Iberia, en rebeldía contra una familia de pasajeros mierense

s.d.m.

ASTURIAS

La pista del aeropuerto de Asturias, desde la torre de control
La pista del aeropuerto de Asturias, desde la torre de control

Los clientes han sufrido cuatro años de reclamaciones para poder recibir 2.000 euros por una cancelación. Sus abogados estudian embargar a la aerolínea por impago

11 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los letrados de una familia asturiana, de Mieres, se están planteando la posibilidad de solicitar judicialmente el embargo de las cuentas de Iberia para conseguir el pago de una indemnización por la cancelación de un vuelo ocurrida en el agosto de 2014, hace ya más de cinco años. Estos clientes han atravesado un intrincado camino de reclamaciones para exigir que se tenga en cuenta sus derechos. Ha sido necesaria mucha tenacidad y la intervención de la Unión de Consumidores (Uce-Asturias) para conseguir una setencia judicial favorable. El fallo ya lo tienen. Ahora el problema radica en que la aerolínea, que mueve millones de pasajeros, no abona los 2.000 euros de indemnización que debe.

La historia, en realidad, comenzó en el Aeropuerto de Asturias, el día en que esta familia se iba de vacaciones a Lanzarote. Una pareja con dos hijos menores había comprado un vuelo con escala en Madrid para llegar a la isla. La primera de las conexiones, entre el Principado y Barajas fue cancelada sin ningún tipo de explicación. El personal les recolocó en el siguiente vuelo pero ya habían perdido el enlace, así que tuvieron que hacer noche en la capital. Llegaron a su destino con 19 horas de retraso.

Todo hubiera quedado en una anécdota si estos pasajeros no hubieran decidido interponer una reclamación en el primer momento, incluso antes de coger el primer vuelo, cuando todavía estaban en Asturias. Pidieron la hoja de reclamaciones y la cumplimentaron. Iberia contestó de manera negativa. No tenía nada que abonar. La familia asturiana hizo un segundo intento en octubre de ese año 2014, es decir, dos meses después, con idéntico resultado. Un cliente tipo probablemente hubiera desistido. No fue su caso.

Persistencia

A lo largo del año 2015, contactaron en dos coasiones con el servicio de atención al cliente de Iberia. El mensaje seguía siendo el mismo. No había motivo para indemnizarles pese a haber sufrido la cancelación de un vuelo sin ningún tipo de explicación. Como la compañía parecía inflexible, recurrieron a la Agencia Española de Seguridad Aérea. (Aesa), que emite un informe que les da la razón pero que no es vinculante. No consiguieron esa documentación hasta dos años después, en 2017. Tampoco esto fue suficiente para desanimarlos. 

Ya en la primavera de este año ponen el caso en manos de los servicios jurídicos de UCE, a través de la oficina que la organización tiene en Mieres. El primer paso fue redactar la quinta reclamación extrajudicial de su periplo, con idéntico resultado. Niega la reclamación. Esto permite a los letrados iniciar la vía judicial en el mes de junio. La sentencia, más rápida que cualquier respuesta de la aerolínea, ha sido favorable. «Reconoce el derecho a la compensación económica de los afectados por la cancelación de un vuelo sin que existan circunstancias extraordinarias que lo justifiquen», explican los abogados.

La familia de Mieres reclamaba una compensación económica de 400 euros por cada miembro de la familia, 1.600 euros en total. Esa es la compensación económica establecida, por la cancelación de un vuelo cuando no existen circunstancias extraordinarias y en una distancia superior a 1.500 kilómetros e inferior a 3.000 kilómetros. El juez concede esa cantidad. Además, se pidieron 100 euros más por cada uno, en concepto de daño moral. También se consiguieron esos 400 euros. Así que en total, Iberia tendrá que abonar 2.000 euros, con costas e intereses legales, según cuentas los letrados de UCE.

Los abogados explican que la aerolínea, a lo largo de todo el proceso, «se declaró en rebeldía, lo que significa que ni siquiera contestó a la demanda ni se personó en ningún momento del procedimiento». Y parece que sigue. Tres meses después de tener la sentencia en la mano, la aerolínea sigue sin pagar. Así que la familia ya está decidida a llegar hasta el final. Si es necesario, está dispuesta a reclamar la ejecución de sentencia y, por tanto, el embargo de cuentas.