2.280 días: esa es el tiempo que tardan las asturianas en denunciar a sus maltratadores

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

Protestas en Asturias por la sentencia de la Manada
Protestas en Asturias por la sentencia de la Manada ELOY ALONSO

La violencia de género deja en el Principado cifras para la reflexión. 590 víctimas viven pegadas a un teléfono con localizador. La cifra de denuncias rebasa las 3.000 al año

25 nov 2019 . Actualizado a las 17:47 h.

Seis años y tres meses. 2.280 días. Millones de infinitas horas. Ese el tiempo que tarda de media una asturiana en denunciar al maltratador desde que recibe el primer golpe. La lacra de la violencia machista sobrevive enquistada en la sociedad, muchas veces de manera callada, generando una pesada losa emocional para familias que no saben qué camino seguir. Les cuesta dar el primer paso y lo pagan hasta con su vida, antes incluso de haber interpuesto una denuncia. El año pasado se registraron en el Principado 3.109 denuncias. En este 2019, a fecha 30 de septiembre, ya iban otras 1.439 más. 580 mujeres viven bajo protección policial. Una de ellas tiene un caso considerado de riesgo extremo. Otras doce, de riesgo alto. 590 son usuarias del servicio telefónico de atención y protección para las víctimas de violencia de género, conocido por las siglas Atenpro, lo que implica que con pulsar solo una tecla pueden avisar de la presencia de su agresor y que están localizadas por GPS en caso de que no puedan responder a una llamada de control. Son 63 más que hace un año.

Estas cifras del terror proceden del Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, que todos los meses publica un boletín estadístico que ayuda a contextualizar el problema, que tienes nombres y apellidos. Los datos más recientes corresponden a septiembre, por lo que suma los nueve primeros meses de 2019. Esa descripción del tiempo que transcurre entre ese primer golpe -en ocasiones inesperado, en otras no tanto- forma parte de una investigación realizada por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género y titulada Estudio sobre el tiempo que tardan las mujeres víctimas de violencia de género en verbaliza su situación y basada en el análisis de caso reales. 

Las asturianas tardan hasta 75 meses en denunciar pero los andaluzas, 88 y las riojanas 151 meses de sufrimiento. Más allá del frío dato medio, puramente estadístico, esta investigación bucea en las causas y recurre directamente a las víctimas para entenderlas. ¿Por qué esperan tanto? ¿Qué las detiene? No existe un único bloqueador. Los autores determinan que existen múltiples inhibidores. Existe una correlación con la edad. Las menores de 35 reaccionan antes. Las mayores de 65 son las que más emplean en adoptar una decisión. Las mujeres con más hijos son las que más tiempo han tardado en verbalizar los que les pasaba y en denunciar. Si, además, todos convivían aún en el núcleo familiar, el maltratador, la víctima y los hijos, la demora es todavía mayor, ya que el mantenimiento económico se convierte en un motivo extra de preocupación. Las casadas retrasan la denuncia y las que tienen una casa comprada a medias con el agresor también. Tres de cada cuatro reconocen que ya vivían juntos cuando empezaron las agresiones. Hay una de cada cuatro que comenzó a sufrir la violencia antes. Las razones psicológicas son más fuertes. Los sentimientos de vergüenza, la baja autoestima e, incluso, la pena por el agresor las paralizan.

Después de padecer estar largas historias de sufrimiento, ¿cuál es el desencadenante que las lleva a denunciar? ¿Qué cambia? El 54% de las mujeres que participaron de manera voluntaria en el estudio reconocieron que dieron el paso porque se encontraban «psicológicamente muy dañadas». La brutalidad de la última agresión fue lo que empujó a otro 41%.    

