunidades. ¿Sabes qué debes hacer si has sido víctima de una agresión sexual y cómo funciona un punto lila? Hay dos espacios sobre los que gira su actividad: un equipo de voluntarios trabaja dentro de la carpa y otro en el recinto festivo. Si has sufrido un abuso no estarás sola: están las «aliadas», un equipo de personas que recorren la verbena totalmente identificadas con un brazalete morado. A ellas puedes acudir no solo si has sufrido agresión, también si observas un caso de violencia. «Cualquier persona que se sienta incómoda puede acudir a las aliadas o presentarse directamente en la carpa», explica. En cualquier caso, una vez arropada por el personal no se sentirá sola. Lo primero es tranquilizar a la joven y hacerle ver que se encuentra en un espacio seguro y rodeada de gente que quiere ayudarla. De ello se encarga un equipo de profesionales. Una vez que se ha tranquilizado las opciones que se dan a la agredida son dos: o denuncia y entonces la agresión se pone en conocimiento de la Policía Nacional, Guardia Civil o efectivos de seguridad que se encuentran en la zona y a partir de ahí, se pone en marcha su protocolo; o, en el caso de que no quiera denunciar, comienza el acompañamiento. «Nos aseguramos de que en todo momento esté acompañada y no se sienta sola incluso hasta que llega a su casa. Aseguramos su seguridad», recalca. Y lo hacen poniendo en marcha un protocolo concreto elaborado exclusivamente para estos casos.

La relación entre la víctima y Cruz Roja puede terminar ahí o continuar en el tiempo. Depende de la agredida. Ella decide si quiere dar sus datos o prefiere guardar su anonimato. Si aporta sus datos la entidad, entra a formar parte de su registro y le brinda todos los medios y recursos a su alcance, como, por ejemplo, el asesoramiento legal o sus cursos de empoderamiento.

Actividades dentro y fuera de la carpa

¿Qué te puede hacer sentir incómodo de una mujer o de un hombre? Son solo un ejemplo de las cuestiones que plantean el equipo de voluntarios (son 42) en los festivales. «Invitamos a la reflexión a hombres y mujeres y a debatir», cuenta Alicia Cabrera. También plantean cuestiones asemejando a juegos como el trivial o el pasapalabra para «sensibilizar a los jóvenes con juegos y actividades dinámicas», relata. De hecho, han tenido mucha acogida en los festejos a los que han acudido. «Nos ha sorprendido gratamente», recalca Cabrera.

La mayor conciencia de la sociedad sobre este tema y el aumento de los medios se deben, en gran medida, explican desde Cruz Roja, al apoyo de las instituciones. En el caso de los puntos lilas de la entidad han contado con subvención regional para poner en marcha el Espacio Propio que es como se denomina el proyecto, «un espacio seguro para prevenir las agresiones».

También apuntan a casos como La Manada, que tras meses en el foco mediático el proceso acabó con una modélica sentencia que condenaba a los cinco hombres a 15 años de prisión por un delito de violación a una joven de 18 años en los Sanfermines, o al movimiento #MeToo, para visibilizar las agresiones sexuales de mujeres de todas las partes del mundo, han ayudado a crear esa conciencia social contra las agresiones y a arropar a las víctimas. Ha sido el primer verano que Cruz Roja ha puesto en marcha sus espacios contra las agresiones, medidas que ya iniciaron distintos ayuntamientos asturianos en sus fiestas municipales, y confían en que este año sea el principio de muchos.