El infierno

Miles de asturianas viven este infierno. Esta es la razón por la que hoy, 25 de noviembre, las administraciones y todo tipo de colectivos feministas, laborales y sociales conmemoran el día internacional contra la violencia de género. Salen a la calle porque aseguran que todavía hay mucho trabajo que desarrollar para acabar con esta lacra social. El extinto Instituto Asturiano de la Mujer, ahora transformado en la Dirección General de Igualdad, ha publicado recientemente el informe Situación de Mujeres y Hombres en Asturias 2019, que dedica un capítulo a la violencia de género. En ese apartado reconoce que «varios indicadores señalan hacia un aumento de la violencia de género en Asturias en los dos últimos años, o un crecimiento de la sensibilización hacia el problema que pudiera llevar emparejado un afloramiento de casos. En cualquier caso, sí ha habido un crecimiento en las atenciones dadas a mujeres víctimas de género por parte de los recursos que a tal fin existen en Asturias».

Campaña contra la violencia de género
Campaña contra la violencia de género

En 2018, por primera vez, se pasó de las 3.000 denuncias. Se pidieron 847 órdenes de protección, de las que se concedieron 615, el 72,6% sobre el total de incoadas. El informe destaca este punto como algo positivo, ya que paulatinamente han ido aumentado las medidas que tratan de blindar a las víctimas. Frente a los bulos vinculados a la nacionalidad, solo el 17,7% eran extranjeras. No obstante, es cierto que ese porcentaje es superior a la proporción de habitantes de otros países que residen en Asturias. Los atestados policiales son el principal instrumento de denuncia. El ejercicio 2018 se cerró con 1.315 casos activos dentro del Sistema Viogén, el sistema de seguimiento integral de los casos de violencia de género, donde se clasifica el riesgo y se dictan medidas de protección como el servicio de localización telefónico. 2018 terminó con 529 mujeres pegadas a un teléfono. En septiembre, ya eran 590. El dato no para de crecer 

Son miles las que viven este drama. El Sistema Viogén, nuevamente con datos a 30 de septiembre, tenía contabilizados 13.624 casos en Asturias desde su creación, con un total de 12.214 víctimas. De ese cómputo global, 1.336 expedientes continúan activos. No parece, por tanto, un problema residual. Hay víctimas jovencísimas, con una horquilla entre 14 y 17 años. De esos 1.336 expedientes en seguimiento, 14 son de chicas con esas edades. 

Ningún feminicidio en 2019

El dato más positivo de 2019 es que a fecha de hoy, 25 de noviembre, en el Principado no se ha registrado ningún feminicidio. En 2018, se cometieron tres. En ninguno de los tres casos había denuncia previa y en todos ellos el hombre era la pareja de la víctima. Dos de los asesinos se mataron. El tercero no hizo tentativa. Tres menores se quedaron huérfanos.

Los hijos son otras víctimas de la violencia de género. Conviven a diario con el maltrato y en ocasiones también lo sufren de manera directa. Son incluso instrumentalizados por sus padres para dañar a la madre. Este fenómeno en alza desde que las mujeres cuentan con herramientas legales para protegerse y apartarse del agresor se denomina violencia vicaria o vicarial. Ese término acuñado por la psicóloga especialista Sonia Vaccaro está ya recogido en el pacto de Estado firmado en el año 2017. El Principado ha centrado precisamente este 25-N en ellos, en los hijos de la violencia de género, que en los casos más extremos acaban siendo asesinados para que la madre nunca se recupere. Así lo dicen los progenitores asesinados de manera explícita.

Los recursos

Las víctimas son cada días más conscientes de que tienen multitud de recursos a su alcance para salir de ese pozo si se atreven a denunciar. Otro boletín del Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, del primer semestre de 2019, recoge un balance de los derechos laborales y económicos que sirven como apoyo para que las mujeres puedan rehacer su vida. El primer paso es la orden de protección. En ese primer semestre se pidieron 295 y se concedieron 121. Además, desde el año 2003 se han firmado 184 contratos bonificados a mujeres de violencia de género y 63 contratos de sustitución de las víctimas. 650 asturianas son perceptoras del salario social y 1.230 han recibido una ayuda para poder cambiar de domicilio.

Las administraciones públicas y los especialistas insisten hasta la saciedad en la necesidad de difundir todos los recursos al alcance de las mujeres para poner fin a una vida de maltrato, desde la línea 016, que no deja rastro en la factura, a una malla de apoyo social. Deben saber que cuentan con medios para salir adelante. La red que se les ofrece ayudaría a reducir esas infinitas horas de sufrimiento.